Ahora que estoy vieja, ¿qué harán conmigo?
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Veo a personas mayores convirtiéndonos en estadísticas sujetas a "intervenciones". Me pregunto cómo sería la autointervención para alargar la vida activa y participativa, evitando que los mayores seamos cada vez más objetivizados. El término “adultos mayores” ya es condescendiente. He tratado a mayores, perfectamente conscientes y capaces, que son obligados a modificar su manera de vivir para mimetizarse con otras personas de quienes se vuelven “dependientes”.
Estoy envejeciendo. Como tú. No hablo de convertirnos en ancianitos, ya llegará. Ser “no tan joven” aporta experiencias y reflexiones interesantes.
Al hablar de estar en un proceso de envejecer, nunca falta quien se asuste. “No, tú no. No eres vieja y te falta mucho.” Aún no soy dependiente ni requiero cuidados y condiciones especiales. En este momento de la historia existe una generación que no somos jóvenes ni viejos. No tenemos lugar en las estadísticas y planteamientos económico-sociales tradicionales.
En la antigüedad, los hombres y las mujeres pasaban al gremio de los ancianos, a un lugar como consejeros, con tareas específicas dentro de las tribus. Hoy escucho hablar de “personas de la tercera edad” en el contexto de qué hacer con ellos y cómo adecuarlos al estilo de vida de otros.
Sueño con una sociedad donde las personas que estamos en procesos de envejecer lo hagamos dignamente, manteniéndonos activos sin ser orilladas a programas diseñados para que “nos ocupemos”. Tal vez tendríamos nosotros mismos que encargarnos.