Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón fue un hombre que entre 1833 y 1855 fue en varias ocasiones presidente de México. Tuvo una vida política de notorios claroscuros. Estuve precisamente en Xalapa, Veracruz, el pasado 21 de febrero, día y lugar en que nació en 1794 este polémico personaje. Las decisiones de este aristócrata de ascendencia española hicieron perder gran parte del territorio nacional cambiando para siempre la geopolítica regional.
Santa Anna fue un hombre poco estable e inconsistente dando bandazos de un partido político a otro (participó en partidos contrarios). Después de ser gobernador de Yucatán y de Veracruz, alcanzó la Presidencia de México pidiendo licencia muchas veces en sus once gestiones, convirtiéndose en 1853 en un dictador que se hizo llamar ridículamente “Su Alteza Serenísima”.
TE PUEDE INTERESAR: Olivia Benson, la gata de Taylor Swift. Una reflexión sobre la solidaridad
Asumió el poder en ocasiones derrocando gobiernos legalmente constituidos, como el de Mariano Arista, a quien tundió un golpe de Estado para presidir por última vez a los mexicanos de 1853 a 1855.
México parecía ser un país ingobernable, por lo que los conservadores lo sostuvieron a pesar de las pifias que cometió, primero permitiendo la independencia de Texas en 1843, que el Congreso de Estados Unidos incorporó en 1845. Para terminar la guerra México-Americana firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848 perdiéndose la Alta California y Nuevo México a favor de Estados Unidos (actuales estados de Arizona, Nevada, California, Utah, Colorado y parte de Wyoming). El colmo fue que Santa Anna, en plena intervención norteamericana, pidió licencias. En ese tiempo en se perdió esa gran extensión de tierras se vulneró la soberanía de nuestro territorio.
Este hombre de poca moral tuvo que haber sido un perito en cabildeos y negociaciones oscuras, además de tener un séquito de esbirros que lo apoyó hasta el fin de su hegemonía política. Traigo al presente a este dictador para señalar que jamás un líder totalitario será bueno para sus gobernados.
Los movimientos migratorios hacia Estados Unidos de millones de personas buscando el sueño americano serían muy distintos si la parte sur de la Unión Americana fuera de México, aunque hoy día, más de 40 millones de mexicanos de segunda y tercera generación viven allí, incluyendo 12 millones de indocumentados. Lo que son las cosas.
Sin embargo, aunque el mayor porcentaje de migrantes en la Unión Americana son mexicanos, hay migrantes de todas las nacionalidades, incluyendo la familia de Donald Trump, quien seguramente presidirá el vecino país del norte. Trump tiene en su liderazgo características marcadamente totalitarias, y gobernará paralelamente a una mujer que presidirá México.
TE PUEDE INTERESAR: ¡...y lo volvería a hacer!
Un engendro político como Santa Anna no se puede repetir en el siglo 21, pero sí emular. El poder pareciera un elixir, pero más bien es un veneno que entorpece los sentidos.
Las elecciones del 2024 ya están cobrando víctimas de acuerdo con la serie de muertes recientes de políticos con aspiraciones a cargos públicos en distintos lugares de México, homicidios que huelen a la hediondez del narcotráfico. En Coahuila afortunadamente en los últimos años se ha gozado de un clima de seguridad, mismo que no se debe perder a ningún precio. La soberanía de México está bajo riesgo.