100 años de Idea Vilariño, excepcional escritora de la Generación del 45 y amante de Onetti

Artes
/ 18 agosto 2020

Uruguay celebra hoy el centenario del nacimiento de su excepcional escritora de la Generación del 45 Idea Vilariño. Que además fue traductora, compuso canciones y durante décadas vivió una historia de amor y desencuentro con Juan Carlos Onetti. El cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa le llegó a pedirle una canción a Vilariño.

Versos sencillos y desgarradores, con la maestría para describir en pocas palabras la existencia humana y rozar el alma del lector, resumen la obra de la poeta uruguaya Idea Vilariño (1920-2009), que además fue traductora, compuso canciones y mantuvo, durante décadas, una historia de amor y desencuentro con Juan Carlos Onetti.

Uruguay celebra hoy el centenario del nacimiento, el 18 de agosto de 1920, de una de las más relevantes integrantes de la Generación del 45, a la que también pertenecen autores como Mario Benedetti, Ida Vitale o Carlos Maggi, que tuvo en Onetti a un referente y que, como cuenta el escritor Rafael Courtoisie, fue una "suerte de parteaguas”.

"El 45 rompió en el Uruguay con la generación del 30. Hubo una ruptura, un parricidio y ahí hay una operación comunicacional, podríamos llamarle de política cultural. El gran referente anterior, como poeta mujer extraordinaria, es nada más y nada menos que Juana de Ibarbourou", explica a Efe el poeta y periodista uruguayo.

 

LA POESÍA DE IDEA

 

Nacida en Montevideo en el seno de una familia de artistas, cuyos padres, Leandro Vilariño y Josefina Romaní, nombraron a sus otros hijos Poema, Azul, Alma y Numen, Idea despuntó enseguida en las letras uruguayas con obras como "La suplicante" (1945) o "Paraíso perdido" (1949).

Antes de cumplir los treinta años ya era reconocida en el Río de la Plata por su labor como crítica y traductora y por su poesía, en su mayoría vertebrada en torno al amor y la muerte.

"El proyecto de Idea tiene que ver con una zona muy existencialista, se relaciona en modo directo e indirecto con Jean Paul Sartre, con una mirada a veces nihilista, de desgarro, desesperada, donde muchas veces se celebra el amor pero en realidad, más que una iluminación, es la celebración del amor perdido. Sus poemas de amor dedicados a Onetti son más que nada poemas o de desamor o de desgarro o de condición existencial del amor", sentencia Courtoisie.

 

ONETTI, AMOR Y DESAMOR

 

Ella explica en el documental "Onetti" (1990) que se conocieron "antes de 1954", porque esa fue la fecha de publicación de "Los adioses", una de las novelas más reconocidas del autor, en la que él incluyó la dedicatoria: "A Idea Vilariño".

Ahí comenzaron cuatro décadas (hasta la muerte de él en 1994) de encuentros y desencuentros, años en los que ambos se casaron con otras personas pero jamás dejaron de relacionarse de una u otra manera, si bien, como ella también contó en alguna entrevista, solo compartieron "nueve noches".

"No debería hablar sobre Onetti porque lo quiero mucho y hace mucho que lo quiero, pero en realidad puedo decir que no lo conozco (...) Ese desconocimiento mutiló, falseó y podría decir que empobreció una relación que pudo ser seria y entera, y no lo fue", relataba Idea en ese audiovisual.

Su poema "Ya no", uno de los más conmovedores de su producción, es un adiós al amante que le anuncia, sin previo aviso, que se va a Buenos Aires para casarse con Dolly Muhr (hoy viuda de Onetti), con versos rotundos como "ya no será / ya no / no viviremos juntos", "no llegaré a saber / por qué ni cómo nunca / ni si era de verdad / lo que dijiste que era" o "no volveré a tocarte / no te veré morir".

En 1957, con "Poemas de amor", una de sus mejores obras, Vilariño devuelve la dedicatoria a Onetti.

LA SENCILLEZ DE SU PALABRA

 

Como explica a Efe Raquel Diana, actriz y dramaturga, "ella cumple con esa ilusión que cualquiera puede tener de que el poeta dice lo que nos pasa, solo que mejor".

