Camino Real Saltillo. Un lugar entrañable para viajeros y saltillenses

Politicón
/ 23 agosto 2020

Cincuenta y seis años de servir a los viajeros en Saltillo. Deportistas, cantantes, bailarines, artistas plásticos, intelectuales, escritores, conferenciantes, gobernantes, políticos, empresarios, industriales, todos los que se alojaron o visitaron el Hotel Camino Real Saltillo pudieron disfrutar de su tradicional hospitalidad y servicio. Y no sólo los huéspedes, también muchas generaciones de saltillenses cuya vida discurrió a la vera de la del Camino Real.

Sus elegantes salones sirvieron a la sociedad saltillense en incontables recepciones de bodas, graduaciones y toda clase de eventos. ¡Cuántos recién casados pasaron su noche de bodas en una habitación del hotel! En los primeros 15 o 20 años, aventurarse a conducir en las angostas y oscuras carreteras constituía un verdadero riesgo después de la fiesta, y si se hacía el viaje de bodas en avión había que trasladarse al aeropuerto de Monterrey al día siguiente porque sólo había dos o tres vuelos diarios. Muchos respetables matrimonios guardarán todavía el recuerdo de una noche de bodas transcurrida en una suite o habitación del hotel y, por qué no, hasta el recuerdo del encendido rubor de la recién casada al encontrarse con alguien conocido desayunando en la cafetería (en los sesenta las chicas acostumbraban todavía encender sus mejillas). El Camino Real extendió su fama hasta Monterrey. Entre la sociedad regiomontana corría la historia de que la mitad de los primogénitos regios habían sido fabricados en alguna habitación del hotel, porque al salir de su fiesta los recién casados agarraban carretera rumbo a su “luna de miel” y hacían escala en Saltillo.

Inicio y escenario de muchos noviazgos fue La Diligencia, la disco/bar del hotel. Muy concurrida en su tiempo, la pista se llenaba al son de la música en vivo los fines de semana cuando los muchachos eran los que invitaban a las chicas a bailar y las parejas de novios regularmente iban acompañadas. Tenía el Camino Real un bar donde un tiempo hubo una clásica imagen de Cantinflas de tamaño casi natural recargado en un farol. Ahí se cerraron grandes negocios que en su tiempo beneficiaron a la ciudad y se tomaron decisiones políticas que no siempre le trajeron beneficios. En alguna ocasión fue destrozado, junto con la suite presidencial, por Alejandra Guzmán en la juerga que armó después de su presentación. Su amigo, el torero “El Glison”, pagó los cuantiosos daños. En el Mundial de Futbol 86, hospedó a la Selección de Inglaterra, que jugaba en Monterrey y entrenaba en el Tec Saltillo, y cualquiera podía ver en la alberca al que se coronó como máximo goleador mundialista, Gary Lineker, pero casi una década después, por ahí del 95, Televisa cerró las puertas para hospedar a sus anchas al América y muy pocos pudieron ver a Oswaldo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco y el resto de la planilla.

La excelente cocina del Camino Real se disfrutaba en la cafetería La Huerta y el restaurante Buenavista, muy visitados por las familias saltillenses durante los bufetes de los domingos y los festivales de cocina regional mexicana, para los que traía chefs especializados y cervezas de la región, como las yucatecas Montejo y León negra.

El Camino Real llegó a tener suite presidencial, master y junior suite y 146 habitaciones. Quedan para la memoria sus extensos jardines con sus veredas, sus faroles de cinco globos y la carreta de madera llena de macetas floreadas; sus habitaciones en bloque, la piscina y el simbólico carruaje de la marca, la diligencia negra que presidía el lugar, como esperando a los pasajeros que la abordarían.

Una larga historia que deja huella en la sociedad saltillense. El Hotel Camino Real Saltillo perteneció a la primera cadena hotelera de lujo con representación internacional y con inversionistas saltillenses. Su tradicional hospitalidad quedó atrás al cerrar sus puertas hace unos meses. Quizás ya no vuelvan a abrirse. Al menos no como lo conocimos.

Profesora de Lengua y Literatura Española. Dirigió el departamento de Difusión Cultural de la Unidad Saltillo de la UAdeC. En 1995 fue invitada por la Universidad Tecnológica de Coahuila, unidad Ramos Arzipe, para encargarse del área cultural, que incluía la formación del Centro de Información y cuatro años más tarde vendría la fundación del Centro Cultural Vito Alessio Robles, recinto que resguardaría la biblioteca de su padre, y donde hasta hoy labora.

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