Contaminación atmosférica: Males respiratorios, sin freno en Coahuila

La contaminación atmosférica, se ha señalado en múltiples ocasiones, constituye uno de los problemas más importantes de salud pública en el mundo debido a la gran cantidad de casos de enfermedades respiratorias que provoca y, derivadas de estas, un altísimo número de muertes prematuras.

Como lo hemos informado también, se trata de un problema que afecta, sobre todo, a la población infantil, razón por la cual las autoridades responsables de la protección al medio ambiente y la salud están convocadas a instrumentar medidas que prevengan su incidencia.

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Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que “las enfermedades respiratorias agudas son un conjunto de enfermedades que afectan el sistema respiratorio y se constituyen en la causa más frecuente de morbilidad y mortalidad en niños y niñas menores de 5 años en todo el mundo, en especial por Infección Respiratoria Aguda (IRA)”.

Y, como lo hemos informado en múltiples ocasiones también, no se trata de un problema que afecte a otros, en otras partes del país o del mundo, sino que se trata de un fenómeno presente en nuestra región.

Las estadísticas de la Secretaría de Salud lo dejan claro, de acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición: la incidencia de enfermedades respiratorias en Coahuila se ha mantenido al alza en los últimos cuatro años, luego de una disminución importante durante la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.

De hecho, en el primer semestre de este año el número de casos diagnosticados equivale a más del 80 por ciento de los registrados en todo el 2019, el año previo a la pandemia, por lo que 2024 apunta para imponer un nuevo récord en la materia.

De acuerdo con datos del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal, hasta la semana 25 de 2024 −que concluyó el 22 de junio pasado−, en Coahuila se registraron 224 mil 424 casos de infecciones respiratorias agudas, sin contar la incidencia de padecimientos como el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, neumonía, COVID o influenza.

Una parte importante de estos casos es provocada por la contaminación ambiental y por ello resulta de la mayor urgencia que las autoridades sanitarias diseñen y pongan en práctica medidas que caractericen el problema de forma adecuada y, a partir de ello, se desplieguen acciones preventivas y correctivas.

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Aquí es preciso tener claro que el problema se encuentra en el aire, un elemento esencial para la vida y del cual no podemos prescindir. Parecería ocioso decirlo, pero es necesario puntualizarlo: todos tenemos que respirar y es una actividad que no podemos suspender.

Los números están ahí. Muestran una realidad tan clara como preocupante y lo único que no podemos hacer es ignorarla. Insistir en voltear hacia otro lado solamente agravará el problema y eso se traducirá en cada vez más personas enfermas y más muertes que pueden evitarse.