Retos y propuestas en materia vehicular en Saltillo

Opinión
/ 30 agosto 2022

El paisaje de Saltillo está dominado por un alto número de vehículos. ¿En qué momento, se piensa, se empezó a ahogar de tanto tráfico? Las horas pico dejan ver hileras de todo tipo de autos y camiones circulando lenta, muy lentamente por ciertas avenidas, y a exceso de velocidad por otras.

Es constante la afluencia vehicular a lo largo de Periférico Echeverría, por poner un ejemplo, de sur a norte, conduciendo desde donde hace entronque con la carretera a Zacatecas hasta su punto de encuentro con Nazario Ortiz Garza. En las mañanas, entre las 6:00 y las 8:00, el movimiento no cesa.

Otro ejemplo de horas pico lo localizamos en el centro de la ciudad, en la calle de Allende, los viernes por la tarde o en días de quincena: son días clave en que el sentido común y la experiencia avisan que la vía, saliendo del paso a desnivel rumbo al centro, que usualmente toma menos de diez minutos, se convierte en una larga espera de hasta media hora.

Son solamente algunos de los puntos. Lo mismo ocurre en avenidas como el bulevar Venustiano Carranza que en el Jesús Valdés Sánchez.

Sigue siendo a velocidad inmoderada como se maneja en la ciudad. Y para ello es indispensable seguir insistiendo en que debe moderarse, pues muchos accidentes ocurren por su causa. Conducir el Periférico es de todos los días una osadía. Los peores escenarios se encuentran cuando a la alta velocidad que se le imprime en él se presenta un automóvil descompuesto. En varias ocasiones no únicamente se es testigo de cómo otros los esquivan, en la cúspide o bajada de puentes, sino que es imprescindible formar parte de la rápida maniobra.

Es un reto enorme entrar de lleno al tema del tráfico citadino. A ello se agrega el tema del transporte público, que por estos días elevó las tarifas y contra lo cual se han levantado organismos y grupos de personas.

Una experiencia particular hace unos días en el uso del transporte público dio como resultado que hay unidades que se mantienen decorosamente limpias y en buenas condiciones, pero muchos se permiten una velocidad muy por encima de lo aconsejado. Lo cual, por desgracia, ha derivado en trágicos accidentes.

Para poder ofrecer un servicio más digno, sería lo ideal que las unidades en su conjunto uniformaran las condiciones de higiene, que la actitud de los choferes se generalizara en un trato más amable y, por supuesto, responsable al volante.

También, como propuesta, pudiera ser de enorme ayuda para los viajeros que cada ruta trajese en el mismo camión los puntos o estaciones que corresponden a su unidad. Eso fue lo primero que me llamó la atención en la ciudad de México al conocer el Metro. Cada uno de los vagones lleva escrita la línea de estaciones a las que arribaría.

Esto podría hacerse en los camiones de la ciudad. El hecho de que anuncien un sólo punto del viaje hace preguntarse a muchos usuarios por dónde pasa la unidad: si entre los lugares está al que se dirige.

La información, adicionalmente, sería de gran utilidad y garantía a los usuarios de que no hay cambio en la dirección. Mejorar la calidad del viaje en transporte público es un imperativo, así como dotar de la mayor información posible a los usuarios.

Tanto el tema de la afluencia vehicular, la velocidad de los vehículos como el mejoramiento del transporte público son importantes de analizar en una ciudad cuyo crecimiento está demandando cada vez mayor vigilancia y nuevas estrategias de acción. Ayudemos todos a implementarlas. La llegada de los camiones “Arteaguenses”, que cubrirán la ruta de Arteaga a Saltillo en varias vueltas, vendrá seguramente a establecer parámetros a los que habrá que dar seguimiento.

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