Una duda fundada: el caso Ociel Baena
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A las mexicanas y mexicanos: El asesinato del magistrade del Tribunal Electoral del estado de Aguascalientes, Jesús Ociel Baena, encarnó lo que ocurre cotidianamente y es invisibilizado por las instituciones, la sociedad y algunos medios de comunicación. Los crímenes de odio motivados por discriminación en razón de la orientación sexual han sido hasta solapados durante décadas al tergiversar sus verdaderas causas catalogándolos como “crímenes pasionales” o “crímenes cometidos por razones personales”, terminología que escapa a la letra de la Ley, revelando pruritos, prejuicios y estigmas aún presentes en nuestros días.
Vale la pena preguntarnos, ¿si el magistrade hubiera llevado una vida abiertamente heterosexual el caso se habría manejado de la misma forma? Estoy segura de que no. Por eso es que la Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió una “debida diligencia y esclarecimiento de los hechos, con una adecuada y amplia comprensión de la perspectiva de género”.
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El grito de justicia se escuchó en todas las entidades del país por parte de una comunidad calificada como minoritaria y que ha sido excluida, violentada, abusada e invisibilizada por un sistema conservador y retrógrada. El cual, a través de la historia ha intentado de todas las formas posibles conculcar los derechos al libre desarrollo de la personalidad y al libre ejercicio de la orientación y expresión sexual e identidad de género, incluida la no binarie.
Y es que resulta inverosímil la versión de que, tras una riña fue asesinade por su pareja con una navaja de afeitar para luego quitarse la vida. Es increíble para sus amigues, para una sociedad reflexiva y para su propia familia que descalificó las conclusiones hechas por la Fiscalía de Aguascalientes.
La hermana de la víctima pidió a la sociedad no dejar que el asesinato quede estancado, ya que asegura que la información del órgano de procuración de justicia es falsa, pues sin datos concluyentes dio a conocer que la muerte se trató de un “tema personal”. Además, comentó que elles eran unas personas muy tranquilas, pacíficas y se querían mucho, asegurando que cuatro días antes de su fallecimiento el magistrade había recibido amenazas de muerte. Lo que llevó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos a emprender una investigación con perspectiva de género y sin ignorar amenazas contra le magistrade Ociel Baena.
En honor a la verdad debemos decir que, para los sectores más conservadores la presencia pública del magistrade era sumamente incómoda, les confrontaba y calaba hondo.
Perdió la vida una persona que fue servidora pública, activista, hije, amigue y pareja. Libró durante su existencia una valiente lucha. Lamentamos profundamente su asesinato, las circunstancias de éste y el contexto mediático en el que fue sepultade.
No podemos soslayar que México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio en América Latina, después de Brasil. En 2022 el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBTI+ en México documentó 22 desapariciones y 62 casos de asesinatos, atentados, y suicidios en donde la mayoría de las víctimas eran mujeres trans y hombres homosexuales, asegurando que por cada caso documentado hay otros tres que no se contabilizan.
La duda es fundada y estará siempre presente. ¿Fue enterrade junto a su victimario o éste mira cómodamente las noticias desde el sofá de su casa? ¿Qué pasó realmente? ¿Por qué nadie acudió en su auxilio?
@larapaola1