Gorillaz: Lo irreal se vuelve verdadero en Londres
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Londres.- Los conciertos pop son con frecuencia monótonos: el artista sale al escenario, canta de memoria sus canciones y termina. Algunas jóvenes estrellas, como Amy Macdonald, se bajan incluso apenas una hora después del escenario.
Pocas veces los músicos de este género dejan una impresión tan duradera como la banda virtual Gorillaz, del pionero del pop británico Damon Albarn. En la noche del jueves ocurrió otra vez en el "Roundhouse" de Londres, el lugar elegido por Robbie Williams para su regreso.
Las actuaciones de Gorillaz, que son esperadas por su público con gran impaciencia, representan grandes acontecimientos de la cultura musical contemporánea. Su último concierto lo dieron hace cuatro años en el teatro Apollo de Nueva York. Y eso que los personajes de historieta no son reales. Sólo están en el mundo visual y bidimensional. Así se llega a la pregunta sobre qué es en realidad auténtico en el pop.
Sin embargo, para la música, los Gorillaz necesitan personas. En traje de marinero tocan - ante letras luminosas y del tamaño de un hombre - dos baterías, tres teclados, seis violines, chelo, contrabajo, bajo y las guitarras eléctrica y acústica. Mientras tanto, estrellas invitadas como Neneh Cherry y Mos Def salen al escenario. Sobre sus cabezas, en una pantalla del ancho del escenario, se proyectan videos, animaciones y comics.
Un vuelo a una isla ficticia que sobresale del mar como un hongo inaugura la noche desde la pantalla. El oscuro "almirante rapero" Snoop Dog marca el comienzo musical. Albarn aparece sobre el escenario con una bandera blanca. El líder espiritual de la tropa se para, se sienta, se pone de rodillas frente al teclado o grita a través del megáfono.
Y así logra Albarn montar una especie de concierto conceptual, con un recorrido desde el álbum "Gorillaz", pasando por "Demon Days" hasta el actual "Plastic Beach". El show está definido audiovisualmente con minuciosidad. Y desafía los sentidos al oscilar entre la pantalla y la vida.
En los oídos golpean diferentes volúmenes, tonos auténticos y desfigurados, así como un puente musical entre Lejano Oriente y el rap. Los ojos ven amarillo y rosa, calaveras o incluso a los héroes de la pantalla: 2-D (Albarn), Murdoc (el caricaturista James Hewlett), Russel y Noodle, y personas como Bruce Willis durante la canción "Stylo".
La música mundial unifica la cultura mundial: se pueden ver recortes fílmicos de la cultura global fast-food; armas y violencia caracterizan las animaciones. Los videos muestran aviones destruidos de la Segunda Guerra Mundial. Se ve a un líquido espumoso y amarillo que corre por el desag?e de una bañera, hasta que dos botellas de cerveza ruedan finalmente en el cuadro. Los Gorillaz muestran problemas sociales, pero no se proponen solucionarlos.
Los 3.000 espectadores enloquecen con hits como "Clint Eastwood" y "Feel Good Inc." Sorprendentemente, sus mandíbulas inferiores caen con la misma rigidez que en la cara de 2-D. Sus miradas - conducidas por los coreógrafos - se dirigen de la pantalla a la tribuna, según donde ocurran más cosas. En la noche del viernes los Gorillaz se van a presentar de nuevo. Con este show, los héroes de la pantalla podrían salir pronto de gira. Sin embargo, esto aún no fue confirmado.