"Es una poeta de palabra simple. Esto no quiere decir que lo que escribe sea sencillo o tenga un solo sentido fácil de descubrir. Por el contrario, es una palabra amable, que invita, que parece que cualquiera de nosotros podría haberlo dicho, aunque para decir eso hay que tener una gran maestría", indica.

Diana representa en Montevideo este martes, el mismo día en que Idea cumpliría 100 años, su obra "Si muriera esta noche", una creación "a partir de sus poesías, pero también de sus cartas, sus entrevistas, sus opiniones", comenta.

"Representa tantas cosas por su calidad como artista, también por la audacia, su modo de ser mujer... Representarla es una enorme responsabilidad y privilegio. Significa muchísimo", relata Diana.

 

OTRAS IDEAS

 

A pesar de su imagen pensativa, seria o, como la describió Onetti, de "sonrisa giocondiana", quienes la trataron siempre hablan de su vitalismo e, incluso, de su sentido del humor.

"Era encantadora, juvenil en el mejor sentido de la palabra, no porque tratara de parecer más joven, sino porque era tan hermosa y tan vital que a nadie se le hubiera ocurrido preguntarle cuántos años tenía", narra a Efe la profesora e investigadora argentina Josefina Delgado.

La autora de "Alfonsina Storni. Una biografía" coincidió con Vilariño en Las Toscas, un pueblo costero situado a unos 45 kilómetros de Montevideo, donde la poeta residió mucho tiempo, y relata que "a ella le gustaba mucho nadar" y que "era muy buena cocinera".

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"Le gustaba mucho cocinar, hacía una especie de mezcla de frutas y bajaba con un budín que preparaba y entonces tomabamos el té en nuestra casa. Mis hijos, que ya son personas grandes, la recuerdan siempre", agrega Delgado, quien rememora largas charlas literarias.

La escritora considera que Idea "escribía por amor a la palabra" y que no le interesaba "el marketing", lo que provocó que no promocionara tanto su obra.

No obstante, Courtoisie opina que "el reconocimiento de Idea fue temprano y generoso desde el punto de vista del público" y que "la crítica siempre la aplaudió".

En los 88 años que vivió -murió el 28 de abril de 2009, apenas 19 días antes que su amigo Benedetti-, además de escritora, Idea fue docente y traductora de reconocido prestigio académico, participó en la fundación de revistas y compuso letras de canciones, como "La canción y el poema", "A una paloma" o "Los orientales". 

 

La noche en que Alfredo Zitarrosa pidió una canción a Idea Vilariño

 

Los médanos son hoy el inconfundible paisaje de la costa de Uruguay pero, hace unas décadas, su estado, más agreste aún, daba el marco apropiado a quienes buscaban soledad, calma o inspiración. Así era Las Toscas en los años 70, cuando una noche Alfredo Zitarrosa pidió una canción a Idea Vilariño.

El inolvidable cantautor de voz profunda, intérprete de "El violín de Becho" o "Doña Soledad", que tuvo que exiliarse durante el tiempo de la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985), pasaba temporadas en ese pequeño pueblo situado a unos 45 kilómetros de Montevideo.

La poeta, de cuyo nacimiento se cumplen este martes 100 años, tenía allí una casa. Pero no se conocían. Hasta aquel momento.

"Una noche cayó en mi casa de Las Toscas, allá a medianoche. Yo estaba pintando la pared (ríe), estábamos en arreglos y él posiblemente esperaría encontrar una persona poética y nocturna. Venía a pedirme la canción que él tituló malamente 'La canción y el poema'. Se llamaba 'La canción' y punto". Así relató aquel encuentro en el documental "Idea" (1997), de Mario Jacob, la escritora, 16 años mayor que Zitarrosa.

Efectivamente, de aquella noctámbula reunión nació "La canción y el poema", un himno de amor escrito por ella y musicalizado por él e incluido en su disco "Adagio en mi país" (1978).

