Tres promesas incumplidas
La pregunta vino al cierre de una conferencia sobre los retos y oportunidades de nuestro país
“¿Cuándo fue la última vez que en México se sentía un verdadero optimismo hacia el futuro?” Me preguntó el profesor Bhaskar Chakravorti, decano de negocios globales en la escuela Fletcher de Relaciones Internacionales.
La pregunta vino al cierre de una conferencia sobre los retos y oportunidades de nuestro país, frente a un grupo de casi sesenta estudiantes de negocios, provenientes de muchas partes del mundo, que visitaron la Ciudad de México hace unos días.
“Desde una perspectiva económica, el 2023 tiene algunos tintes del momento que vivía México en 1993,” le dije al grupo.
Expuse que, en ese entonces, el presidente Salinas de Gortari había reunido a la cúpula política, económica, sindical—un poco a la manera del New Deal en Estados Unidos—orquestando un gran acuerdo nacional. La idea era que el país tenía que modernizarse, y para hacerlo no había mejor forma que poner al país en un nuevo camino, el de la liberalización y la apertura económica.
La promesa era enorme. México, a través de privatizaciones, reformas y competencia con el exterior, iba a crecer más y mejor. Los frutos de este crecimiento se iban, finalmente, a distribuir entre más personas, con mejores empleos y salarios. El desarrollo estaba, como muchos creyeron en ese entonces, a la vuelta de la esquina.
“Treinta años después de la entrada del Tratado de Libre Comercio, la oportunidad que hoy representa el nearshoring y la economía digital promete un avance similar,” expliqué a los jóvenes visitantes. Sin embargo, el balance de la primera ola de globalización en nuestro país no es completamente positivo. El crecimiento económico fue mucho menor al que se estimaba y terminó concentrándose en menos de una docena de industrias que hoy exportan la mitad de lo que vendemos como país. La diversificación de mercados fue casi nula, la distribución del ingreso empeoró y se generaron además inmensas desigualdades regionales.
“Pero la promesa del desarrollo económico no es la única incumplida en las últimas décadas,” respondí al profesor, “la segunda promesa es más reciente, y mucho más compleja: la promesa de la seguridad.”
Sin duda alguna, la delincuencia y la inseguridad pública constituyen los mayores retos de nuestro país. Sumado a ello, el auge del narcotráfico durante la última década, a raíz o por consecuencia de la famosa “guerra contra el narco” del presidente Felipe Calderón, ha demostrado una y otra vez que las estructuras de seguridad, de inteligencia y de justicia se encuentran sobrepasadas.
Al asumir la presidencia, tanto Enrique Peña Nieto cómo Andrés Manuel López Obrador también prometieron restaurar el orden en un país agobiado por la violencia del narcotráfico. Llegando casi el final de su mandato, el México de AMLO—el de los abrazos, no balazos—sigue siendo más inseguro que nunca. Algunas entidades federativas tienen las mismas tasas de homicidio que los peores países africanos. En 2022, siete de cada diez mexicanos decían sentirse inseguros, mientras uno de cada tres comercios dijo ser víctima de algún delito.
“La tercera promesa incumplida es la del combate a la corrupción,” dije a Chakravorti, recordando la frase de “honestidad valiente” de nuestro actual presidente. De acuerdo con Transparencia Mexicana, seguimos siendo el peor país de la OCDE en cuánto a percepción de corrupción, y solo Rusia tuvo una peor calificación que México entre las veinte economías más grandes del mundo en la última medición del año pasado.
Tres grandes promesas, en tres décadas distintas, y aquí seguimos sin crecimiento económico, con más inseguridad y sin avance real en el combate a la corrupción. “Pero a mí me gusta pensar que un mejor futuro es posible,” le dije al grupo para concluir la sesión, “y mi optimismo no reside en la Silla Presidencial, ni en ningún otro político, sino en una ciudadanía que parece estar despertando en medio de este desencanto.”
Y les pregunto a ustedes, queridos lectores, ¿cuándo fue la última vez que se sintieron optimistas con el rumbo de nuestro México?
Arturo Franco es un economista, escritor y emprendedor social lagunero. Actualmente, es vicepresidente senior del Centro para el Crecimiento Incluyente y autor de “Mérito: Construyendo el País de Nosotros.”