Reestructura de la deuda, ¿nos beneficia?
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Uno de los grandes temas que los coahuilenses tendremos que afrontar durante décadas es la losa de la megadeuda.
Desde 2011, cuando se dio a conocer cómo se había acumulado una deuda exorbitante, inclusive, parte de ella a través de procedimientos irregulares, el tema ha sido punto de debate.
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Este martes, el Congreso del Estado avaló una nueva reestructura, la cual llevará a que los créditos que se tienen vigentes se terminen de cubrir en 2038, 2043 y 2048, respectivamente.
Es decir, la deuda se terminaría de pagar –en caso de que así sea– 37 años después que se destapó.
Con el paso del tiempo, los coahuilenses ya hemos pagado más dinero a los bancos que los préstamos iniciales, y aun así se sigue debiendo más que en un inicio.
Esto implica una camisa de fuerza para cualquier administración que ve su margen de maniobra acotado para cumplir con los mínimos básicos de un gobierno.
Por ello, con el paso del tiempo se han tenido varias reestructuras que permitan alargar el periodo de pago, con montos menores que den un poco de oxígeno a las finanzas públicas.
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Esta decisión ayuda, sin lugar a dudas, a tener este mayor margen para cubrir necesidades básicas como obra pública o programas sociales, sin embargo, eterniza un problema.
Asimismo, uno de los grandes reclamos –que con el paso del tiempo ha perdido fuerza– es exigir que se castigue a los responsables, sobre todo aquellos que de forma ilegal contrataron créditos.
A 12 años de conocerse ese episodio, poco se ha hecho en materia de procuración de justicia. No hay nadie en prisión ni siquiera sancionado por esas irregularidades.
Aunque ha habido voces que han planteado escenarios más radicales, como es desconocer la deuda, esto no parece la mejor de las soluciones, sobre todo al no haber explicaciones convincentes de que sea viable.
Mientras tanto, varias generaciones de coahuilenses deberán pagar este lastre que, mientras no se encuentre una solución de fondo, seguirá siendo motivo de debate al preguntarse si el oxígeno a corto plazo que da una reestructura beneficia también en el futuro más a distancia.