Viesca: Malenita es feliz trepando cerros para bajar a las chivas brinconas

Vive a las orillas del pueblo, desde ahí cuida su rebaño. Cada día espera con ansias que amanezca para sacar a pastorear a sus cabras
Malenita está muy contenta y orgullosa de ser “chivera” (cuida chivas). Desde chica heredó un pequeño rebaño de sus padres: el señor Jorge Alvarado Márquez (fallecido el 28 de diciembre del 2012) y Epigmenia Muñoz Agüero (entregó el alma el 9 de febrero de 1999). Su papá recolectaba candelilla y cortaba leña (era peón del señor Sotero Almaraz) y atendía chivas. La manada de cabras que logró tener la heredó junto con su sobrino, José Juan, porque su papá veía que las cuidaban con mucho amor. Cuando era necesario las atendían en el parto. Si llegaba a morir una cabra, amamantaban a los cabritos con leche vitaminada para que no se murieran.
Cuidar era lo suyo, siempre cuidó a sus padres, sobre todo cuando se enfermaron en edad avanzada, a la vez que atendía el hato de ganado. María Magdalena Alvarado Muñoz nació el 21 de julio de 1961 en Viesca. Tuvo cuatro hermanos: Manuela, Magdalena, Hilaria (quien al cumplir 3 años y medio la prestaron a su tía materna y se la llevaron a vivir a San Juan de Guadalupe, Durango, allá le cambiaron los apellidos) y José.
TE PUEDE INTERESAR: Viesca: Don Blas, el de la famosa ‘salsa de pellejitos’
Recuerda que de pequeña no le gustaba jugar, pero le llamaba la atención estudiar y estar atenta en las clases. Aunque había materias que no le gustaban, siempre consideró un privilegio ir a la escuela. Recuerda a sus maestros con cariño: Valeriano (segundo año), Claudio (tercero) y a la maestra María. Jugaba al fútbol o voleibol, y le gustaba bailar en el recreo. Dice muy sonriente que tenía amigas y también enemigas, pues con varias compañeritas se agarró de “las mechas”, y de sus compañeritos le enojaba que le copiaran sus tareas. De castigo, a las que se peleaban, sus profesores las juntaban en el mismo mesabanco.
Cuando salía de clases le ayudaba a su mamá a hacer los mandados y los quehaceres del hogar. Tuvo el privilegio de finalizar su educación básica en la escuela Enrique Madariaga Ruiz con promedio 7.4, en aquellos años finalizar la primaria era un gran logro, ella lo consiguió. Varios años después estudió un año de secundaria abierta en el INEA.
Al salir de sexto año, se fue a la pizca de algodón con la familia Tapia al ejido Eulalio Gutiérrez (Viesca). Trasladaban a la gente por la mañana y la regresaban por la tarde, llevaban lonche y allá lo calentaban en tenamastes. Cuando llegaba de la pizca se iba a dar la vuelta por el pueblo. Del dinero que ganaba de la recolecta, compraba alimentos y apoyaba en su casa. Siempre fue muy compartida, le daba el dinero a su mamá para que lo administrara. Los fines de semana iba a los bailes, pero sólo si le daban permiso.
Actualmente tiene dos perros: el Solovino y una perra, la Pinta, que adoptó. Radica en el barrio El Tinaco en un cuarto, con un patio amplio y con pinabetes que hacen una sombra muy agradable para ella y los animales. Vive a las orillas del pueblo, desde ahí cuida su rebaño. Cada día espera con ansias que amanezca para sacar a pastorear a sus cabras. Inicia el día muy temprano, en temporada de frío sale de casa a las 8 y regresa a las 6 de la tarde; y cuando hace calor, se va a pastorear sus animales antes de que salga el sol.
TE PUEDE INTERESAR: La ‘Chicharrita’ bailaba el son que le tocaran en Viesca
Conserva una excelente condición, trepa los cerros con un palo en la mano y un morral con una botella con agua y comida, así baja a las chivas brinconas. Aprovecha sus recorridos para recolectar orégano, hojasén, sangre de drago, pitorreal, entre otras plantas que la gente le encarga. En épocas decembrinas, también recoge cosas para los nacimientos (gobernadora y flor de peña o siempreviva). Posee un amplio conocimiento sobre las propiedades medicinales de las plantas. Eso lo heredó de su madre. Con frecuencia, sus vecinas se le acercan a pedirle algún remedio.
Es una persona muy querida en la comunidad. Participa frecuentemente en el espacio público, inclusive trabajó en la presidencia municipal, apoyando en el DIF. Hacía bolos, despensas o la limpieza del local. Todos los años colabora en la pastorela del pueblo que organiza Manuel Lastra. Se siente muy orgullosa de personificar la pastora, pues cumple ese rol en la vida real. Le gusta lo simple y lo local, como comer sopa de semilla de melón y frijoles de la olla con un chile del molcajete (si es de los que se cosechan en Viesca, mejor) ¡Es imparable y maravillosa! No se casó ni tuvo hijos. Ama su soltería y gozar de la vida en la naturaleza de su pueblo.
jshv0851@gmail.com