La ‘Picardía Mexicana’ y El Quijote

Politicón
/ 1 enero 2017
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El 2 de julio de 2010, falleció en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el escritor coahuilense ArmandoJiménez. Su deceso pasó prácticamente inadvertido. Más allá de la breve nota publicada por la prensa diaria para informar de su fallecimiento, poco se comentó entonces -y después menos- sobre él y su obra. Sólo recuerdo un par de comentarios. Uno de éstos, muy corto, de don Armando Fuentes Aguirre, Catón, en alguna de sus columnas de esos días.

Tal vez ese silencio, creo que inmerecido, obedece al género literario, de los llamados “géneros chicos”, que Armando Jiménez cultivó. Pero que él abrazó con maestría y apasionada vocación.

¿Quién fue Armando Jiménez, cuál su obra y la importancia de ésta, si acaso la tiene? Armando Jiménez Farías, su nombre completo, nació en Piedras Negras, Coahuila, el 10 de septiembre de 1917, por lo que al morir tenía 92 años. Cursó las carreras de arquitectura e ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional, se especializó en la construcción de instalaciones deportivas y fue un profesionista de éxito. Hasta que al publicar su primer libro, la vida le cambió por completo. Lo tituló Picardía Mexicana, que vio la luz en 1960. Su favorable acogida por el público lector lo hizo abandonar la industria de la construcción, para dedicarse de lleno a escribir.

Y lo hizo de manera prolífica, pues publicó 17 libros, cinco de los cuales fueron prologados portres premios Nobel con quienes tuvo amistad: Gabriel García Márquez, Octavio Paz y Camilo José Cela. Sus libros sumaban al morir 614 diferentes ediciones con alrededor de once millones de ejemplares impresos. Además, durante una larga época de su vida se dio tiempo para ser colaborador de varios periódicos y revistas, en los que publicaba temas de cultura y tradiciones populares.
 
Por sus trabajos, Armando Jiménez obtuvo en cuatro ocasiones el Premio Nacional de Periodismo, dos premios más en el género de crónica y otro par de galardones internacionales. Además de Picardía Mexicana, su gran éxito, publicó al menos otros cuatro títulos del mismo corte, género en el que se especializó.

En la década de los años sesenta, recuerdo que en la Ciudad de México era muy común ver a la gente en el camión, en los restaurantes o simplemente en la calle, con su ejemplar de Picardía Mexicana bajo el brazo o entregada con deleite a su lectura. Luego, como que pasó de moda, si bien continuaron sus ediciones aunque más esporádicas. Al fallecer su autor, se informó que la Picardía llevaba nada menos que 143 ediciones, con un tiraje total superior a los cuatro millones de ejemplares.
¿A qué viene lo anterior? A que la casa editora que últimamente ha venido publicando la Picardía Mexicana dice que se trata del “libro más leído en la historia de

la literatura en idioma español”. Y a continuación, como con cierto titubeo, agrega entreparéntesis: “(solamente después de El Quijote de la Mancha)”

Por su parte, Camilo José Cela, en el prólogo a la edición número 99 de la Picardía, impresa en 1999 con un tiraje de 12 mil ejemplares, escribe que es el libro “más leído en toda la historia de la imprenta en la América que habla el español”. Otras veces se presenta como el libro más leído, lo cual no resulta de fácil demostración, y en ocasiones como el más vendido o del cual se han impreso en México más ejemplares, aun por arriba de El Quijote. Esto último es falso, de acuerdo a los resultados muy preliminares de una investigación que sobre el tema inicié hace años y a la fecha tengo pendiente de concluir.
 
A los lectores de Vanguardia, les deseo que 2017 sea un mejor año. (76)

jagarciav@yahoo.com.mx

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