De cuotas y cuates
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Las consecuencias económicas del SARS-Cov-2 en la región ya son palpables, las proyecciones hablan de decrecimientos en todos los países, complicando aún más la situación siempre difícil de las economías latinoamericanas en donde todas las desigualdades sociales son noticias de cada día. Las medidas de confinamiento y cuarentena adoptadas por varios países para evitar la propagación, los contagios y el cierre de fronteras tuvieron como consecuencia la paralización casi total de la actividad económica mundial. Ríos de tinta se han vertido sobre el errático y pésimo manejo de la pandemia en México con el aterrador resultado de más de 200 mil muertos (cifras oficiales).
200 mil familias mexicanas enlutadas en una tragedia que no encuentra eco en los pleitos mañaneros donde la pandemia dejó de existir.
En varios países los gobiernos reaccionaron con medidas y programas de créditos para ayudar a millones de empresas sortear el brutal pronóstico del escenario económico. México ha brillado por su ausencia con la justificación que la cuatroté no “rescataría” a los grandes consorcios y que destinaría recursos a los sectores más vulnerables y pequeños comercios buscando proteger la economía popular. Es por demás evidente que a más de un año de crisis sanitaria el resultado de la protección a la economía popular es otro desastre más del gobierno de López Obrador.
En su informe “El Panorama Social de América Latina 2020” del pasado 4 de marzo, la CEPAL presentó nuevas cifras sobre el impacto de la pandemia del COVID-19 en pobreza, desigualdad y empleo en la región. De los 22 millones de nuevos pobres que deja la pandemia en América Latina, el 50% lo aporta México y expone que además de la crisis de salud, señala la falta de medidas para proteger a los hogares, así como las bajas asignaciones presupuestales para atender la emergencia sanitaria.
El crudo diagnóstico debería darle vergüenza a este gobierno y a sus fanáticos satélites. Los programas que hoy están en la mira presidencial son únicamente de carácter electoral incluyendo una imperdonable vacunación selectiva y para los cuates el pago de cuotas como se exhibió en un préstamo millonario al propagandista sexenal. Lo que muestra a un López Obrador, en ese rubro, idéntico al desprestigiado pasado neoliberal donde se premiaron los aplausos y las genuflexiones con créditos y préstamos.
Lo que asombra y agravia es la coyuntura en la que se otorgan los millones; en plena pandemia y con el drama de familias cuyos pequeños y medianos negocios no sobrevivirán. Obligados a buscar opciones, la tragedia mexicana apenas comenzará por asomar su desgarrador rostro.
Y en el colmo de la irresponsabilidad, la narrativa de que con la vacunación se está saliendo de la pandemia es un peligroso espejismo. México sigue en la primera ola de contagios, sin aplanar la bendita curva y con dos repuntes que colapsaron la infraestructura hospitalaria en la capital. Los expertos pronostican que el tercer repunte sucederá irremediablemente después de las vacaciones de Semana Santa. En ese contexto además convergerá la crisis migratoria en franca escalada, y aprovechada como arma política por los republicanos, donde el relato de Joe Biden se ha convertido en un poderoso imán para miles de migrantes.
Debe recordarse que políticas migratorias de México y Estados Unidos han confluido en sus fronteras y han quedado vinculadas a la seguridad nacional. La coyuntura de las preocupaciones y paciencia estadunidense con la administración de López Obrador en plena pandemia, con un alza en la (desordenada) migración y el fracaso mexicano en el combate a las organizaciones criminales, tiene fecha de caducidad. No se puede articular un proyecto sin tener en cuenta el entorno que lo haga posible.
Y el anuncio de Biden de que la vicepresidenta Kamala Harris será la encargada de hacerse cargo de la “crisis humanitaria” en la frontera y “frenar” el flujo migratorio exhibe varias aristas, pero dos inobjetables; la primera que se endurecerán las negociaciones y las formas con México y la segunda, la prioridad de la administración demócrata en ganar este relato que fue estratégico para llevar a Donald Trump a la Casa Blanca en 2016.
POR LA MIRILLA
La candidata de Morena en Nuevo León, Clara Luz Flores, tiene un extraordinario talento y naturalidad para mentirle al colega Julio Astillero y al pueblo bueno y sabio. De no haber sido por un video donde se le nota embobada y sonriente con el criminal Rainere líder de NXIVM al que negó conocer, esa destacada capacidad para engañar no hubiera sido pública.