Virus, goles, misiles y futurismos
COMPARTIR
Son las múltiples coordenadas de la coyuntura mundial.
A esta generación la vemos contagiada, emocionada, intimidada y esperanzada.
La siembra de violencia y acoso humano a las leyes naturales está dan-do la cosecha de desequilibrios de los que resultan diversas amenazas.
Un cuerpo frágil, siempre a un paso del dolor, se atreve, impulsado por la curiosidad, a afrontar riesgos sabiendo que puede ser contaminado, dañado y debilitado por las mismas consecuencias de los excesos y las indiferencias a los límites, a los condicionamientos, a las exigencias de los sistemas ecológicos y a las dosis requeridas en las funciones necesarias que evitan contraindicaciones y daños colaterales.
Se nutre la emoción deportiva con una contienda futbolera en la que se anhela el galardón de una copa. Resultan en los encuentros ganadores y perdedores, en competencias de eliminación sucesiva, hasta llegar a los finalistas. Y los hay también entre los apostadores compulsivos que buscan adivinar cada victoria para obtener ganancias.
LA TIRANÍA DE LO CUANTITATIVO
Hay cierto simplismo en la decisión de calificar todo numéricamente con mases y menos. Es el contagio del capitalismo desbocado que antepone crecimientos a distribuciones y provoca desigualdades: impulsa lo tumoral y no mejora lo orgánico.
También en lo deportivo se da el simplismo de sólo contar goles. Y calificar como mejor equipo al que hizo más anotaciones porque trae, bien comprado, a su goleador estrella, aunque se multipliquen las fallas y las mediocridades en el juego.
Quizá llegue el tiempo en que, en una Copa Mundial, no se dé el máximo trofeo sólo sumando victorias por goles anotados, sino valorando muchos otros aspectos que quedan sin evaluación.
EL INGREDIENTE DEL SUSTO
Cada generación tiene sus fantasmas para asustarse. Se apareció de repente el de los misiles y los cañonazos en una narrativa de reclamaciones por incumplimiento y el resultado de amenazas cercanas.
Y lo que se creyó una fácil escaramuza se ha convertido en una situación de crisis planetaria de ataques y represalias. Fueron como espada sin empuñadura porque cortaron la mano de quienes la desenfundaron.
Amenaza de recesiones y espirales de inflación generalizada se vuelve intimidación para atacantes y defensores.
MADRUGAR PARA QUE AMANEZCA PRONTO
El último ingrediente del coctel contemporáneo es la impaciencia de los futurismos festivos y políticos.
Navidades que se tragan el Adviento con adelanto de alegrías que acaban siendo fruto inmaduro sin florecimiento.
Se anticipan festejos que quedan dislocados y anacrónicos. Sólo el año nuevo se defiende cronológicamente y nadie lo puede adelantar porque el año sigue siendo viejo hasta que llega el nuevo.
También en la política los futurismos se vuelven casi ridículos. Con casi dos años de distancia, ya se da la danza corcholateada, y surgen brotes de presidencialismo prematuro y exagerado, de ruido creciente.
GANAR LA SIMPLICIDAD
Sería el mejor Adviento y la óptima
Navidad. Concentrarse en lo esencial. Deshacerse de lo innecesario. Tener discernimiento, equidad, reciedumbre y sobriedad.
No ser tan adultos para comprender el gran misterio de Dios que se hace niño para que descubramos, en la pequeñez, la grandeza de su amor...