Recuerdan a las hermanas Mirabal con un museo

Internacional
/ 2 marzo 2016

    <strong>Salcedo, República Domincana</strong>.- Treinta y cuatro años después del asesinato de las tres hermanas Mirabal en 1960, su hermana Dedé logró el sueño de crear en su refugio clandestino en el corazón de República Dominicana, un templo a la memoria de la lucha contra la dictadura de Leónidas Trujillo.

    "Ahora, cuando veo la acogida del sacrificio de mis hermanas me he resignado, 60.000 personas visitan el museo cada año", la casa secreta de donde partieron a visitar a sus maridos presos en su último viaje, ubicada a un par de kilómetros de la casa familiar, dentro de una plantación de café y cacao.

    La casa museo permanece tal y como la dejaron sus hermanas Minerva (36 años), Patria (33) y María Teresa (26) Mirabal, el 25 de noviembre de 1960, año en que Dedé cumplió 34 años.

    Dedé tuvo que remontar dos décadas de silencio y persecución antes de emprender una lucha contra el olvido. Ahora allí reposan los restos de sus tres hermanas como una extensión del panteón nacional, bajo un viejo roble sembrado por el padre.

    Allí están leídos y releídos los libros de la literatura humanista que inspiraron desde la adolescencia a las muchachas: Ghandi, Rousseau, Tolstoi, Erasmo de Rotterdam, y los filósofos de la antigüedad Sócrates y Eurípides, o los poetas Rubén Darío o Pablo Neruda.

    Pero también objetos más íntimos y hasta la trenza del largo cabello de María Teresa, que Dedé misma cortó luego de que bañó los cuerpos masacrados.

    Ahora se suman sus rostros impresos en los billetes de 200 pesos.

    Dedé recuerda: "La gente le decía: no vayas a visitar a tu marido, te van a matar, tienes hijos. Minerva respondía, si mi sangre es necesaria, otros huérfanos han sido criados por la familia". Así fue.


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