Arte y Foro universitario

Artes
/ 8 noviembre 2020

A nuestra Daisy

El jueves 5 de noviembre se llevó a cabo un Foro –virtual-de Creadores e Investigadores en la Universidad Autónoma de Coahuila y en el que intervinieron maestros y estudiantes de tres facultades: la de Ciencias de la Educación y Humanidades, la de Música y la de Artes Visuales.

El Foro fue inaugurado por el Rector de la Universidad -el ingeniero y articulista Salvador Hernández Vélez- con una sabrosa charla, breve pero muy rica en ideas. Sin la pedantería con que suelen expresarse algunos intelectuales o sabihondos doctores en lo que sea, habló de la importancia de las artes y las humanidades en la sociedad, sazonando sus palabras con ese aire de campo azotado por las inclemencias de las estaciones.

Y así, como si evocara a José Alfredo Jiménez y a Cuco Sánchez, citó, entre otros, a Ortega y Gasset, a Edgar Allan Poe y a Alain Badiou. Un hombre de Ciencia parafraseando con lujo de detalles algunas ideas de dos filósofos y un poeta, el autor de “El Cuervo”, nada menos, y de relatos de imposible olvido: no conozco a otro Rector que haya hecho semejantes apariciones en público, y sin echar mano de notas de apoyo.

El Foro estuvo concurrido, y cuando el Rector terminó su charla, muchas manitas amarillas de alzaron, de manera que opté por el chat. Aludiendo a ciertas frases pronunciadas en la charla, que había anotado al vuelo, escribí:

JTC.- Para escribir o hacer cualquier otra cosa, lo primero que hay que hacer es vivir.

De inmediato me di cuenta de la pésima sintaxis, pero enseguida lo olvidé, pues un estudiante –o profesor- de la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades, que mencionaré aquí por sus iniciales, me replicó:

JCIM.- Es algo redundante tu respuesta, pero ¿podrías explicarla de mejor manera?

A lo que respondí:

JTC.- ¿Redundante? ¡Ja ja ja! Querido: lo redundante es lo de "leer un libro". Eso es obvio. No sólo hay que leer UN libro: ¡hay que leer muchísimos!

De pronto, mi interlocutor pareció sacarse de la manga una pregunta un tanto gastada:

JCIM.- Pero entonces la gente que escribe sobre vampiros, es porque conoce algún vampiro… ¿O cómo?

JTC.- José Carlos: sin afán de entablar una polémica, creo que la imaginación puede construir lo que virtualmente "no existe", lo mismo que en la Ciencia. Lo que quiero decir es que, con todo el amor que siempre he sentido por los libros, no todo está en ellos. Los libros son un receptáculo de la memoria humana, uno de valor incalculable. Pero hay mundos más allá y más acá de ellos…

Hasta aquí las palabras que se cruzaron entre nosotros. Pero continuaré con un diálogo imaginario porque es algo en lo que he pensado mucho y durante largos años, y porque me importa dejar constancia de este Foro en estos amargos meses de pandemia, que por desgracia han durado ya demasiado.

JCIM.- Repito lo dicho. ¿Así que es necesario que quien escribe sobre vampiros haya visto a uno o haya sido víctima de ellos?

JTC.- ¿Y crees que Mary Shelley tuvo que seccionar cadáveres para construir y dar vida a la criatura de su Doctor Frankenstein por medio de la electricidad? ¿O que Bram Stoker conoció a algún Nosferatu para inventar su conde Drácula?

JCIM.- No. Eso es fantasía. Tiene poco que ver con lo que se supone que hablamos ahora.

JTC.- Disculpa, pero de eso precisamente es de lo que ahora hablamos. Me preguntas si es necesario haber experimentado algo para consignarlo en una obra de arte, ¿no es así? Te respondo que no, aunque sería ideal conocer el mar y poseer una experiencia y una cultura navales para escribir una novela como “Moby Dick”, por ejemplo. Pero, ¿qué hace un narrador, un dramaturgo o un guionista cuando debe “ser”, digamos, una mujer? ¿Cómo hizo Ibsen para “convertirse” en Hedda Gabler o en la Nora de “Casa de Muñecas”? ¿O como hizo Eurípides para introducirse en el cuerpo y la psique de mujeres como Medea o Electra?

JCIM.- Reitero que se trata de mera fantasía. Es muy posible que, si se hace un análisis psicoanalítico de esos personajes “femeninos”, no resulten tan “femeninos” como parece. Y sería evidente, pues fueron creados por hombres.

JTC.- De entrada, no creo demasiado en el psicoanálisis. Me parece bastante interesante como literatura, no como técnica terapéutica, aunque, eso sí, está nimbada por el hálito de la fascinación y el misterio. Pero, pensándolo bien, tienes razón en parte. Recuerdo a autores como Gustave Flaubert o como Téophile Gautier. El primero consumió varios años de su vida, miles de libros y uno o dos largos viajes de exploración para escribir una de sus obras maestras: “Salammbó”. El exquisito Gautier, a quien Baudelaire dedicó sus “Flores del Mal”, también viajó e investigó como un arqueólogo en el antiguo Egipto para recrear, en otro relato histórico, un pasaje de aquella remota cultura en su obra “La novela de una momia”. Es difícil saber si ambos hubiesen logrado escribir obras tan vívidas sin los trabajos que se tomaron para llevarlas a cabo.

JCIM.- ¿Y qué me dices de la poesía? ¿Un poeta puede escribir poemas sin haber experimentado lo que dice en ellos?

JTC.- Un poeta es también un hipócrita, en el sentido etimológico de la palabra. Y aquí tendría que hacer un alto para comentarte algo que no debemos olvidar: el arte es, después de todo, un artificio. Esto, por un lado. Por otro, hay que tener en cuenta que cualquier idioma es absolutamente insuficiente para expresar lo inefable. La poesía es apenas un balbuceo. Un balbuceo supremo, en algunos casos. En muchos otros, no es sino falsa retórica. Puedes leer la “Oda a Stalin”, de Pablo Neruda, para comprobar lo que digo. ¿Fue un desliz, un tropiezo del autor de “Residencia en la Tierra”? Quizá. Pero la Oda está ahí. En resolución, creo que la poesía es la sublime victoria de un fracaso.

Mientras tanto, los asistentes al Foro disparaban sin cesar preguntas y peticiones al señor Rector, que contestaba a unas y a otras con una frescura y una amabilidad casi franciscanas, si no fuese porque el catolicismo no le es “próximo”. Digo esto porque él mismo comentó en su charla que los católicos se han apropiado del vocablo “prójimo”, por lo que él prefiere hablar del “otro” como un “próximo”, es decir, un adyacente, un cercano.

 

[Jueves 5 / Viernes 6 Noviembre 2020 Pandémico. Monterrey. Daisy murió el anterior 2 de noviembre a las 4:30 pm]

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