Saltillo: la ciudad más competitiva de México

Opinión
/ 27 noviembre 2024

La capital de Coahuila ha conquistado de la cima de la competitividad en México, el reto ahora es tener claro lo que hace falta para mantenerse en ella

Desde hace al menos un par de décadas, Saltillo viene apareciendo en distintos mecanismos de medición como una de las ciudades con mejores condiciones para vivir y desarrollarse en México. Eso explica, en buena medida, el despunte que ha logrado en los últimos años y la llegada de múltiples proyectos de inversión.

Uno de los rankings en que ha venido apareciendo de forma consistente, entre los primeros lugares, es el Índice de Competitividad Urbana (ICU) elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la organización civil que con mayor seriedad se ha dedicado en los últimos años a medir la competitividad de las zonas urbanas del país.

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En la más reciente edición del ICU, divulgada ayer, Saltillo apareció por primera vez como la ciudad más competitiva entre las de más de un millón de habitantes, una categoría que incluye a las urbes más pobladas de México, entre ellas la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

Se trata de un resultado que vale la pena celebrar y por el que todos debemos congratularnos, pues constituye una medición relevante que habla de las potencialidades de la ciudad donde vivimos.

Además, se trata de un logro que se ha venido consolidando de forma consistente y al cual han contribuido las administraciones estatales y municipales desde hace varios lustros. Esto es importante resaltarlo porque implica que se trata de la conquista de una meta construida sobre bases sólidas y no sobre cuestiones contingentes.

Dos elementos cabe destacar respecto de este hecho:

El primero de ellos es la necesidad de preservar y reforzar las características que han colocado a Saltillo este año en la cima de la referida clasificación: la baja incidencia en delitos como homicidios y robo de vehículos; la existencia de una de las mayores tasas de percepción de seguridad entre la población; el producto promedio por hora trabajada, medido en pesos, y la construcción de nuevas viviendas intraurbanas.

El segundo son las áreas de oportunidad, es decir, los aspectos del índice en los que nuestras calificaciones no son tan buenas: la necesidad de contar con mayor personal de salud, así como de incrementar la capacidad de tratamiento de aguas residuales y el nivel de cobertura educativa.

Mantener el esfuerzo en lo que se ha hecho bien e inyectar más recursos y energías para mejorar aquello en lo que somos deficientes es lo que asegurará el logro más importante que debemos fijarnos todos para el corto y largo plazo: mantenernos en la posición que hemos conquistado.

Porque si algo debe tenerse claro es que en este tipo de mediciones ningún triunfo es de una vez y para siempre, razón por la cual lo relevante, de aquí en adelante, no es celebrar la conquista de la cima de la competitividad en México, sino tener claro lo que hace falta para permanecer en ella.

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