Mirador 08/03/16

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En el huerto brotó ya el nogal viejo. Eso es anuncio cierto de que los fríos se alejaron ya.
Los niños se alegran: podrán seguir jugando. Y se alegran los viejos: podrán seguir viviendo.
Yo amo a este viejo árbol que cada año vuelve a ser niño. Es un gran predicador. Los Padres de la Iglesia no saben lo que él sabe acerca de la vida eterna. En el invierno miras su ramazón desnuda y piensas que está muerto. Luego, con la llegada de la primavera, se pinta con el primer verdor del año, y vuelve a ser.
Quizá todo vuelve a ser. Me lo dice en silencio este nogal filósofo. A lo mejor él ya fue antes. Y yo seré después, a lo mejor. Quién sabe…
Ahora él se llena de brotes y de nidos, y yo me lleno de recuerdos y esperanzas. Quién sabe…
Se fue la vida. La vida regresó.
La vida se va siempre. La vida siempre vuelve.
¡Hasta mañana!...