Resonancias del México virreinal y la guitarra barroca
Una de las mayores dificultades a las que se enfrenta el nobel estudiante de música es el aprendizaje, entendimiento y asimilación de la música antigua, es decir, el periodo histórico que abarca del Medioevo (siglos V al XV) al Renacimiento (siglos XV y XVI), era de maravillosos descubrimientos y espléndido desarrollo de las artes en todas sus manifestaciones.
Las dificultades se circunscriben a las estructuras musicales de esa época, ajenas y extrañas al oído del escucha acostumbrado a los racimos armónicos bellamente hilvanados, y al contrapunto riguroso presentes en la música de Bach, Mozart, Beethoven, y demás compositores que- lo reconocieron en su momento- abrevaron del caudal sonoro que los precedió.
Recuerdo con agrado un curso de música antigua que tomé en mi época lejana de estudiante de música, impartido por una autoridad en el tema, la maestra Isabel Villey, investigadora, académica, laudista y vihuelista francesa afincada en México, quien nos enseñó a leer y transcribir las tablaturas antiguas, verdaderos quebraderos de cabeza hasta para el más talentoso guitarrista de la escuela donde cursaba mis estudios. Fue en ese entonces que descubrí la inconmensurable belleza de la música antigua, predecesora del barroco musical, y las dificultades intrínsecas en ella para interpretarla de la manera adecuada.
La maestra Villey decía que el siglo XX era un verdadero descalabro para muchos de los intérpretes, debido a que- afirmaba- en la música contemporánea no hay música, no se encuentra nada conmovedor, y eso explica, en parte, el afán de los músicos y musicólogos por encontrarse de nuevo con el placer que provoca la música creada hace más de mil años. De ahí el boom que se dio a partir del último tercio del siglo pasado con múltiples grabaciones, ciclos de conciertos en salas y auditorios de concierto alrededor del orbe; publicaciones de libros y artículos especializados en el tema que se empezaba a antojar vastísimo sobre la música antigua, ímpetu que no ha menguado en lo más mínimo, al contrario, se acrecienta y vivifica con el paso del tiempo.
Los músicos de nuestra ciudad no han sido indiferentes al vastísimo repertorio que se encuentra al alcance de la mano de cualquier intérprete, profesional o estudiante, que desee adentrarse en los meandros de ella. Es penoso reconocerlo, pero como ocurre muy a menudo- y aquí parafraseo a Alfonso Reyes-, que nuestro país siempre “llega tarde al banquete de la historia”, pero llega, me diría un alumno, con el afán ingenuo de minimizar semejante desacierto.
Hace unos días disfruté de un memorable recital de guitarra que brindó el maestro Luis Fernando Subealdea Sánchez, concertista de guitarra, egresado de la Escuela Superior de Música de la UAdeC. Su recital titulado, “Resonancias del México colonial. Música mexicana para guitarra de los siglos XVII al XIX”, proyecto de investigación que se hizo acreedor a una beca PECDA en su edición 2023, incluyó obras que se escucharon por primera vez en nuestra longeva ciudad, testigo del virreinato. Lo loable, además de la inmaculada interpretación de cada una de las piezas del programa, fue el trabajo de investigación que realizó el maestro Subealdea del período virreinal en nuestra región y de las características musicales de las piezas que interpretó.
Su repertorio abarcó no sólo 200 años de música para la guitarra sino también incursionó en variadas estructuras y texturas sonoras. Interpretó obras del Código Saldívar IV (1732), de Ignacio de Jerusalén y Stella (1707-1769), de Juan Antonio de Vargas y Guzmán (s. XVIII), Octaviano Yáñez (1878-1918) y Manuel M. Ponce (1882-1948), entre otras obras del período virreinal.
El espacio en donde se llevó a cabo dicho recital no pudo haber sido mejor: el Recinto del Patrimonio Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Coahuila, inmueble cuya construcción data del año de 1689, auténtica reliquia virreinal arquitectónica de nuestra ciudad. La acústica del recinto es óptima y ahí se han llevado a cabo conciertos de música de cámara e instrumentos solistas. El período virreinal concerniente a la actividad y vida artística de nuestra ciudad sigue siendo un terreno muy poco explorado e investigado con seriedad. Algunos historiadores connotados como el Dr., Carlos Manuel Dávila, el músico Eduardo Figueroa y el poeta y escritor Jaime Torres Mendoza, han escrito y publicado sobre este tema. Esperamos y deseamos que los musicólogos aparezcan en escena.
CODA
“¿Quién nunca imaginara que no sólo lo indios, sino también las indias mujeres habían de jugar a los naipes y saber tañer guitarras? Del juego pocas serán, pero de hacer y tañer guitarras en pueblos grandes, entiendo, son más de las que serían menester”.
Gerónimo de Mendieta (1525-1604), Historia eclesiástica indiana.