Con ‘La Bella y la Bestia’ Cuarta Pared comparte una probadita de Broadway con Saltillo
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El espectáculo musical se presenta este fin de semana con dos elencos, uno de talentos emergentes y otro con todo el poder de los artistas experimentados
Este fin de semana miles de saltillenses tuvieron una probadita de Broadway, y de la magia de Disney, gracias a la producción de Cuarta Pared Teatro con el montaje del musical “La Bella y la Bestia”, que se presentó en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler.
La idea original de la Casa del Ratón se realizó con apoyo del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo y las primeras funciones que dieron este viernes 21 de julio formaron parte de la cartelera de la Fiesta Internacional de las Artes Saltillo 446.
El estreno de la obra estuvo a cargo del elenco JR, integrado por niños y adolescentes con un talento prometedor, mientras que al caer la noche tocó el turno del elenco SR, con artistas ya experimentados en el teatro musical. Fue en esta última función que VANGUARDIA estuvo presente.
El diseño de producción fue el primero en destacar, gracias al prólogo donde se narra el origen de la maldición del príncipe convertido en bestia —donde vestuario, maquillaje y escenografía recrearon la esencia y escenarios de la película animada—, seguido del número introductorio “Bonjour”, que sumó a eso el buen trabajo de los ensambles corales y, sobre todo, la interpretación de Adriana Molina como Bella, quien no solo encarnó a la protagonista a nivel actoral sino que con su voz se llevó la noche.
Mariano de Velasco como Gastón y César Luévano como la Bestia, tampoco se quedaron muy atrás —el primero tan arrogante y obtuso como debería y el segundo inseguro y torpemente carismático, ambos con buen trabajo vocal—, lo mismo que las interpretaciones de todos los sirvientes —en especial la divertida dupla de Din Don y Lumière, con Johny Ventura y Fernando Castellón en los roles—, y aunque Maurice, el padre de Bella, es un personaje que aparece poco sí llegó a contrastar por su desempeño, al ser entregado de una manera más bien distante y desinteresada por el actor; no hubo momentos de alegría, frustración o temor que no se sintieran vacíos.
También vale la pena mencionar la labor del ensamble de baile, con la dirección de Cintya Nuncio, el cual intervino con coreografías que más allá de buscar ser un espectáculo acrobático o técnico resultaron en números llenos de carisma y personalidad acordes con el momento en que se llevaron a cabo.
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En general, Claudia Dithe en la dirección escénica y de Andrés Hernández en la dirección musical lograron un producto redondo en lo artístico, con algunos traspiés en aspectos técnicos —en la utilería, la escenografía y la iluminación, que se desincronizó en algunos momentos— que no arruinaron la experiencia pero tampoco pasaron desapercibidos por el público.
Además, con este espectáculo —que aún le quedan funciones al elenco JR este sábado 22 y al elenco SR el domingo 23—, Cuarta Pared llevó al límite las capacidades técnicas y espaciales del Teatro Fernando Soler, que como pocas veces fue puesto realmente a prueba como escenario para un gran espectáculo.