Soldado del amor
Triunfo la ternura. Solo hizo falta organizar eufemismos. Para lograr usar el Museo Nacional de Arte en la unión civil de Martín Borrego Llorente, ex funcionario de la Cancillería Mexicana con su ahora esposo, el rumano Ionut Valcu
Triunfo la ternura. Solo hizo falta organizar eufemismos. Para lograr usar el Museo Nacional de Arte en la unión civil de Martín Borrego Llorente, ex funcionario de la Cancillería Mexicana con su ahora esposo, el rumano Ionut Valcu.
No estamos en contra del uso de los lugares públicos para reuniones matrimoniales, incluso de la diversidad. Si la ley las permite. Siempre cubriendo una tarifa nacionalista, como la podemos sugerir a los integrantes del segundo piso de la 4T.
Nuestra presidente, Claudia Sheinbaum Pardo, no fue convidada al singular evento. A menos de comprobar en la mesa de regalos de la exclusiva tienda departamental. En pleno siglo de las decepciones sentimentales, no es MORENA; el partido oficial opacado.
Son aquellos funcionarios, sin importar militancia, quienes, haciendo uso, corrijo, manipulando las funciones de sus cargos, creen en el engaño como salida simple.
Crucificar a los asistentes al enlace carece de legitimidad. Si no fe en horario laboral. Imposible olvidar algunos de los hechos del pasado. Como el evento de Elton John en el Castillo de Chapultepec por parte de la agrupación social de Martha Sahagún.
El paseo en Chichen Itza, subiendo en las pirámides, por parte de la cantante Thalía. Nada nuevo en las frecuentes ocurrencias de quienes asumen la superioridad social. El derecho a usar, disfrutar o no ser cuestionados por nadie.
Deslizarse no es suficiente. Continuar con la mentira o la falsa proposición afirmativa. Ahí lleva mano la señora Presidente.