Seguridad: esencial para garantizar crecimiento
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El gobierno de Miguel Ángel Riquelme, que se encuentra a poco más de un mes de su conclusión, sin duda entrega buenas cuentas en materia de seguridad pública
La seguridad pública “está estrechamente ligada a la calidad de vida de los ciudadanos, al salvaguardar su integridad física y sus derechos a través de la prevención y eliminación de aquello que pone en riesgo sus libertades, el orden y la paz pública”.
La expresión anterior, utilizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) para enfatizar la necesidad de que los gobiernos de todos los órdenes trabajen en la garantía de seguridad para todos sus gobernados, resulta indispensable para evaluar los resultados obtenidos en Coahuila en los últimos años.
De acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, en el cual se analiza la evolución que ha tenido la percepción de mayor o menor inseguridad entre la ciudadanía coahuilense, reportada por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la administración estatal que está por concluir, sin duda entrega buenas cuentas.
Y es que a lo largo del sexenio del gobernador Miguel Ángel Riquelme, en las zonas urbanas que son consideradas en la medición realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se ha registrado una mejoría consistente, es decir, los habitantes de dichas ciudades se han sentido cada vez más seguros de 2017 a la fecha.
Huelga decir que tal resultado no es producto de la casualidad, sino producto directo de las acciones realizadas a nivel municipal y estatal para asegurar que la personas podamos realizar nuestras actividades cotidianas sin el temor de convertirnos en víctimas de un delito.
Tal hecho se valora aún más -y esto es necesario decirlo también con claridad- ante el deterioro sistemático que la seguridad pública ha tenido en las entidades vecinas, particularmente San Luis Potosí, Zacatecas y, a últimas fechas, Nuevo León.
Baste recordar en este sentido que la propia Fiscalía General de Coahuila recomendó, en marzo pasado, evitar en la medida de lo posible los viajes por carretera -en la tarde o por la noche- a los estados vecinos y, a quienes los poseen, no utilizar vehículos de alta gama para trasladarse por tierra.
No se trata, desde luego, sólo de incrementar la sensación de tranquilidad en las zonas urbanas o en el campo, sino de que la seguridad -tanto la material como la jurídica- representan una variable crítica a la hora de competir por las inversiones que están buscando asiento.
A poco más de un mes de concluir el sexenio, la administración de Miguel Riquelme puede asegurar que cumplió el compromiso de mantener alejado de Coahuila el fantasma de la inseguridad que, aún cuando nos sigue rondando, no ha logrado volver a instalarse en nuestra realidad.
Se trata de resultados que es preciso mantener en los años por venir por lo que, el legado que esta administración deja representa un desafío para el futuro gobierno estatal que tendrá como reto no solamente mantener el nivel actual, sino mejorarlo en todo aquello que, sin duda, aún es posible.