Reducción de la pobreza en Saltillo: ¿Qué dicen los datos?

Opinión
/ 20 diciembre 2025

Es bien sabido que, en el periodo que va de 2018 a 2024, se redujo la pobreza significativamente en el país en más de 12 por ciento, a pesar de los retos para la economía nacional que significaron la pandemia, la guerra en Europa y las tensiones con el gobierno de Trump. La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) ha mostrado, además, en forma concluyente, que la mayor parte de esa reducción se logró gracias a una política pública específica: el aumento al salario mínimo.

Esa dinámica nacional, ¿se repitió en Saltillo, nuestra ciudad? ¿Acá se redujo más, menos o igual la pobreza? Y, ¿se explica por las mismas causas?

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Con la idea de ayudar a encontrar una respuesta a estas cuestiones, se realizó un análisis propio, procesando los microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, inspirados en el estudio publicado por el presidente de la CONASAMI, Dr. Luis Felipe Munguía Corella. Para quien no esté familiarizado, la ENIGH es la “radiografía” más detallada que existe sobre lo que ganan y gastan los mexicanos. Aunque el INEGI diseña esta encuesta para dar resultados por estado, la muestra en metrópolis del tamaño de Saltillo es lo suficientemente robusta para permitirnos hacer estimaciones no oficiales sobre nuestra capital.

Lo que encontramos al limpiar los datos y correr los modelos es revelador. Saltillo pasó de tener a más de una cuarta parte de su población en situación de pobreza por ingresos en 2018 (alrededor del 26 por ciento), a reducir esa cifra a poco más del 11 por ciento en 2024. Estamos hablando de una caída dramática (57.7 por ciento) y positiva que nos sitúa muy por encima de la media nacional y en lugar 4 (empatados con Mérida) entre las capitales de los estados que más redujeron la pobreza, según nuestro cálculo.

La pregunta obligada ante este hallazgo es: ¿Por qué? ¿Qué pasó en estos seis años para que miles de familias saltillenses salieran del bache?

La narrativa local, impulsada por el gobierno estatal y municipal, suele atribuir cualquier mejora en la ciudad a supuestos méritos de los gobiernos locales del PRI. Sin embargo, nuestro análisis econométrico, que probablemente se formalizará próximamente en un artículo científico, cuenta una historia diferente y reveladora. Al aislar las variables, se descubre que el principal responsable de esta mejora fue la política de recuperación del salario mínimo.

Nuestros cálculos arrojan un dato técnico muy importante: la elasticidad del salario sobre la pobreza en nuestra ciudad es de -0.67. En términos simples, esto significa que por cada 10 por ciento que aumentó el salario mínimo real, la pobreza se redujo automáticamente un 6.7 por ciento. En otras palabras: el aumento al salario mínimo explica más del 100 por ciento de la reducción de la pobreza en Saltillo (lo que significa que su impacto fue tan fuerte que compensó incluso factores adversos como la inflación). El modelo econométrico confirma esta relación con una certeza estadística muy alta. Esto se explica probablemente porque el ADN económico de Saltillo encontró el complemento ideal en la política laboral de la 4T: al no ser una ciudad de alta informalidad, sino una potencia industrial con alta contratación formal, el decreto federal no se quedó en el papel. Al eliminarse la vieja política iniciada por el PRI en 1982 y continuada hasta el último año de Enrique Peña Nieto, que buscaba a toda costa mantener los salarios bajos, el impacto en Saltillo fue inmediato y multiplicador.

Otra forma de revisar este impacto es considerar que, en 2018, cuando Morena llegó a la presidencia, el ingreso promedio de los hogares saltillenses por remuneración del trabajo (lo que ganan sumado todos los miembros el hogar que trabajan) era de aproximadamente 15 mil 400 pesos mensuales, y para el último año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya era de, en números redondos, 21 mil 400 pesos mensuales: un aumento prácticamente de 6 mil pesos al mes. Y es importante notar que todos los datos son en pesos de agosto de 2024, por lo que ya se contempla la inflación y que no se suman ahí ingresos provenientes de otras fuentes, como los apoyos sociales federales que también crecieron enormemente. Según nuestro modelo, el 55 por ciento de ese incremento es resultado directo del incremento al salario mínimo.

Piensa en esto: son 16 mil 200 millones de pesos más en los bolsillos de los trabajadores de Saltillo, que ayudan también a mantener a flote el consumo y dan viabilidad a microempresas y emprendimientos locales. Es dinero que la gente ganó con el sudor de su frente y que se logró incrementar en forma importante gracias a la decisión política de revalorizar el salario.

Y aquí es vital desmontar otro mito: el de que “el aumento al mínimo no me beneficia porque yo gano más”. Los datos muestran también la existencia de un ‘efecto faro’ modesto pero consistente. El empuje del salario mínimo generó una presión positiva que elevó también los sueldos medios, beneficiando no solo a quien gana el salario mínimo, sino a técnicos y profesionistas cuyos sueldos tuvieron que ajustarse al alza para mantener la competitividad en el mercado laboral. Según los cálculos, por cada 10 por ciento que aumentó el mínimo, el ingreso promedio aumentó un 1.4 por ciento.

Hacia el futuro, el panorama es alentador. Al incorporar en nuestros modelos los aumentos posteriores a la última medición del INEGI, es decir, el 12 por ciento de este año y el 15 por ciento ya aprobado para 2026, proyectamos que Saltillo está por lograr un hito histórico: bajar la pobreza a menos del 10 por ciento. Esto confirma que no hay mejor política social que el trabajo bien remunerado y que recuperar el salario mínimo es una herramienta poderosa para fortalecer nuestra economía.

“Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha”

Antonio Castro (1995) es licenciado en economía por la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Oriundo de la ciudad de Saltillo, Coahuila. Pertenece activamente a la sociedad de pensamiento crítico de América Latina capitulo México (SEPLA-México). Desde el 2019 es responsable como enlace en Coahuila de la Red Estatal de Círculos de Estudio del Instituto Nacional de Formación Política del partido morena. Se distingue como un fiel opositor del sistema capitalista y como un febril militante del obradorismo. En pie de lucha desde el fraude del 2006 a la edad de 11 años. Militante fundador del partido Morena en el otoño de 2014. Se asume como promotor de la 4ta Trasformación en el barrio.

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