Una propuesta para la gobernanza mundial de la IA
Las multinacionales tecnológicas tendrán que mantener particiones legales y operativas claras, con cortafuegos técnicos y controles auditables
Por Jayant Sinha, Project Syndicate, 2025.
LONDRES- A pocas semanas de la Cumbre sobre el Impacto de la Inteligencia Artificial que se celebrará en febrero en la India, está claro que la mayoría de los países todavía carecen de un modelo viable para su gobernanza. Estados Unidos confía sobre todo en las fuerzas del mercado, la Unión Europea en el cumplimiento normativo extendido y China en la autoridad estatal concentrada. Pero ninguna de estas opciones es realista para los muchos países que deben gobernar la IA sin grandes estructuras regulatorias ni capacidad de cómputo masiva. Lo que necesitamos es un marco diferente que tenga la transparencia, la provisión de consentimiento y la rendición de cuentas integradas directamente a la infraestructura digital.
La idea consiste en que la gobernanza sea una elección de diseño incorporada a los sistemas digitales desde la base. Cuando las protecciones son parte de la arquitectura, la conducta responsable se convierte en norma. La autoridad regulatoria obtiene una visión inmediata de cómo se comportan los sistemas automatizados y los datos, y los usuarios tienen un control claro sobre su información. Es un método mucho más escalable e inclusivo que basarse solamente en la regulación.
Pero ¿cómo se vería en la práctica? La experiencia de la India con la infraestructura pública digital ofrece muchas enseñanzas. El país cuenta con plataformas para la documentación de la identidad (Aadhaar), pagos (UPI), viajes (DigiYatra) y comercio digital (ONDC) que muestran de qué manera las normas públicas y la innovación privada pueden operar juntas en el nivel nacional. Por ejemplo, DigiYatra (una iniciativa público‑privada para la industria aeronaval que agiliza los procesos de facturación y embarque y otros elementos del viaje en avión) muestra un modo de gestionar la verificación de identidad y los protocolos de consentimiento en tiempo real, en forma segura y predecible para grandes conjuntos de usuarios.
Estos sistemas son un ejemplo de cómo la arquitectura digital puede mejorar el acceso a servicios, generar confianza y promover mercados pujantes. Aunque para resolver los desafíos de la gobernanza de la IA se necesitaría más, los ejemplos mencionados demuestran que incluso en las sociedades más populosas y diversas es posible alinear los estándares técnicos con los objetivos públicos.
Sobre la base de estas enseñanzas, la India ha creado y ya está empleando en muchos sectores una «arquitectura de protección y empoderamiento para los datos». La transparencia es un componente inherente al sistema, ya que las personas pueden autorizar o desautorizar el uso de sus datos a través de canales claros y auditables, de modo que las autoridades regulatorias pueden seguir los flujos de datos sin necesidad de nuevas instituciones supervisoras. Una vez más, el principio de diseño subyacente es sencillo: el mejor modo de lograr protección duradera es integrándola a la arquitectura del sistema, en vez de aplicarla solamente a través de procesos de cumplimiento normativo.
Para que funcione en el nivel mundial, un enfoque arquitectónico debe priorizar la soberanía sobre la computación. Está claro que la capacidad de cómputo es el cuello de botella estratégico de la era de la IA; por eso Estados Unidos y China están gastando sumas astronómicas cada año en centros de datos avanzados y chips para IA. Pero como son pocos los países que pueden aspirar a hacer inversiones similares, hay que evitar una situación en la que incluso para una gobernanza significativa de la IA se necesite poder de cómputo, ya que entonces la mayoría de los países tendrían poca autoridad real sobre sistemas con poder para transformar sus sociedades.
Mantener la soberanía sobre la computación no implica necesariamente que todos los centros de datos se tengan que construir en el país. Pero sí implica que los sistemas de IA que operen en un país deberán estar sujetos a sus leyes y rendir cuentas a las autoridades locales, aunque los procesos de cómputo se realicen en otro lugar. Las multinacionales tecnológicas tendrán que mantener particiones legales y operativas claras, con cortafuegos técnicos y controles auditables. Estas protecciones son necesarias para que los datos no puedan cruzar fronteras sin autorización y para que no se pueda incorporar información local a modelos disponibles en todo el mundo sin aprobación explícita. Sin particiones que se puedan hacer valer, los gobiernos tendrán dificultades para mantener la supervisión de sistemas digitales que influirán en las finanzas, la atención de la salud, la logística y la administración pública en el nivel local.
Se destaca aquí una de las principales fortalezas del enfoque arquitectónico: que cada país pueda decidir el equilibrio preferido entre riesgo, innovación y comercio. Cada sociedad tiene ideas propias en relación con la privacidad, la experimentación, la apertura de los mercados y la seguridad, de modo que no existe un único modelo regulatorio que pueda satisfacer las preferencias de todos. Pero una arquitectura común basada en flujos de datos transparentes, trazabilidad de los modelos y el principio de «soberanía sobre la computación» dará a cada país la flexibilidad necesaria para calibrar sus propios parámetros. Aunque el sistema general sea compartido, cada país conservará la soberanía sobre los ajustes de configuración locales.
En comparación con los enfoques actuales usados en el mundo, un modelo arquitectónico ofrece una solución más equilibrada y realista. El sistema estadounidense alienta la experimentación rápida, pero a menudo sólo reconoce los daños cuando ya se produjeron. El sistema europeo ofrece mecanismos de protección sólidos, pero demanda una gran capacidad para el cumplimiento normativo. Y el sistema chino obtiene velocidad por medio de la centralización, lo que lo hace inadecuado para una gobernanza distribuida. Integrando la transparencia y el consentimiento a los sistemas digitales desde el principio, un enfoque arquitectónico permite innovaciones predecibles y al mismo tiempo garantiza la rendición de cuentas pública.
La Cumbre Mundial sobre IA que se celebrará en la India es un momento oportuno para que todos los países estudien un marco de este tipo. El mundo necesita aplicar a esta poderosa tecnología un sistema de gobernanza compartido que esté integrado a sus cimientos. Así protegeremos a los usuarios, preservaremos la soberanía y daremos a cada país la capacidad de encontrar su propio equilibrio entre riesgo e innovación. Ante la transformación que la IA generará en todos los sectores de la economía, un enfoque arquitectónico es la solución más creíble y equitativa. Copyright: Project Syndicate, 2025.
Jayant Sinha, ex ministro de Estado de la India en las carteras de Finanzas y Aviación Civil, es presidente del fondo de inversión Everstone Group y profesor visitante de práctica en la London School of Economics.