Alejandro Bichir revela las mañas de sus hijos en el teatro

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/ 2 octubre 2015

En el nuevo montaje cambiaron el texto para acortarla de dos horas a una hora y 40 minutos.

México, D.F..- Para Alejandro Bichir trabajar con la familia es sin duda diferente. El padre de los hermanos Bichir dirige a todos sus hijos por primera vez en años en una puesta de "El último preso o la policía".

"De pronto se lo toman a guasa, a veces es difícil el control, me tienen que hacer enojar para que yo en cierta forma me imponga", dijo el director el lunes en una entrevista telefónica con The Associated Press a propósito de la obra, que se presentará hasta el 1 de noviembre en el Teatro Helénico de la Ciudad de México con Bruno, Demian y Odiseo Bichir así como el actor cómico Reynaldo Rossano.

"Te puedo contar intimidades. A Demian tengo que tenerle su catrecito porque le gusta antes de la función estar echando una siesta, relajarse. El otro (Bruno) es comer, está comiendo en escena. '¡Hazme el favor!', le digo, 'deja tu sándwich para después'. Lo tiene en su escritorio y está ahí dándole de bocados y eso a mí no me conviene, no me gusta, son medio mañositos en ese sentido, uno es dormilón, el otro es comelón".

Rossano, quien tiene un papel doble como esposa de un sargento y como general, también hace repelar al director.

"Reynaldo lo sonsaca (a Bruno) y se ponen a echar chistes y se están carcajeándose de un camerino a otro", relató.

El único que se salva es Odiseo, quien interpreta a un fiel sargento, tan leal, que ante la salida del último preso de un país con un régimen represor que ha logrado extinguir toda disidencia, se deja convencer por el jefe de la policía (Bruno) de meterse a la cárcel.

"Odiseo es muy preocupón, no quiere distractores y es un poco su personaje también, su personaje es un hombre atormentado porque está con una situación que le confunde, porque ya tiene dos personalidades y eso lo hace sufrir, porque ya no sabe si es un preso o un policía", dijo el patriarca.

Estando tras las rejas el sargento comienza a creer que es un preso de verdad y peor aún, empieza a cuestionar al régimen encabezado por el regente y su sobrino, el niño rey (cuyos retratos aparecen en la escenografía y fueron realizados por el caricaturista mexicano Trino).

Los Bichir habían presentado la obra del polaco Slawomir Mrozek a finales de 2014 en el Foro Shakespeare sin Demian y con Alejandro en el papel del último preso. En el nuevo montaje cambiaron el texto para acortarla de dos horas a una hora y 40 minutos y ahora Demian interactúa con el público al comienzo, llegando incluso a escaparse del escenario.

"Le hicimos algunas adecuaciones para que tuviera más fluidez", dijo el director.

Alejandro Bichir montó por primera vez la obra en 1981 pero no sin dificultad. Ciertas personas encontraron incómoda la figura del regente, pues en ese entonces en la Ciudad de México no había jefes de gobierno, sino regentes.

"El regente era (Carlos) Hank González y sonaba muy fuerte para candidato a la presidencia y como se alude en un momento al regente, ridiculizándolo, claro, no me lo aceptaron en un principio", recordó.

La obra fue escrita a finales de la década de 1950, pero su humor y el mensaje sobre el valor de la libertad siguen atrayendo al público.

"Son obras muy universales como Shakespeare que nunca deja de tener vigencia y por alguna o por otra razón coincide con que el momento parece como si fuera una alusión a la actualidad", dijo.

De los hermanos Bichir, Demian es el que se ha dado más a conocer fuera de México, con películas como "Una vida mejor" y "The Heat", aunque Bruno y Odiseo también tienen una larga lista de créditos en cine y televisión. La última vez que se reunieron con su padre para una obra de teatro fue hace una década en "El pequeño Malcom y su lucha contra los eunucos.



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