Segundo debate presidencial: mejor y con más propuestas

Opinión
/ 29 abril 2024

Un mejor debate, con más contraste de ideas, sin duda resultará mucho más útil a los electores para decidir quién merece su voto en las urnas el próximo 2 de junio

El segundo debate presidencial entre Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez fue sin duda un mejor ejercicio en términos de su utilidad para que los electores puedan normar su voto. En ese sentido, la autoridad electoral responsable de su organización cumplió mejor su función.

La mejoría se debió, en gran medida, al cambio del formato que permitió un mayor intercambio entre las y el contendiente, pero también a que las propias candidaturas se enfocaron más en contrastar posturas, algo que no ocurrió en el primer encuentro.

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Un detalle inusual, pero que es natural debido a que la competencia fundamental es entre dos mujeres, fue ver a las candidatas lanzarse de forma reiterada fuertes calificativos como “corrupta”, “narco candidata” o “mentirosa”, lo cual implicó que este fuera un ejercicio más ríspido.

Habrá quien se queje de este detalle y reprochará el que se entregaran a la descalificación personal. Pero habrá también quien lo celebre porque eso volvió menos aburrido el debate. Habría que decir al respecto que los ataques personales forman parte del discurso político.

Más allá de lo anecdótico, lo cierto es que escuchamos propuestas concretas sobre la forma en la cual los aspirantes piensan combatir la pobreza y la desigualdad; mejorar la infraestructura y potenciar el desarrollo; hacer frente al cambio climático y generar una estrategia de desarrollo sustentable.

Un aspecto llamativo, visto con cuidado en el debate, es que los planteamientos no se encuentran muy alejados unos de otros, pues existen grandes coincidencias, por ejemplo, en la forma como se propone transitar de los actuales mecanismos de generación de energía hacia formas limpias.

También existen coincidencias en la forma de caracterizar la pobreza y la marginación que viven millones de mexicanos, así como en el planteamiento de soluciones para dichos fenómenos.

La expresión de tales coincidencias invita a revisar con mayor cuidado las diferencias, mismas que se encuentran fundamentalmente en los cómos, es decir, en las rutas que cada quien plantea para convertir en realidades tangibles sus planteamientos.

Desde esta perspectiva, este segundo encuentro fue de mucha mayor utilidad porque ofreció a los electores mayores y mejores elementos para reflexionar sobre quién merece su voto. Y la mejor forma de hacer esto es evaluando y contrastando las propuestas de todos.

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En los próximos días sabremos si lo ocurrido durante este debate modifica o no las preferencias que se han estado difundiendo a lo largo de los últimos meses y que muestran a una clara puntera cuya ventaja, en la mayoría de los casos, es amplia y se antoja incluso irremontable.

Habrá que esperar también al tercer y último debate entre las candidaturas presidenciales, dentro de tres semanas, un ejercicio que esperemos resulte igualmente útil para que la decisión ciudadana del próximo 2 de junio sea una efectivamente informada y consciente.

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