‘Incendios’: un reto al tiempo, el amor y la identidad, se estrena con éxito en Saltillo
La obra de Majdi Mouawad sobre un par de gemelos que descubren el cruel pasado de su madre y de paso ponen en riesgo su identidad, reta a artistas y espectadores con tres horas de duración, que a la larga son muy bien recompensadas
Para que el arte crezca debe ser puesto a prueba. En la mayoría de las ocasiones los artistas son quienes enfrentan el reto; una mayor exigencia técnica, cambios en los procesos, contratiempos, etcétera. Otras veces al público le toca estar en la línea, frente a propuestas de vanguardia que llevan al límite su apreciación, por ejemplo. Pero a veces algo tan sencillo como la duración de una obra de teatro puede significarlo todo para ambas partes.
“Incendios” de Wajdi Mouawad es un misterio que dura tres horas, una puesta en escena que exige todo a su elenco y entrega con creces a un público que tal vez pueda sentirse intimidado por el tiempo. Este fin de semana se estrenó con éxito en Saltillo, con una producción de Cuarta Pared Teatro y bajo la dirección de Armando Tenorio, sin que uno de sus mayores retos afectara al resultado o al disfrute de la audiencia.
Destacar de esta manera la duración puede parecer exagerado, pero tampoco se puede ignorar cómo el público saltillense rara vez se ve frente a propuestas teatrales que superen la hora y media —y sin intermedio—, y la producción también está consciente de ello, pues lo advierte en la taquilla y repetidas veces antes de iniciar la función.
Por fortuna, para cuando el abogado Hermile Lebel —interpretado con un agradable carisma por Eleazar García— termina de explicar los pormenores del testamento de Nawal Marwan (Mónica Almanza/Victoria López), una mujer de origen libanés recientemente fallecida, a sus hijos gemelos Jeanne (Claudia Dithe) y Simón (Saúl Margal), toda duda sobre si sería soportable una obra tan larga, queda despejada.
Con una excelente reputación, que tiene casi ya 20 años de trayectoria, el texto del dramaturgo libano-canadiense es la columna vertebral de la obra. La historia que plantea Mouawad y que tantas veces ha sido montada es fuerte y conmovedora. En cada escena ofrece al menos una reflexión que puede quedarse grabada en el alma, mientras que nos lleva a través de los horrores de la guerra a conocer la vida de una mujer hermética, que solo tras su muerte se atreve a permitir que sus hijos descubran —que no contar, porque tampoco es algo que simplemente pueda decir— la verdad.
Pero de nada sirve un libreto magistral sin actuaciones que le hagan justicia. En este caso hay diez, empezando por la dupla de Almanza y López, quienes interpretan a la mujer cuya muerte pone todo en acción, Nawal, en su madurez y juventud, respectivamente. Juntas logran darle la humanidad a un personaje que al principio es descrito por sus hijos como alguien frío y que solo se preocupó por ellos en la mínima medida. Dithe y Margal, como los gemelos, entregan a un par de jóvenes que prácticamente tienen su vida hecha, pero que ante estas revelaciones ven fracturada su identidad.
Además de García, a ellos también se unen Andrea Galindo, Raúl Bustos, Alexis Flores, Lucía Sánchez y Carlos Zamora, quienes interpretan a distintos personajes y en general lo hacen de manera eficaz y hasta impecable. Y aunque al principio hubo algunos detalles en la proyección de la voz de unos actores, nada demeritó la obra en lo general.
La propuesta escénica, a cuatro frentes, coloca al público alrededor de la acción y muy cerca de esta, incluso en las gradas más lejanas. Aún así la cuarta pared se mantiene, pero gracias a esta proximidad, incluso desde la penumbra de las butacas, las emociones y los giros llegan con mayor fuerza.
Asimismo, los artistas nunca salen de escena del todo; se integran a los lados de las gradas. De esta forma el personaje pervive fuera de la luminaria y, como una de las consecuencias más fuertes de la duración de la obra, en especial para los protagonistas, debe mantener o cambiar su estado emocional en un lugar más vulnerable.
Aunado a esto, el ritmo de la obra hace que esas tres horas fluyan como si nada; no son algo que se tenga que “aguantar”. Los altibajos en la energía permiten al público involucrarse en los momentos de tensión y reflexionar sobre lo que plantea el texto en instancias más calmadas.
Al final, cuando la verdad detrás de la vida de Marwan sale a la luz, y el peso de lo que sucede cuando las bases de nuestra identidad son alteradas cae en seco, se agradece la paciencia de todos los involucrados para no cortar camino, así como la confianza en el público para no temerle a una apuesta de tales dimensiones.
“Incendios” continuará su temporada —realizada con apoyo del PECDA Coahuila 2021— todo el mes de junio, viernes y sábados a las 20:00 horas y domingos a las 19:00 horas —excepto el viernes 24 que se cambia para el 23—. Los boletos se pueden adquirir en cuartapared.boletopolis.com y en el Instagram @cuartapared.