"Quisiera morir -ahora- de amor, / para que supieras cómo y cuánto te quería, / quisiera morir, quisiera, de amor, / para que supieras", reza el estribillo de esta canción, una de las que integran la obra de la poeta, traductora, crítica y ensayista nacida el 18 de agosto de 1920 y fallecida el 28 de abril de 2009.

 

LA MÚSICA EN IDEA

 

Con motivo del centenario de su nacimiento, la Orquesta Filarmónica de Montevideo ha grabado, bajo la dirección de Ligia Amadio, una versión del tema, interpretado por Cristina Fernández, una de las voces más destacadas de la música popular uruguaya, que, además, fue amiga de Vilariño.

"Me gusta recordar la felicidad que le producía escuchar su poesía cantada. Era una felicidad... se veía en esos momentos radiante. Y ahora lo que me queda es la felicidad de interpretarla. Esto significa una emoción muy grande", explica a Efe Fernández.

Criada en un entorno artístico, rodeada de música y literatura, Vilariño estudió piano y violín. Como ella explica en sus "Diarios de juventud", libro póstumo publicado en 2013, "a los seis años" sus cuatro hermanos y ella estaban "estudiando música".

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"Piano para empezar. Luego, Alma lo siguió; yo pasé a mi amor, el violín; Azul, al suyo, la guitarra. Poema también comenzó por el piano. Solo ya casada pudo dedicarse por un largo tiempo al suyo, el arpa", describe la poeta, quien no menciona a su hermano Numen, que después fue pianista y docente.

Vilariño, que confiesa "detestaba el solfeo", recuerda en esas letras que compuso "un vals -letra y música-: 'Ya comenzó la fiesta, la niña triste huye del salón...' Réremifámirére mifamirére, la sol fa mi...".

 

EMOCIÓN Y COMPROMISO

 

Esa formación musical se tradujo posteriormente en la publicación de ensayos como "Las letras de tango" (1965) o "El tango cantado" (1981), y la composición de letras, algunas de ellas referentes de la cultura popular uruguaya, como "A una paloma", musicalizada por Daniel Viglietti, o "Los Orientales", por Los Olimareños.

Este dúo ofreció un memorable concierto en el Estadio Centenario de Montevideo el 18 de mayo de 1984, cuando sus integrantes, Pepe Guerra y Braulio López, regresaron del exilio. Cuando interpretaron ese tema, el publico enloqueció.

"Nunca tanta emoción como cuando volvieron Los Olimareños y la cantaron en el estadio, noche de lluvia y estadio lleno totalmente y toda la gente la coreó. No importaba que fuera o no mía, pero la emoción de esa noche no la he tenido con ningún poema", relataba en el mencionado audiovisual.

"De todas partes vienen, / sangre y coraje, / para salvar su suelo / los orientales;/ vienen de las colinas / con lanza y sable...", es el comienzo de una canción de compromiso, como el que ella exhibió dentro de la Generación del 45, a la que también pertenecía Mario Benedetti, y en sus opiniones sobre diferentes asuntos políticos, como la Revolución cubana.

Sus conocimientos sobre música son, en opinión de Fernández, la base de que en sus letras para otros artistas "se note ese ritmo".

"Yo diría que es muy difícil, casi imposible, transmitir qué es cantar a Idea porque a una belleza de una palabra que se deja le sigue otra mayor. A mí me gusta mucho una definición de Juan Gelman que dice: 'la poesía de Idea es una poesía de hueso a la intemperie'. Eso me parece", señala.

Vilariño, de la que el escritor y periodista Eduardo Galeano dijo a Efe en 2009, año de la muerte de la creadora, que "al margen de géneros es lo mejor que produjo la poesía uruguaya en su historia", llegó a inspirar a un grupo de rock, Buitres, para su canción "Es decir": "Idea / un nombre / en la mesa el café / ruego tu aliento me abrace a mí también".

Como Idea le escribió una vez, rememora Fernández, "gracias a la recreación de los cantores, los poetas vuelven al origen, al canto y al privilegio de la difusión masiva y casi anónima de sus versos".

Para ella, la canción y el poema siempre fueron de la mano. 

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