Por mandato divino continúa la barbarie en la Franja de Gaza

Opinión
/ 26 mayo 2025

Brutal y sangriento el apartheid de Israel sobre la población palestina en la franja de Gaza y, recientemente, en Cisjordania. Desplazamiento de dos millones de palestinos es el objetivo del régimen de Benjamín Netanyahu con el apoyo de gobiernos de Estados Unidos y Europa; se pretende ocupar la franja y avanzar hacia Cisjordania al noreste de la Palestina, para continuar, por mandato divino, la anexión histórica que inició hace más de seis décadas y conseguir la totalidad de la “tierra prometida”.

Doble moral de Europa que se radicaliza con Rusia, pero continúa su relación tóxica con Estados Unidos y, sumisa, hace oídos sordos al llamado de la sociedad civil internacional para bloquear política, económicamente y militarmente al gobierno israelí, pero, por otra parte, otorga su apoyo total -económico y militar- a Ucrania que, según su falaz perspectiva, “lucha por su libertad”, sin embargo, callaron las masacres durante 10 años contra población ruso parlante en territorios del río Donbás (más de 14 mil muertes) por parte del ejército ucranio y bandas paramilitares neonazis, adoradores éstos del colaboracionista nazi Stephen Bandera en la segunda guerra mundial.

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Espeluznante lo que sucede en Palestina a los ojos del mundo entero, y es “antisionismo” la crítica contra el neofascismo judío.

El terrible holocausto justifica todo y el pueblo judío humillado, mancillado, torturado y asesinado por el nazismo alemán (de 1935 a 1945 con las leyes raciales de Nuremberg), ahora en manos de la derecha extrema, con el mismo rencor, cruelmente aplica igual discriminación al pueblo palestino, porque en un lejano pasado, un temible dios guerrero les otorgó esa tierra al extremo este del mar mediterráneo, tierra de cananeos -3000 a.C.-, de caldeos -1000 a.C.- y de filisteos -850 a.C.-.

De víctimas a victimarios, bombardean hospitales, escuelas, refugios y campamentos de refugiados, asesinan a periodistas, médicos, enfermeras y voluntarios y, atroces inhumanos, no permiten la entrega urgente de ayuda humanitaria, por la hambruna y el riesgo de que mueran cerca de 14 mil bebés (ONU, La Jornada, 20/05/25).

Según estimaciones del Banco de Israel (Middle East Monitor, 11/01/25), en 2024 el costo de la guerra ascendió a 65 mil 570 millones de dólares, sin considerar costos de la terrible destrucción en la franja que, de acuerdo con la ONU (La Jornada, 24/05/25), la reconstrucción tardaría hasta ochenta años.

Saskia Kluit, relatora de la Asamblea Parlamentaria de Europa, señaló limpieza étnica y genocidio, “...inmensa tragedia causada por el hombre y por toda la humanidad” (La Jornada, 24/05/25), ¡el odio milenario de neofascistas israelíes corresponde a la sociedad global!

Muchos factores en la reconfiguración económica y política del mundo, desde aranceles y nuevos bloques económicos, la paulatina debilidad del dólar como moneda de cambio mundial y, obvio, conflictos locales y regionales.

Política intervencionista estadounidense en su “reposicionamiento global”. La entrega en 2021 de Afganistán a radicales musulmanes proyectó la situación actual en medio oriente, región potencializada conflictuada: Siria es ahora prooccidental; Israel bombardea Gaza, Cisjordania y, en el sur del Líbano, al grupo político-militar palestino Hezbolá; además, el noreste de África inestable debido a grupos guerrilleros que apoyan la causa palestina.

Previsiblemente, los conflictos en oriente medio tienen como objetivo contener el avance terrestre de la “nueva ruta de la seda”, estrategia de China para inversión y cooperación con diversos países, incluido el grupo BRICS+; esta línea de inversión-comercialización de oriente hacia Europa y el norte-centro africano pasaría por Asia Central, que Occidente pretende evitar a toda costa, lo cual incluye, hasta ahora, más de 60 mil muertes de gazatíes, la mayoría mujeres, niñas y niños.

Extrañamente, sectores cristianos católicos no comprenden que la alianza con la estirpe de Abraham fue superada hace dos mil años con el sacrificio amoroso de Jesucristo, la nueva alianza con toda la humanidad, sin territorios y sin castas divinas.

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