Teslamanía: ¿progreso para la región noreste del país?
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Llegada “la Teslamanía” a la región noreste del país, estas preguntas críticas son pertinentes: Teslamanía, ¿para quién o quiénes? Teslamanía, ¿cómo?, y, ¿por qué? De ninguna manera, son preguntas para escondernos en el baúl de los bisabuelos, ante el progreso. Por el contrario, este es bienvenido, en la medida que esas preguntas le den planificación, racionalidad y destino regional compartido con una apertura a la globalidad del siglo 21.
Porque el progreso no es una panacea en sí misma. Y debemos confrontarlo como tal, aunque Harry Truman, presidente norteamericano, en su discurso de toma de protesta en 1949, intentó hacernos pensar lo contrario: el progreso ligado al desarrollismo en países del tercer mundo ha fracasado una y otra vez. La razón es sencilla: el progreso no es “la ley necesaria que conducirá a la historia humana hacia la felicidad terrena, en un movimiento en que las épocas se han de suceder una tras otra, y en el que cada época será superior a las precedentes y se hallará más cerca de la verdad” (Nisbet, 1981).
Por lo contrario, el progreso y la historia no tienen un sentido predeterminado para desplegarse con la razón o la evolución ascendente: el progreso, como tal, “tiene una fuerte carga ideológica y legitimadora, que tejió una visión falseada del devenir humano”, y que tiende, como tal, a favorecer los intereses de países o élites incrustados en un mundo y una sociedad desigual.
Retorno a las preguntas iniciales: ¿quién o quiénes serán los beneficiarios de la Teslamanía? El empresariado ligado al corredor Monterrey-Saltillo, mayormente.
Otras posibles repercusiones llegarían hasta Torreón, Monclova, Nuevo Laredo y Reynosa. Más allá de una mentalidad maquiladora: ¿serán beneficiados los trabajadores con salarios justos y dignos? ¿Podrán las universidades tradicionales, técnicas y politécnicas ponerse finalmente al día para presentar una oferta laboral de calidad con la llegada de la Teslamanía? ¿Cómo aterrizaría la Teslamanía en la región noreste? Esta pregunta es crucial porque implica la planificación integral y sustentable del crecimiento potencial que conllevaría la instalación de Tesla en el corredor Saltillo-Santa Catarina. Dicha planificación no es particular para Saltillo porque integra a Santa Catarina como destino común. La misma contendría, como mínimo, estas variables: Vías y tráfico en carreteras, medios de transporte para conectar Saltillo con Santa Catarina, crecimiento poblacional, recursos hídricos, servicios primarios, oferta escolar (nivel básico, técnico y universitario), oferta de vivienda, calidad del aire, biodiversidad (y especies en peligro), marginalidad, pobreza, empleo, ordenamiento de las ciudades, calidad de vida e impacto ambiental en el corto, mediano y largo plazo.
¿Por qué es importante la llegada de la Teslamanía al noreste? Primero, porque obliga a nuestras autoridades a extraer la mejor versión del progreso que implica su llegada para el bien de todos con un sentido generacional. Segundo, porque las fuerza a planificar de manera racional, integral y sustentable el presente y el futuro de nuestras ciudades. Y tercero, porque le daría a Manolo Jiménez, de ser nuestro futuro gobernador, la oportunidad de meter a Saltillo (con nuestros jóvenes y niños) a la economía global con una visión integral de siglo 21.
Nota: el autor es director general del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución.
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