Tony Curtis cumple 85 años

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/ 1 junio 2010

    Nueva York, EU.- Interpretó a un asesino de mujeres, a un travesti, a un pirata y a un acróbata. Pero nada le dio tanta fama como aquella escena seductora en la película de Billy Wilder "Some Like it Hot", en la que la hermosa Marilyn Monroe muestra mucha piel delante de su cara sudada.

    Décadas después de la muerte de Marylin, Curtis reveló que los dos tuvieron un "affaire" durante el rodaje. Aseguró además que él era el padre del hijo que ella esperaba y que que posteriormente perdió, según se puede leer en sus recientes memorias "American Prince". El jueves, 3 de junio, la que fuera estrella de Hollywood cumplirá 85 años.

    Con los años ganó peso y en la actualidad precisa de una silla de ruedas. Y en lugar de moverse delante de la cámara, el actor, que tiene más de un centenar de películas a su espala, pasa hoy los días delante de un lienzo. Pintar se ha convertido en su segunda profesión.

    Sus cuadros se exponen en galerías y se venden por miles de dólares. Curtis también idea cajas-collage, las denominadas "Time Boxes", en las que realiza composiciones con cartas viejas, fotografías, llaves, dados y relojes bajo un cristal.

    Lo que sí ha perdurado es su amor a las mujeres. Tenía 73 años cuando en noviembre de 1998 se casó con Jill, de 31 años, su quinta esposa. "No nos molesta la diferencia de edad", escribió Curtis en su autobiografía.

    "Reímos mucho. Mi cuerpo todavía funciona y todo está bien", agregó el galán, padre en total de seis hijos.

    Curtis se recriminó sus carencias como figura paterna. "Como padre fracasé. Eso es algo que hoy tengo que afirmar", dijo Curtis, a quien le pesa sobre todo la muerte de su hijo Nicolas, fallecido en 1994 a los 23 años por la heroína. No pasa una noche en la que no recuerde a Nicolas. "Se me aparece a menudo en sueños".

    En 2006 una infección pulmonar llevó al propio Curtis a estar al borde de la muerte. Durante días estuvo en coma, pero en la actualidad vuelve a disfrutar de la vida en su residencia, cerca de Las Vegas.

    Pero la riqueza y el éxito no le vienen al actor de cuna. "De donde vengo, un buen aspecto es un pasaporte para salir del basurero", dijo en cierta ocasión Curtis, quien con el "basurero" se refería al Bronx, un conocido barrio de Nueva York.

    Su padre, Mono Schwartz era un actor afamado en Hungría, pero fracasó cuando emigró a Estados Unidos por sus dificultades con el idioma, aunque consiguió sacar su familia adelante cosiendo.

    Anthony, posteriormente Tony, fue bautizado como Bernard Schwartz y creció en un hogar humilde. Ya con 11 años se hizo miembro de una banda callejera, según contó en un libro anterior, "I Like it Hot".

    De pequeño temía a las palizas de su madre. Posteriormente se supo que sufría esquizofrenia. su hermano menor fue atropellado por un camión cuando Tony tenía que cuidar de él, mientras que Bobby, su otro hermano, tiene problemas salud mental.

    Estas experiencias de su temprana juventud marcaron a Curtis como un "actor natural". En "City Across the River" (1949) se interpreta sencillamente a sí mismo como una chico de la calle en el Bronx. Ese papel le abrió las puertas a muchas participaciones en películas de época y de aventuras. En "The Defiant Ones" con Sidney Poitier convenció más adelante como actor dramático y con Burt Lancaster y Gina Lollobrigida brilló en "Trapez".

    Tras "Some Like it Hot" (1959) siguieron años de mucha comedia y entre medias Curtis sorprendió a sus fans con películas policiacas como "The Boston Strangler" (1968), en la que da un cariz sombrió y amenazante a su famoso encanto.

    Tampoco su vida privada fue tan resplandeciente como parecía en la gran pantalla. Su hija Jamie Lee Curtis dijo: "Hubo algo que le torturó toda la vida. Y buscaba alivio en las mujeres, las drogas y el alcohol".

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