Saltillo, entre la abundancia y la escasez cultural
COMPARTIR
Justo hace unos días recordábamos unos colegas y yo lo movido, culturalmente hablando, que solía ser el periodo de julio y agosto en Saltillo. Con diversos festivales y muestras de diferentes áreas, podíamos disfrutar de teatro de otros estados gracias al festival de monólogos Teatro a Una Sola Voz, de una mezcla entre lo local, lo nacional y a veces lo internacional en la FINA y de una parte de lo mejor del estado en la Muestra Estatal de Teatro.
Este año julio ha sido un mes movido, aunque no solo por los eventos culturales que sí han regresado. Se ha tratado de un mes de conversaciones necesarias al interior del gremio teatral, un mes, también, para darse cuenta de que – para bien o para mal – no estamos en el mismo Saltillo de antes.
El mes comenzaba con descontentos. Primero por el miedo a que la MET, que usualmente se realizaba en agosto, no regresara. Miedo que por fortuna – después de unas cuantas gestiones y dimes y diretes – fue calmado con la salida tardía de una convocatoria que recorrerá la muestra al mes de octubre. Un fuerte recorte sufrió la Muestra Estatal de Teatro de este año, que hasta cierto punto se siente como premio de consolación, sin embargo, se trata de un evento que no se pierde y eso siempre es positivo.
No se puede decir lo mismo del festival Teatro a Una Sola Voz, que por segundo año consecutivo no se puede disfrutar en Saltillo, pues la totalidad de las funciones se ofrecieron en Torreón. Mucho se comentó también de este acontecimiento, que si la Secretaría de Cultura de Coahuila ya no se acuerda de la capital del estado, que si se trata de un mal intento de descentralización de la cultura, en fin, a la Secretaría del Estado le tocó tomar críticas por todos lados, mientras el Instituto Municipal de Cultura, feliz de la vida, presumía su cartelera de la FINA.
El Instituto Municipal de Cultura resulta relevante en esta conversación porque, a pesar de que el enojo se concentró en la administración estatal, los que saben un poco más que su servidora de cuestiones de gestión cultural y presupuestos, afirman que Teatro a Una Sola Voz, por más que sea un circuito impulsado por la Coordinación Nacional de Teatro y su vinculación con los estados, depende en gran medida de la coinversión de los municipios. Entiéndase que la Coordinación Nacional ofrece el evento y quien tiene el dinero para financiarlo se lo queda. Administraciones anteriores de cultura en Saltillo tenían una partida reservada para este evento, pero parece ser que ese ya no es el caso.
En estos tiempos en los que a las administraciones de cultura en todos los niveles solamente se les quita y quita, se entiende que se tengan que priorizar cosas. Probablemente se pensó que Saltillo ya tendría bastante y suficiente con la cartelera de la FINA. La realidad es que ese no es el caso y que se trata de eventos de diferente naturaleza que enriquecen de formas diferentes a la comunidad, comenzando por el hecho de que la FINA tiende a concentrarse en contratar a artistas locales – por lo menos en lo que a teatro se refiere – mientras que Teatro a Una Sola Voz es un circuito de difunde las propuestas de artistas de otras zonas del país. Ambos son necesarios de diferentes maneras. Si el plan es seguir con la racha de ausencia del festival de monólogos en Saltillo, se tendrá entonces que considerar enriquecer y diversificar mucho más la oferta de la Fiesta Internacional de las Artes, que este año solamente contó con dos compañías de teatro externas, una de Nuevo León y otra de Guadalajara.
La FINA concluyó este jueves con eventos que, por lo menos al público general, parecen haberle gustado bastante, aportando acontecimientos memorables como los que se comenta que se vivieron durante la presentación de La Bohème de Puccini por la Compañía de Ópera de Saltillo. Si hasta ahora existe alguna queja, es por las largas filas para recolección de boletos para los eventos, cuyo curioso método y desarrollo quizás dé para ser tema para otro día. Por ahora, sólo queda aprovechar la “abundancia cultural” que aún sobrevive en esta época en Saltillo, antes de que la escasez nos alcance.