Instituto Municipal de Cultura pierde la confianza de los escritores de Saltillo
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Este lunes una de las autoras seleccionadas declinó su participación ante la poca transparencia de la convocatoria. En su momento, otro escritor decidió no ingresar por las mismas razones
A principios de mayo de este año, algunos autores locales recibieron la noticia de que fueron seleccionados para formar parte de la Colección Editorial Letras del Desierto, perteneciente al Instituto Municipal de Cultura de Saltillo (IMCS), esto a casi dos meses del cierre de la convocatoria lanzada en febrero del presente.
Si bien el IMCS no dio a conocer dicha información de manera pública, los escritores sí anunciaron en redes sociales el fallo, lo que generó indignación entre la comunidad, pues se esperaban resultados hasta después del 30 de junio, la fecha límite para enviar los trabajos.
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Este lunes la escritora y poeta Eugenia Flores Soria reveló que el texto con el que participó, “Florencia era un sueño al centro del atlas”, fue también uno de los seleccionados, pero en congruencia con la denuncia que hizo en su momento ante la falta de transparencia, retiró su libro del proyecto.
Ella se suma a otros autores que también decidieron no participar en la colección —una de pocas que ofrece regalías—, como Christian Luna, autor del libro “Crónica de un salto”, el cual se editó como parte de la Colección Acequia Madre, de la administración 2014- 2017 del IMCS, y co-autor del libro “Triquinosis”, quien reveló su decisión en mayo, días después de que comenzara la controversia.
Decisiones turbias
En aquella ocasión VANGUARDIA entrevistó a Gabriela Romero Pinto, subdirectora del instituto, quien señaló que la decisión fue tomada por el Consejo Editorial del IMCS, como una medida para poder iniciar con el proceso de edición de las obras seleccionadas y a su vez cumplir con los calendarios presupuestales del Ayuntamiento de Saltillo.
Asimismo, recalcó que no se trataba de un certamen y que el estimado de 10 libros seleccionados —que podrían ser de distintos géneros, de acuerdo con las bases— solo está sujeto a la capacidad del presupuesto asignado, por lo que podría variar año con año, razón por la cual se sintieron en la libertad de comenzar a editar aunque no contaran con el total de los trabajos inscritos —para ese momento, reportó Romero pinto, solo habían recibido cuatro, y eligieron dos—.
Esta explicación, sin embargo, no fue suficiente para justificar el modo de operar del Consejo y las decisiones tomadas alrededor de la convocatoria, en particular porque fue una decisión extraordinaria, a puerta cerrada y cuyos pormenores no se dieron a conocer hasta que estalló la indignación.