Saltillo: Accidentes viales, ¿por qué se incrementan?

Las estadísticas, lo hemos señalado en múltiples ocasiones, no son un ejercicio ocioso, sino uno que debe servirnos para tomar decisiones. Porque el seguimiento de las variables relevantes de la vida social es un ejercicio que tiene como objetivo mejorar la vida colectiva.

Insistir en esta premisa no es ocioso, sino indispensable. Reaccionar frente a la realidad que se construye cotidianamente ante nosotros es un deber directamente conectado con ese propósito colectivo al que llamamos progreso. Sin ello, la organización social carecería de sentido.

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El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo al incremento que, de acuerdo con cifras de la Cruz Roja Mexicana, Delegación Saltillo, han registrado los accidentes viales en la capital de Coahuila durante el presente año.

Los datos proporcionados por dicha institución son para llamar la atención y preocupar: de unos 40 percances mensuales durante el año 2023 hemos pasado a un centenar en lo que va del presente año. Se trata de un incremento del 150 por ciento en la incidencia.

Peor aún: de acuerdo con Juan Carlos Rocha, coordinador de Socorros y Capacitación de la Cruz Roja, el grado de lesión provocado por los percances viales en Saltillo también se ha incrementado:

“...aumentó el grado de lesión, ahorita hay más lesionados graves e incluso más pacientes que pierden la vida por las condiciones vehiculares en las que van involucradas muchas cosas, desde el no uso de sistemas de seguridad, la ingesta de alcohol, el uso del teléfono, el no respetar límites de velocidad. Todo eso aumenta el grado de lesión”, ha dicho el integrante de la organización de auxilio.

¿Cuáles son las razones detrás de este incremento desproporcionado en la siniestralidad vial en Saltillo? ¿Qué mecanismos de prevención se han relajado al grado de prohijar esta realidad?

Las preguntas anteriores no solamente demandan respuesta, sino que deben formularse exactamente en ese sentido. Porque el incremento en el número de accidentes −y en las víctimas que producen− solamente pueden derivar de un relajamiento en las medidas preventivas que deben mantenerse en vigor de forma permanente.

La autoridad, los automovilistas, los peatones y, en general, los integrantes de la sociedad, estamos dejando de hacer cosas puntuales que se traducen en accidentes de tránsito y en víctimas que, en el mejor de los casos, sufren una lesión de la cual logran recuperarse y, en el peor, pierden la vida.

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Los números, como casi siempre ocurre, convocan de manera urgente a la acción. Tal convocatoria tendría que ser escuchada y atendida de inmediato por parte de las autoridades, así como de la ciudadanía en general. Cabría esperar que nadie la desoyera.

Y es que hacer esto último equivale a seguir incrementando la indeseable estadística de víctimas que ya es demasiado alta.