Relevo generacional: El futuro en manos jóvenes

Opinión
/ 30 octubre 2024

La escena en Coahuila está cambiando, y el relevo generacional que comienza a florecer no es simplemente una tendencia; es un fenómeno de cambio que atraviesa la política, las empresas y el deporte. La llegada de líderes jóvenes en el círculo más cercano del gobernador Manolo Jiménez, del alcalde Román Alberto Cepeda, en las Cámaras Empresariales y en el Consejo de administración del Club Santos muestra un cambio de mentalidad que no sólo rejuvenece las estructuras de poder, sino que las conecta directamente con las necesidades y aspiraciones de una generación que entiende los desafíos de manera diferente.

Sin embargo, esta renovación generacional enfrenta retos profundos. Según el Inegi, los jóvenes representan el 24.7 por ciento de la población mexicana, y esto no es un simple número, es un recordatorio de la presión que recae en quienes hoy representan esa “sangre nueva” en el poder. Existen temas en la agenda que importan a los jóvenes, como la generación de más empleos formales, la mejora de los salarios y la sobreoferta de carreras tradicionales, los lleva a migrar a otras ciudades o incluso fuera del país. Estos problemas resaltan la urgencia de contar con líderes que, además de entender la política, estén dispuestos a enfrentar estas realidades con acciones concretas y sostenibles.

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En la administración pública hay varios ejemplos de juventud y experiencia. En el Gobierno del Estado, encontramos figuras como Gabriel Elizondo, Diego Rodríguez, Blas Flores, Ricardo González y Jorge Piñones; mientras que en el Ayuntamiento de Torreón destacan nombres como Antonio Hernández, Ariel Martínez, Angelina García y Ximena Villarreal, entre otros. La perspectiva de estos jóvenes en el poder es inclusiva y abierta a la innovación, y su principal reto es traducir esas ideas en acciones efectivas y visibles que impulsen el desarrollo social y económico de la región.

La transición generacional en el ámbito empresarial es igualmente significativa. Los nuevos líderes de los consejos empresariales en Torreón comprenden que el éxito ya no depende sólo de la rentabilidad, sino también de la sostenibilidad y la innovación. Con la llegada de industrias motivadas por el nearshoring, el estado enfrenta una oportunidad sin precedentes para integrarse a cadenas globales de producción. Este contexto coloca a los jóvenes empresarios en una posición clave: sus decisiones definirán si Coahuila se convierte en el polo de desarrollo del norte del país, un anhelo de larga data. Aunque los retos son grandes, la visión de esta generación puede transformar a Coahuila en un modelo de desarrollo sustentable, atrayendo capital y talento global que se alinea con las necesidades y el potencial de la región.

En este escenario, el Club Santos, un símbolo de identidad en La Laguna, también vive su propio relevo. Con un presidente joven al frente, la afición espera que el equipo, además de ganar en la cancha, fortalezca el lazo emocional que conecta a los laguneros con su tierra.

Para los jóvenes de Torreón, el Santos es mucho más que un equipo de fútbol; es una fuente de orgullo y unidad. El reto para la nueva administración es doble: construir la competitividad del club y, al mismo tiempo, fortalecer su compromiso con la comunidad, adaptando sus estrategias de marketing y relaciones públicas a una generación cada vez más digital. El Santos representa el potencial de crecimiento no sólo en el ámbito deportivo, sino también en la forma en que las instituciones pueden conectarse con su audiencia, un desafío que la generación joven deberá enfrentar con empatía y visión.

No obstante, el relevo generacional en Coahuila no está exento de retos. Los jóvenes líderes que asumen posiciones estratégicas necesitan el apoyo de quienes les precedieron, un acompañamiento que les permita aprender de los errores y construir con bases firmes. Las próximas elecciones estatales serán el primer gran examen de estos nuevos líderes: un momento en el que deberán demostrar la alternativa que representan frente a las problemáticas del estado y su preparación para asumir la responsabilidad que conlleva gobernar y transformar. La confianza de la ciudadanía dependerá de su habilidad para mantener la estabilidad y llevar sus ideas a la realidad.

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Mientras tanto, el mercado laboral sigue siendo un reto. La presión de la competencia global obliga a los jóvenes a ser resilientes y adaptarse rápidamente a los cambios en la economía. La juventud en Coahuila necesita un entorno que no sólo le brinde herramientas, sino también esperanza. Para muchos, el relevo generacional es una promesa de cambio, una que, si se cumple, podría ser clave para construir una región capaz de retener y potenciar su talento, en lugar de ver a sus jóvenes migrar.

Este relevo generacional, que estamos viendo en la política, la empresa y el deporte, representa el futuro de nuestro estado. La pregunta no es si los jóvenes están listos para tomar la batuta; la pregunta es si estamos listos para apoyarlos en este camino, para confiar en sus ideas y permitirles construir un mejor mañana para todos. El verdadero éxito de esta transición no radica en la juventud de sus líderes, sino en su capacidad de transformar a una sociedad que exige innovación, justicia y oportunidades. Con el respaldo de su comunidad, estos jóvenes pueden hacer de Coahuila un ejemplo de resiliencia y progreso en México.

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