Apertura y Transparencia en el Mercado Electoral

Politicón
/ 30 noviembre 2015

Es frecuente el ver como partidos políticos confunden las opiniones subjetivas en voz de sus dirigentes con una oferta electoral.

Para transformar la percepción del sistema de partidos políticos entre la sociedad es necesario retomar la racionalidad económica de los partidos en el mercado electoral. ¿Es válido decir que existe un mercado electoral?, por supuesto, cada partido debe tener una plataforma, principios y acciones consistentes entre sí, y que conforman su oferta política. Los ciudadanos tienen preferencias que se forman por medio de sus opiniones y experiencias que adquieren en su vida cotidiana, su formación educativa y por sus interacciones sociales, que demandan reformas y soluciones desde el poder político.

Por su parte, los partidos políticos deben diferenciarse entre sí con base a su interpretación de la realidad económica y social, en consecuencia, formular una oferta diferenciada e identificable a sus electores. Estos a su vez, por medio del voto, identifican sus preferencias con la oferta que sea lo más cercana a ellos, de tal forma que el partido político que obtenga la mayoría representa las preferencias del votante promedio por ser la de mayor cercanía de la oferta electoral disponible. Donde hay elección entre alternativas, hay una decisión económica, el costo de votar por un determinado partido es igual a no votar un partido alternativo, así que cuando favorecemos con el voto a un partido significa que el beneficio esperado de darle su voto es mayor que el beneficio, o el costo evitado, de darle el voto a cualquier otro partido.

Lo anterior lo considero fundamental, sin embargo, es frecuente el ver como partidos políticos confunden las opiniones subjetivas en voz de sus dirigentes con una oferta electoral. Todo pareciera que la propuesta de estos partidos son sus personalidades y sus personalidades son su oferta electoral, total ausencia de una oferta institucional. Lo anterior solo contribuye a erosionar la función social de los partidos. 

Para el elector, el identificar a un partido con un candidato que lo postule, le debe dar información sobre la posición relativa de ese candidato respecto a la oferta electoral existente en el mercado, sea este aspirante a una presidencia municipal o diputación local o federal. Es una forma eficiente de que el electorado conozca que ese candidato es consistente con los principios, acuerdos y posición del partido que lo postula frente a la realidad nacional y local. Sabremos que sus propuestas particulares estarán acotadas a esta plataforma que lo diferencia respecto a otros candidatos. Los partidos actúan como una “garantía” de los candidatos que los postulan y por eso son un instrumento eficiente para la sociedad que le significan ahorros en búsqueda e identificación entre los que aspiran a un puesto de elección popular.

En este contexto es útil considerar dos acuerdos relevantes celebrados en la XXXV Sesión Extraordinaria del Consejo Político Nacional del PRI llevada a cabo en días pasados: i) el acuerdo por el que se establecen medidas para blindar al partido, sus aspirantes, precandidatos, candidatos en contra de la delincuencia organizada y uso de recursos de procedencia ilícita. ii) el acuerdo por el que se aprueba la participación de ciudadanos simpatizantes en los procesos internos para la elección y postulación de los candidatos a gobernador en los procesos del 2016. Estos acuerdos son fiel reflejo de lo anteriormente expuesto sobre la función social de los partidos políticos y sobre su eficiencia a favor de la elección que haga la ciudadanía en los procesos electorales del año entrante.

Respecto al acuerdo de blindaje contra la delincuencia organizada, el PRI asume un compromiso con la ciudadanía que sus candidatos, a diferencia de lo realizado por otros en el pasado, serán sujeto de un escrutinio por parte de una institución política mediante la cual los aspirantes autorizan a este instituto a llevar a cabo una investigación patrimonial y de sus antecedentes administrativos y penales, así como el que se realicen las pruebas necesarias con el objetivo de acreditar la ausencia de participación en conductas delictivas y con relación con recursos de procedencia ilícita. 

Lo anterior es relevante, porque el PRI conoce que sus candidatos llevan la garantía ante la sociedad de la oferta del mismo PRI, que son los agentes ante la sociedad de esta institución política y que sus candidatos forman parte de la percepción y diferenciación respecto al resto de los partidos en el mercado electoral. Existen los incentivos, y por tanto el PRI conforme a ellos, asume su responsabilidad de ser agente de la sociedad respecto a la congruencia de los que postule respecto a sus antecedentes y afronta el reto que otros partidos han hecho caso omiso, y que penosamente se han desligando de su responsabilidad como institutos políticos.

Respecto al acuerdo de inclusión de los aspirantes no militantes, este es congruente con el hecho que las preferencias en la sociedad se identifican con las diferentes ofertas electorales, y por tanto, existen simpatizantes que aportan y representan una oportunidad de enriquecer la oferta del PRI ante la sociedad. Excluirlos por una ausencia de trayectoria militante solo representa un costo de oportunidad, son simpatizantes que formaran el capital humano del partido. Excluirlos resultaría inconsistente con la oferta del PRI en el mercado electoral en donde se realicen comicios en el 2016.

Mientras otros partidos tratan de diferenciarse con apelativos y frases del producto de juicios subjetivos sobre los partidos políticos rivales, en donde las frases fáciles y calificativos pedestres parecer ser su capital político. Los acuerdos del PRI son compromisos sociales de un instituto político que transforma el cómo se diferencia frente a los procesos del 2016, con pleno conocimiento que su capital político se forma con acciones, hechos y compromisos a favor del electorado.

El PRI tiene una fortaleza indubitable, su capacidad de aprendizaje dentro de la realidad nacional que otros no han podido duplicar, ahora la realidad económica es diferente a los años setenta y ochenta. El PRI ha logrado transformar y transformarse reformando instituciones legales por medio de las reformas estructurales, porque ha aprehendido de la experiencia nacional e internacional, está convencido que la autarquía y la propuesta populista conlleva costos sociales sustanciales. Transformando juntos desde la unidad, es un esfuerzo que lo diferencia a plenitud en el mercado electoral por medio de la apertura al talento político y la transparencia en la conducta de los que postule en el futuro.

rtovar@itam.mx

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