¿A partir de qué momento es justo evaluar si la presidenta Claudia Sheinbaum está pudiendo con el paquete de gobernar México? En tres días cumple un mes. Me parece demasiado temprano para afirmar algo así. Pero los síntomas de este primer mes apuntan a que no va a poder con el paquete.
Eso, más que un riesgo para Morena, es un riesgo para ella, porque si se consolida el deterioro y permea la idea de que ella no puede, la rebelión no vendrá desde la oposición que ha perdido todo peso, la rebelión vendrá desde adentro del partido en el poder.
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Me explico.
Seguridad. Es el rubro que más se ha descompuesto. Sinaloa es el ejemplo más dramático. Es todos los días, todos, desde hace más de un mes y medio. Ya no sólo es un problema de seguridad, es un escándalo político internacional por la pugna entre el gobernador y la FGR. Además, en cada vez más estados del país hay hechos que simbolizan la descomposición: los coches bomba en Guanajuato, el asesinato del sacerdote y la masacre de migrantes en Chiapas, el alcalde de la capital estatal en Guerrero, los narcobloqueos y quema de tiendas en Tabasco...
Democracia. Los desplantes autoritarios de la Presidenta han logrado lo impensable: superar a los de López Obrador. La reforma judicial, creación de AMLO, lleva su respaldo. Pero la iniciativa de supremacía constitucional de Morena es toda suya. Y es peor. Ni López Obrador se atrevió a lo que ella. Incluso anunciar que desacatará una orden judicial. Es ya lugar común en la prensa internacional hablar de que México ha emprendido el triste camino de los regímenes autoritarios. Su pragmatismo político le ha llevado a romper todo estándar ético: se alió con los Yunes y avaló la desaparición de un senador con tal de conseguir la supermayoría en el Congreso que no le dieron las urnas. El empoderamiento récord de los militares ha ocasionado en poco tiempo varios episodios de abuso de fuerza que han causado indignación. Militarización, autoritarismo y falta de ética política. Ahí está la receta.
Economía. En un mes de gobierno hemos visto una ráfaga de malos datos económicos. Los que venían descomponiéndose desde el sexenio anterior y los que se están poniendo peor ya en esta administración federal: pronóstico de crecimiento económico recortado a la mitad, confianza del consumidor desplomado, expectativa de buen desempeño económico en el piso, tipo de cambio tres pesos arriba que antes de las elecciones, preocupación internacional por los niveles de deuda.
Relación México-EU. La llegada de la Presidenta profundizó la crisis heredada por López Obrador. Lejos de repararla, arrinconó más al embajador, mantuvo la retórica “antiyanqui” en temas de seguridad. La retórica antimexicana de ambos candidatos llama la atención: ya no es sólo Donald Trump diciendo que cerrará la frontera el primer día y no permitirá la importación de un solo automóvil fabricado en México, sino Kamala Harris recordando que ella nunca ha estado de acuerdo con el T-MEC y votó en contra cuando era legisladora. El gobierno de Sheinbaum, minimizando. Una estampa: el secretario negociador del T-MEC se fue de vacaciones a Japón a tres semanas de iniciado el gobierno.
Resto del mundo. Venezuela se ha vuelto un caso emblemático para que los países definan sus convicciones democráticas. Sheinbaum resultó peor que López Obrador. El expresidente se alió con los mandatarios izquierdistas de Brasil y Colombia para hacer suaves peticiones al dictador Nicolás Maduro de que publique las actas de los resultados (las elecciones fueron hace tres meses y no lo ha hecho). La nueva Presidenta ya anunció que se aleja de Brasil y Colombia, y México no se va a meter. Su posición ya está más cerca de lo que dicen Cuba, Nicaragua, Rusia e Irán.
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Claudia Sheinbaum cumple un mes en el poder y para donde volteemos hay crisis. Si se acentúa la descomposición, no tardarán los capos morenistas en empezar a disputarle el poder. Adán Augusto, Monreal, Ebrard, etc. La oposición no, porque ha mostrado ser incapaz de capitalizar políticamente los fracasos de Morena. Pero desde adentro, pueden desafiarla y hasta echar mano de la revocación de mandato.
La doctora Sheinbaum contribuyó a hacer de México un campo minado, hoy camina sobre él.