Gabriel Figueroa, Travesías de una mirada
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Bajo la dirección de Alfonso Morales, el tomo despliega cientos de fotografías nunca publicadas; más de 20 textos que arrojan luz sobre aspectos poco conocidos del fotógrafo, a través de la pluma de autores como Elisa Lozano, Héctor Orozco, Carlos Monsiváis, Rodrigo Moya, Claudio Monterde, César Blanco y Douglas Weatherford, entre otros; así como el guión Recordando a B. Traven. Breve narración, escrito por el mismo Figueroa.
México, D.F..- Cuando apenas contaba con 16 años, Gabriel Figueroa (1907- 1997) se vio obligado a buscar un trabajo. Había dejado sus estudios de pintura en la Academia de San Carlos y ya para entonces era huérfano, por lo que aceptó el peso que le pagaban diariamente por hacer retratos en un laboratorio fotográfico de la calle Madero en el centro de la capital. "Tenía cara de niño y problemas con la gente.
Le era muy difícil que los clientes accedieran a que un chamaco los retratara y decía que trabajaba tanto (revelando las placas, retocándolas, imprimiéndolas y cortándolas) que llegaba a su casa y se quedaba dormido vestido para levantarse al otro día e irse nuevamente a trabajar", recuerda su hijo, Gabriel Figueroa Flores.
Este aspecto sobre los inicios del cinematógrafo mexicano (quien participó en la filmación de más de 200 películas) y otras facetas como la de escritor de guiones, su conciencia pictórica, sus películas documentales o su amistad con el escritor Juan Rulfo, son abordados de manera integral y por primera vez en el número 32 de la revista Luna Córnea, que por segunda ocasión aparece también en forma de libro en colaboración con Editorial RM. Ramón Reverté, director de la casa editora, señala que el tomo de más de 600 páginas, es un repaso a todo el trabajo de Gabriel Figueroa, que a diferencia de los libros que se han publicado hasta ahora y que se han concentrado en las películas más famosas en las que él participó, contiene "muchas novedades que no se han publicado, con la idea de dar a conocer un Figueroa más amplio y hacer de esta obra la referencia indiscutible sobre él".
Bajo la dirección de Alfonso Morales, el tomo despliega cientos de fotografías nunca publicadas; más de 20 textos que arrojan luz sobre aspectos poco conocidos del fotógrafo, a través de la pluma de autores como Elisa Lozano, Héctor Orozco, Carlos Monsiváis, Rodrigo Moya, Claudio Monterde, César Blanco y Douglas Weatherford, entre otros; así como el guión Recordando a B. Traven. Breve narración, escrito por el mismo Figueroa.
El númeronte con el archivo de Fundación Televisa y el acervo particular de Gabriel Figueroa Flores. En sus páginas, explica Reverté, "se abarca "desde sus inicios y los primeros trabajos que tuvo (absolutamente desconocidos), hasta las películas famosas que hizo y la filmografía a color que es muy desconocida". Este último periodo, señala Figueroa Flores, incluye la filmación de más de 20 películas y se trata de una e t a p a q u e es al mismo tiempo "una especie de exploración de todos los materiales.
Es un tiempo que no ha sido estudiado y del que se necesitaría hacer un análisis más puntual y ver si realmente aportó algo o no, pues lo que hacía era fotografiar los colores de la época". Un ejemplo fueron las películas filmadas en los setenta sobre la sicodelía y el hipismo, donde lo que buscaba era "expresar y proponer una paleta de colores de acuerdo con la historia que estaba contando".
Elegidas
La perla, El fugitivo y Los olvidados fueron algunas de las películas favoritas de Gabriel Figueroa, de acuerdo con el número de fotogramas que él mismo se encargó de guardar y que ahora conserva su hijo, Gabriel Figueroa Flores.