Variaciones sobre un tema de Euterpe II

Opinión
/ 23 noviembre 2025

* El viento ulula. Verbo onomatopéyico, eufónico, pero de musicalidad arcaica, vetusta. Su resonancia nos orienta hacia el ámbito del autillo (Otus scops), búho con capacidades miméticas y de breves dimensiones, que preña la noche con su ulular gutural de largo alcance. La primera alusión musical al sonido de Eolo me remite al Estudio Op. 25, No. 11, del galo polaco Frédéric Chopin, que describió el ulular del viento en una pieza para piano de dimensiones épicas: el viento estrellándose en los troncos y copas de los árboles, barriendo la superficie irregular de la tierra, plañendo con firmeza las recónditas armonías plegadas en su manto: en una relación de intervalos de cuartas, quintas, terceras y sextas descendentes, con una dinámica de forte risoluto, que la mano derecha despliega con bravura y rotación incesante (la mano es el viento dislocado y frenético dibujando en pinceladas gruesas la grosura y envergadura del aire).

El vendaval final del Étude chopiniano es una bravía muestra del romanticismo pianístico encapsulado en un compás eólico y una escala potente de La menor melódica ascendente: un remolino que apunta al firmamento. La segunda alusión me aproxima a otro galo ilustre, aunque estrambótico y sumamente rebelde: Debussy. En 1910 compuso su primer volumen de Preludios para piano. El séptimo preludio- una elocuente alusión al cuento de Hans Christian Andersen, “El jardín del paraíso”´- titulado Ce qu’a vu le vent d’ouest (Lo que vio el viento del Oeste), evoca al océano embravecido, con oleajes crueles, representados en arpegios irregulares, disonantes y violentos. Un Debussy romántico, casi lisztiano, que lo era cuando lo deseaba. La poesía simbolista de Debussy, más que evidente, se manifestó con amplitud en esos dos tomos de Preludios para piano. Aquí, el ulular del viento son palabras mayores, en una naturaleza terrible y despiadada, tumultuosa e impredecible.

* La poeta uruguaya Ida Vitale, (1923), escribió en su Léxico de afinidades (Vuelta, 1994): “Avance: Sólo se avanza cuando la sonda golpea en lo profundo”. Alusión onírica, simbolista, que remite al trabajo enraizado en los cenotes de la imaginación. La sonda, densa, pero también, inmaterial, construye, cincela, elabora enunciados sonoros que sólo tendrán sentido en el momento en el que se yuxtaponen los racimos armónicos y se hilvana el contrapunto. Avanzar es tomar el cuello de la imaginación, agitarlo y arrastrarlo por las geografías ignotas del sonido, que está ahí, plasmado en pentagramas silentes.

* El buen humor y la comedia slanciata (esbelta, elegante) en Mozart, atraviesan casi la totalidad de su obra. Aunque también se percibe el lirismo vocal, anunciando el Romanticismo, en muchas de sus páginas dedicadas a los movimientos densos e introspectivos que nutren sus sonatas y conciertos para instrumentos solistas. Si en Chopin encontramos a la nostalgia anclada en el ánima de su obra, en Mozart hallamos la hilarante y pueril actitud de desenfado ante la vida. La visión de la muerte borró de un plumazo, y en poco tiempo, esta actitud. En julio de 1791 recibió el encargo anónimo de componer un Réquiem, incidente que el mismo Mozart interpretó como una premonición. La partitura quedó incompleta por el zarpazo de la muerte. Qué ironía que, en septiembre de ese año, y a dos meses antes de su muerte en diciembre, estrenó su última ópera, Die Zauberflöte (La flauta mágica), una ópera rebosante de vida y fantasía.

* Dorothea Tanning (1910-2012), pintó Una pequeña música nocturna en 1943. Obra desconcertante por sus múltiples simbolismos, el surrealismo que empapa todos sus elementos, y la técnica autodidacta. El título de la pintura alude a la famosa composición de Mozart, lo que da al cuadro una dimensión auditiva. Tanning, que se casó y vivió con Max Ernst, “musicalizó” en este lienzo los meandros del subconsciente, la psique humana y los contrastes entre lo conocido y lo desconocido, lo racional y lo irracional.

CODA

Brisa. La brisa es una brasa misteriosa que te enciende la piel cuando te roza. Ida Vitale (Léxico de afinidades. FCE, 2018).

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Músico, escritor, catedrático, gestor cultural y fotógrafo. Autor de Fabulaciones del sonido (Celosía, UAdeC. 2017). Es licenciado en Letras Españolas (UAdeC, 1995) y maestro en Música (Rice University, 2006). Su vasto repertorio como instrumentista de clavecín, órgano y piano abarca todos los géneros musicales escritos para estos instrumentos; se ha presentado como concertista en numerosos auditorios de México y el extranjero. Catedrático de tiempo completo en la UAdeC desde hace 30 años, donde se ha desempeñado como director de la Escuela Superior de Música, Coordinador general de la Coordinación de Difusión y Patrimonio Cultural y, actualmente, es el director del Recinto del Patrimonio Cultural Universitario. En 2017 inició el proyecto personal “Arte de la Fuga”, en el que se propone interpretar en vivo y en diversos auditorios la obra integral de Bach para el clavecín y el órgano.

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