Protestas de Los Ángeles están rodeadas de imágenes falsas y teorías conspirativas

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La avalancha de falsedades en internet parecía destinada a avivar la indignación contra los migrantes y los dirigentes políticos, principalmente los demócratas
NUEVA YORK- Fotografías, videos y textos engañosos se han difundido ampliamente en las redes sociales a medida que se han desarrollado las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles, los cuales retoman viejas teorías conspirativas y expresan apoyo a las acciones del presidente Donald Trump.
La avalancha de falsedades en internet parecía destinada a avivar la indignación contra los migrantes y los dirigentes políticos, principalmente los demócratas.
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También aumentaron la confusión sobre lo que ocurría exactamente en las calles, lo cual se retrató en los medios digitales y sociales a través de lentes ideológicas marcadamente divergentes. Muchas publicaciones crearon la falsa impresión de que toda la ciudad estaba sumida en la violencia, cuando los enfrentamientos se limitaban solo a una pequeña parte.
Hubo numerosas escenas de manifestantes lanzando piedras u otros objetos a los agentes del orden e incendiando coches, entre ellos varios taxis Waymo de conducción autónoma. Al mismo tiempo, se difundieron imágenes falsas para reavivar viejas conspiraciones de que las protestas eran una provocación planeada, no una respuesta espontánea a las redadas de inmigración.
La confrontación se intensificó el lunes, cuando se produjeron nuevas protestas y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció —en X— que movilizaría a 700 infantes de Marina de una base cercana a Los Ángeles para vigilar los edificios federales. Se espera que se unan a los 2,000 miembros de la Guardia Nacional de California que Trump ordenó desplegar sin la autorización del gobernador del estado, Gavin Newsom, quien normalmente tiene el mando de las tropas.
Los últimos despliegues provocaron la difusión de una nueva oleada de imágenes engañosas, algunas de las cuales pretendían mostrar a los marines y las armas del servicio militar en acción. Una de ellas era un fotograma de Relámpago azul, un thriller de acción de 1983 sobre una conspiración para privar a los habitantes de Los Ángeles de sus derechos civiles. Presenta un combate aéreo climático sobre el centro de la ciudad.

Darren L. Linvill, investigador del Centro Forense de Medios de Comunicación de la Universidad de Clemson, dijo que los conservadores en internet “aumentan los disturbios de forma performativa” para ayudar a reforzar las afirmaciones de Trump de que Los Ángeles había sido tomada por “turbas violentas e insurrectas”.
Linvill dijo que los mensajes también tuvieron “un poco del efecto esperado”. “A medida que llaman la atención sobre ello”, dijo, “aparecerán más manifestantes”.
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James Woods, el actor que se ha hecho famoso por difundir teorías conspirativas, utilizó su cuenta en X para arremeter contra los funcionarios electos del estado, especialmente contra Newsom, quien es demócrata. También volvió a publicar una cita inventada, atribuida al expresidente Barack Obama, en la que se hablaba de un complot secreto para imponer el socialismo en el país, así como un video de coches de policía en llamas que databa de 2020.
Una fotografía inocua de un palé de ladrillos, de hecho publicada en el sitio web de un mayorista de materiales de construcción de Malasia, se citó como prueba de que las protestas habían sido planeadas por organizaciones sin fines de lucro apoyadas por George Soros, el financista que, para la derecha febrilmente conspiranoica, se ha convertido en el instigador del desorden mundial.
“¡¡¡Es la Guerra Civil!!!”, escribió el sábado una cuenta en X, y afirmó que los ladrillos se habían colocado cerca de las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas para “militantes demócratas”.
X publicó una nota de la comunidad que señalaba que la fotografía no tenía nada que ver con las protestas, pero aun así fue vista más de 800,000 veces. También fue ampliamente republicada, incluso por varias cuentas aparentemente no auténticas en chino.
Dicha estrategia en línea se remonta al menos a las protestas de Black Lives Matter de 2020. Reapareció en 2022 tras una publicación conspirativa de la representante Lauren Boebert, republicana por Colorado, quien sugirió que los ladrillos de un proyecto de pavimentación cerca del Capitolio estaban destinados a protestas violentas después de que la Corte Suprema anulara el caso Roe contra Wade.
“Hoy en día, parece que cada vez que hay una protesta, el viejo engaño de los ‘palés de ladrillos’ aparece justo a tiempo”, escribió en Bluesky el Social Media Lab, un centro de investigación de la Universidad Metropolitana de Toronto. “Ya sabes, fotos o videos de ladrillos supuestamente abandonados para incitar disturbios. Es un cebo para los agitadores y estafadores de derecha”.
También encaja en la narrativa de que las protestas contra las políticas gubernamentales son de algún modo falsas. En su propia plataforma, Truth Social, Trump también sugirió que los manifestantes eran “¡insurrectos a sueldo!”.

Numerosas publicaciones se hicieron eco de afirmaciones infundadas de que las protestas eran obra de Soros, así como de organizaciones no gubernamentales locales o de funcionarios electos demócratas, incluida la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. Algunas publicaciones que desprestigiaban las protestas fueron compartidas por cuentas con nombres engañosos que se parecían mucho a los de fuentes gubernamentales oficiales o medios de comunicación.
Mike Benz, un influente conspiracionista en X que el año pasado afirmó que el Pentágono había utilizado a la estrella del pop Taylor Swift como parte de una operación psicológica para debilitar a Trump, promovió la descabellada teoría de que la alcaldesa tenía vínculos con la Agencia Central de Inteligencia y había ayudado a provocar disturbios en la ciudad donde vive.
Benz se basó simplemente en el papel de Bass como integrante del consejo de la Fundación Nacional para la Democracia, la organización creada por mandato del Congreso durante el gobierno de Reagan para promover la gobernanza democrática en todo el mundo.
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Tal vez no resulte sorprendente que las cuentas de las redes sociales vinculadas a Rusia, que a menudo amplifican contenidos que desacreditan a Estados Unidos, se hicieran eco del tema. El Kremlin y sus partidarios llevan mucho tiempo acusando a Soros o al gobierno de Estados Unidos de patrocinar de forma encubierta “revoluciones de colores” para derrocar gobiernos, desde los países de la primavera árabe arrasados por protestas callejeras masivas en 2011 hasta Ucrania.
“Es una conspiración nacional de los liberales no solo contra Trump, sino contra el pueblo estadounidense en general”, escribió el domingo en X Aleksandr Dugin, destacado nacionalista ruso.
En situaciones como esta, la desinformación se propaga tan rápida y ampliamente que los esfuerzos por verificar los hechos no dan abasto, dijo Nora Benavidez, asesora principal de Free Press, una organización de defensa que estudia la intersección de los medios de comunicación, la tecnología y la ley. Lo describió como parte de “un esfuerzo mucho más extenso para deslegitimar los movimientos de resistencia pacífica”.
“La guerra de la información es siempre un síntoma de conflicto, a menudo avivada por quienes ostentan el poder para impulsar sus propios objetivos antiliberales”, dijo. “Confunde al público, asusta a personas que de otro modo podrían sentir empatía por la causa y nos divide cuando más necesitamos solidaridad”.
Steven Lee Myers cubre temas de desinformación desde San Francisco. Desde que se incorporó al Times en 1989, ha informado desde todo el mundo, incluidos Moscú, Bagdad, Pekín y Seúl. c. 2025 The New York Times Company.
Por Steven Lee Myers, New York Times.