Más deuda millonaria, sin fiscalizar, en año electoral; al estilo Coahuila

Politicón
/ 23 octubre 2016
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El pasado jueves, escondidos en un salón de sesiones habilitado para tal efecto en Ocampo, Coahuila, los diputados locales aprobaron una nueva Ley de Deuda Pública para el Estado y con ello le permitirán al Gobernador contratar créditos hasta por 2 mil 700 millones de pesos, sin necesidad de pedir autorización, con el pretexto de utilizarlos en “inversiones productivas”.

Es decir, le cedieron parte de su poder, sin chistar.

Ahora bien, ¿usted cree que sólo crearon esa ley para que quede así y otros puedan utilizarla en un futuro? Evidentemente usarán ese recurso que acaban de aprobar y, al momento de redactar estar líneas, ya deben estar en negociaciones con algún banco para pedir más dinero.

No en vano el presidente de Grupo Bancomer-BBVA, Luis Robles Miaja, le tiró una flor a Rubén Moreira en la semana, al calificarlo como “el transformador de Coahuila”.

Pero ya nos la hicieron no una, sino dos veces.

En 2014 Gobierno del Estado solicitó un crédito por 2 mil 500 millones de pesos para pagar deudas contraídas en el sexenio 2005-2011, lo cual significó el punto de unión más obvio entre las administraciones Moreira: Rubén pide al banco, el Congreso le autoriza el 7 de octubre, y utiliza ese dinero fresco para saldar deudas de Humberto. Es decir, abrió un pozo para tapar otro, y pretendía enterrar ese asunto hasta el 27 de octubre de 2016.

Pero un litigio judicial le quitó los candados antes de tiempo y la Secretaría de Finanzas (SEFIN) fue obligada a transparentar la lista de 239 proveedores a los que pagó adeudos, documento que había permanecido 14 meses clasificado como “reservado” sin una fundamentación clara.

El financiamiento autorizado entonces, cabe señalar, debió ser “destinado a inversión pública productiva” de acuerdo con el Artículo Cuarto del Decreto 596, publicado el 10 de octubre de 2014 en el Periódico Oficial. Pero no sucedió así y terminó pagando “pozole” fiado como aquí se publicó.

El mismo cuento de 2015. El 1 de diciembre la SEFIN se endeudó con un crédito de 830 millones de pesos de acuerdo con el oficio SEFIN/UT/387/2016.

Así, en un ejercicio estimado por quien esto escribe, por dicho préstamo el Gobierno de Coahuila pagará alrededor de mil 427 millones 600 mil pesos si sumamos los intereses. Casi el doble.

Por si fuera poco tardamos casi un tercio del año en descubrir la existencia del crédito y, cuando lo supimos, el Gobernador opinó que “no es tema a discusión” (VANGUARDIA, 19/05/16), aún cuando 80 por ciento del dinero debió ser destinado a obra pública y no fue posible identificar en el presupuesto de la Secretaría de Infraestructura y Transporte que realmente lo estén aplicando. Dicho de otra forma: hicieron una licuadora de recursos.

Con esos antecedentes, ¿de verdad es necesario endeudarse más?, ¿para qué, específicamente?

Otro dato para dimensionar: desde el 30 de julio, es decir, hace un trimestre, la SEFIN no publica el estado de la deuda pública cuando su obligación es mensual. 
Qué traman.

Por lo demás, 2 mil 700 millones de pesos más a la cuenta significan cerrar el 2017 con 40 mil millones de pesos en deuda pública (si no ocurre una sorpresa y es más como en Durango), cuando empezamos el sexenio adeudando 35 mil millones.

Cortita y al pie
El Congreso es lo de menos. Ellos votarían la designación de un caballo como su coordinador si el Gobernador lo pidiese, parafraseando la historia de Incitatus y Calígula. Así de kafkiano es no tener contrapesos en el Poder Legislativo. Qué se puede esperar de legisladores como Francisco Tobías y Verónica Martínez cuando ellos mismos aprobaron desde su curul, el 18 de agosto de 2011, el refinanciamiento de la deuda contraída sin autorización y con documentos falsos en el sexenio de Humberto Moreira.

Se ha dicho semanas atrás en este mismo espacio: 2017 es “Año de Hidalgo”, pero también es año electoral. Por tanto, más que a inversión productiva, está muy presente la tentación de llevar esos 2 mil 700 millones a los bolsillos propios, o a comprar conciencias para mantener el poder a través de terceros. Lucrar con la pobreza, pues.

Recuerde que CONEVAL detectó en Coahuila 1 millón 164 mil 100 personas viviendo con un ingreso “inferior a la línea de bienestar” en su último estudio publicado. Dicho de otra manera: sobreviviendo, y nada más.

La última y nos vamos
Finalmente si la vainilla es de Papantla y la bebida espirituosa de Tequila, Jalisco, no es descabellado proponer que la deuda sea de Coahuila. Ya tenemos “denominación de origen”.

@luiscarlosplata

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