Toses de todas clases

Opinión
/ 8 octubre 2024

En el húmedo tiempo otoñal se inician repentinas toses.

Las hay de muchas clases. Se da la tos vociferante que se viene en racimo de estremecimientos. La tos de carraspera que aparece con repeticiones de azadonazo para arrancar flema. La tos disimulada que raspa sin sonar. Hay toses de atragantamiento que invitan al vecino a golpear la espalda del estremecido.

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Toses hay inoportunas que sólo meten zancadilla a cualquier intento de hablar. Es tos que compite con la voz. Cada palabra se topa con el disparo buconasal entrometido que la interrumpe. Hay también tosecillas de advertencia o de aviso de “aquí estoy”. Y toses ametrallantes con terca desesperación.

MÚLTIPLES REMEDIOS

La gente sencilla da remedios.

Se habla del jarabe que hacen en Real de Peña, nacionalista y zoológico por su nombre de Zorromex. Dice su etiqueta que tiene como ingredientes un extracto de manteca de zorrillo purificada a la que se añade bálsamo, mentol, eucalipto y mirra. Una cucharada en cualquier té.

Por acá recomiendan el té de Broncolin que contiene gordolobo, eucalipto y otras yerbas medicinales. Hay quien asegura que basta tomar la miel de abeja con ajo de intenso olor. Jengibres, limones, cúrcuma y canela.

Los más científicos toman perlas de Tesalon o alguna fenilefrina para licuar la mucosidad.

A la tos, que atropella la voz, la cura gente piadosa intentando pronunciar avemarías en voz alta, repetidamente, hasta que la garganta se va acostumbrando a hablar sin toser.

TOSES DE OPINADORES

Hay también un contagio de comentarios políticos tosiquientos que adelantan pronósticos, hacen diagnósticos prematuros, adivinan deterioros. Todavía antes de los 100 días de una Presidencia, ya parecen poder presentar informes enciclopédicos por la impaciencia de poner etiquetas.

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No parece comprobable que haya por ahí tés, jarabillos, píldoras o menjurjes que curen estas tercas toses mediáticas de opinadores múltiples, generadores de prejuicios y con pretensiones de ridícula infalibilidad. Sólo las obras, los resultados, las soluciones, los aciertos, los porcentajes reales podrán ir perfilando cuál fue el bien posible en cada situación. Lo sano sería: en lugar de juzgar personas, valorar logros y sugerir propuestas.

TIERRA, TRABAJO Y TECHO

Son las tres “tes” de los anhelos populares. Un pedazo de tierra escriturado para construir, un trabajo justamente remunerado, con salario familiar y un techo −ahora pagado con renta encarecida− que mordisquea sus ingresos. Por eso se requieren ayudas, becas, compensaciones −que, en realidad, son restituciones− para evitar que la pobreza se convierta en miseria.

TÉ CON FE

-¿Dios es inmenso y creó las inmensidades del universo?

-Sí, Dios es de grandeza infinita; pero lo que creó fue la pequeñez de las partículas para hacer posible las galaxias.

No creó lo inmenso, sino lo pequeño para que, sumándose, se formaran las grandezas del universo...

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