Teatro procesual o del camino creativo más allá del resultado (II)
COMPARTIR
La entrega pasada hablamos del concepto de arte procesual aplicado al teatro, es decir, esos procesos en los que más que trabajar en los ensayos para llegar a una puesta en escena final, el artista se adentra en una jornada cuyo enfoque está justamente en el camino. Podemos identificar estos proyectos como procesos artísticos en los que existen varios resultados, varios puntos de arribo que son cobijados dentro del mismo concepto, abarcando diversas muestras a público que van desde la acción escénica como tal, hasta muestras del trabajo en proceso, desmontajes o aperturas de archivo.
Entre los muchos ejemplos de los que podríamos hablar para tratar de ilustrar el tema, mi favorito quizás sea el caso del proyecto Prometeos de Mapa Teatro, compañía de teatro colombiana que hoy prefiere el nombre de laboratorio de creación transdisciplinar y que fue fundado en 1983 por Heidi y Rolf Abderhalden. Prometeos abarca una serie de trabajos cuya inspiración inicial fue el desalojo e inminente demolición del barrio de Santa Inés, coloquialmente conocido como “El Cartucho” en Bogotá, espacio que sería destinado para la construcción del hoy Parque Tercer Milenio.
Las primeras acciones y gestos artísticos del proyecto Prometeos fueron realizadas entre los años 2002 y 2005, siendo éstas Prometeo acto I y II (2002-2003), Recorridos (2003), La limpieza de los establos de Augías (2004) y Testigo de las ruinas (2005). Posteriormente, la agrupación realizó diversas reactivaciones y actualizaciones, por lo que el proyecto se mantuvo activo hasta el año 2016.
Prometeos se trabajó por medio de un laboratorio de creación con un grupo de habitantes del barrio, dando como resultado un ejercicio de memoria individual y colectiva, así como de reflexión en torno al proyecto urbanístico de la ciudad de Bogotá. Toma como inspiración el mito griego de Prometeo, el titán castigado por los dioses por llevar el conocimiento del fuego a los hombres, para después llevarnos por un recorrido de memorias, sueños, y de paso hablar de gentrificación.
Sobre los restos de lo que alguna vez fueron sus hogares y espacios de convivio, los antiguos habitantes, ayudados de los vestigios que aún les acompañan – sillas, mesas y camas, por ejemplo – performan las últimas acciones que les serán permitidas en el lugar. Las historias de pérdida y desplazamiento, nos hacen preguntarnos hasta donde es ético borrar aquello que se considera inaceptable, vergonzoso o poco estético en nombre de aquello que llamamos “progreso”. Si El Cartucho era un lugar invadido por las drogas, la delincuencia y la prostitución, se nos muestra también la otra cara, la de los habitantes cuya identidad y pertenencia se ven cuarteadas.
Cabe recalcar que, si hoy éste es un caso ampliamente estudiado por investigadores y si yo puedo hablar hoy del proyecto a pesar de su naturaleza efímera, es precisamente porque Mapa Teatro se ocupó – como buen grupo en medio de un proyecto de arte procesual – de documentarlo todo. Del Laboratorio Prometeo – lo que ahora conocemos por Prometeo acto I y II – existe un interesante video documental, resguardado y puesto a disposición en internet por el Hemispheric Institute que recomiendo ampliamente para los interesados en el tema. Quizás no podamos revivir la performance, esa manifestación artística que tanto le huye al archivo y a cualquier intento de preservación, pero Mapa Teatro genera a partir de ella y del proceso creativo otro objeto de arte derivado que surge de los vestigios. Un resultado independiente y a la vez complementario, uno de esos tantos “hijos” que da a luz un proyecto de arte procesual.
Prometeo acto I da entrada a un pensamiento que nos acompañará durante todo el proyecto: un espacio es mucho más que un espacio; visto desde el interior, es mucho más que la imagen que se tiene de afuera; es una concatenación de vivencias e historias, de modos de hacer y de costumbres. Un espacio puede ser una vida entera.
Continuamos...