Que hombres y mujeres respeten la vida
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Muchas mujeres. Llevan carteles con frases y algunas mantas con letras.
Prorrumpen en porras. No hay gente que lea o escuche, pero hay cámaras. Está llegando todo a los celulares, a las televisiones y a las tabletas.
Se graban también escenas de violencia contra vallas protectoras. Se ven sopletes, martillos y constantes puntapiés y manazos sobre los metales llenos de carteles engomados. Son grupos −quizá infiltrados−. Por los orificios de las vallas brotan humaredas ahuyentadoras.
Es la muchedumbre femenina una protesta y furia contra los repetidos crímenes en que han sido asesinadas mujeres en varios estados del territorio nacional.
Las calles y las plazas se convierten en escaparates, en exhibidores para gritar: “aquí estamos”. Que no haya indiferencia, ni pasividad, ni temor, ni tibieza. Muchas de las manifestantes traen en la memoria rostros y nombres inolvidables.
CONTAGIOS EPIDÉMICOS MENTALES
El asesinato y el suicidio son contagios epidémicos de obsesiones mentales perniciosas, exhibidas en series, filmaciones y narraciones radiofónicas como conducta humana frecuente, causada por depresiones y venganzas.
Mucha vigilancia numerosa no logra detener las compulsiones agresoras que surgen en el trato de parejas y en el seno de las comunidades familiares.
En el fondo, es una carencia de educación integral sembradora de valores que fructifique en respeto a la vida propia y ajena, desde antes de nacer hasta el fallecimiento, como término natural.
NO QUITARSE SEGURIDAD NI FELICIDAD
La noticia que trata de dar conformidad es la que dice que ese crimen va “a la baja”. Son ascensos y descensos caprichosos de las barras estadísticas. La “baja” no puede ser atribuida a intensificación de guardias o patrullajes.
Sólo una recia masculinidad que nunca decida atropellar, despreciar, ofender, excluir, dominar y aniquilar lo femenino como si fuera un enemigo intolerable.
Y sólo una feminidad digna, precavida, sensata y prudente que no intente competencia, sino colaboración, y no abuse de sus cualidades para humillar, sino su encanto para hacerse amable, evitarían el daño recíproco de quitarse seguridad y felicidad.
El mandamiento es “no matarás”. Que hombres y mujeres respeten la vida en todas sus etapas. Desde la concepción (para que una niña, antes de nacer, no sea víctima del “feminicidio”) hasta el fallecimiento natural.
No es sólo el precepto o la sanción sino, en la conciencia, el freno interno del valor, del principio y del mandamiento lo que lleve a la confianza, el respeto y la paz propios de la civilización del amor.
TÉ CON FE
(Son ellas, con trago y charla).
-Debemos estar más unidas las mujeres y no destruirnos unas a otras.
-Es cierto. Una mujer destruye a otra cuando no la deja nacer, interrumpiendo su plena gestación y haciendo inviable el inicio de su vida extrauterina.
-Y en estos días cuaresmales, ¿qué es el arrepentimiento?
-El arrepentimiento es un don.
Itinerario para recibir la gracia de la conversión:
-Reconocer nuestros errores.
-Evitar la tentación de la desesperación.
-Y decirle en oración a Jesús, el Salvador, que:
“por gente como yo, Señor, viniste Tú”...
...Llega el mesero y les presenta la cuenta...Una paga y la otra agradece...
Encuesta Vanguardia
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