‘Juan y la muerte’, teatro inclusivo con un mensaje sobre la pérdida
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Cortejo Producciones presentará esta obra en formato híbrido que añade a su propuesta teatral la posibilidad de que personas con discapacidad auditiva puedas disfrutar de ella
Cuando Juan descubre que la Muerte ha llegado a llevarse a su madre, quien padece una enfermedad terminal, logra lo imposible y la captura en un frasco de vidrio. Al principio parece que lo logró, que su madre vivirá, pero pronto se dará cuenta de las consecuencias de no permitir el flujo natural de la vida.
Esta es la obra “Juan y la muerte”, escrita y dirigida por César Chagolla, y producida por Cortejo Producciones, que tendrá una función híbrida única el próximo 4 de julio con la intención de llevar su mensaje sobre la pérdida a un público mayor, pues contarán con la interpretación en lenguaje de señas de la obra de manera simultánea, con lo cual la invitación se abre también a las personas con discapacidad auditiva.
En entrevista con VANGUARDIA, Chagolla nos habló más sobre este proyecto que se presentará el próximo sábado en punto de las 13:00 horas a través de una transmisión vía Zoom por Boletópolis, donde también se pueden conseguir ya los boletos.
¿Porqué decidieron agregar esta interpretación en lenguaje de señas a la obra?
“Primero que nada lo obvio, que es que como creadores nos topamos con ciertas barreras para llegar a todo tipo de público y una de ellas es cuando nos queremos acercar al público con distintas capacidades. Yo soy una persona que trabaja con personas con discapacidad como actor y como maestro de teatro, pero principalmente con personas con discapacidad intelectual.
Afortunadamente con estas personas el lenguaje no es una barrera, no es el mismo caso con las personas con discapacidad auditiva o sordera. En esta búsqueda de llegar a poblaciones distintas, con la intención de generar nuevos públicos para el teatro decidimos integrar el lenguaje de señas para que la experiencia de Juan y la Muerte sea más completa y pueda abarcar a más población. Además de que la obra habla de la pérdida y nos parece importante, en estos tiempos que estamos viviendo, hablar de la pérdida con todas las personas, sin distinción, o por lo menos intentando acercar a través de estas estrategias el tema todo tipo de población”.
¿Habían trabajado antes de esta manera, con una obra en lenguaje de señas?
“No es necesariamente nuevo y las personas que están con nosotros como intérpretes también ya tienen bastante experiencia haciendo teatro o interpretando teatro, han hecho incluso teatro musical para personas con discapacidad auditiva”.
¿Podrías adelantarnos cómo será la experiencia para el público?
“En esta ocasión decidimos por cuestión conveniencia, de mantener el espectáculo abierto para ambos públicos, correr la obra de manera tradicional, como se ve cada fin de semana, con los elementos que tiene desde el 2019 y hacer la interpretación de manera lateral, en un espacio del escenario, con los intérpretes.
Sin embargo, también se hizo, para la transmisión en vivo, una grabación de estos intérpretes con un trabajo mucho más actoral. Es decir, solo los están acompañando, están contando la misma historia, con el mismo trazo, pero los intérpretes de lenguaje de señas son los que tienen el foco en esta ocasión y ellos interpretan a distintos personajes, modifican su corporalidad, modifican incluso las voces a través del movimiento de sus manos”.
La obra está basada en un cuento tradicional purépecha, ¿cómo lo abordan ustedes desde el teatro?
“Juan y la muerte es una obra para toda la familia que habla sobre la pérdida y en esta anécdota en particular habla de una niño que tiene una madre que está muy enferma y que después de que recibe la noticia de que su enfermedad no es curable, se encuentra con una figura extraña que viene preguntando por su casa y resulta que esta figura extraña es la muerte, que viene a recoger a su madre.
Entonces Juan en una muestra de inteligencia logra atrapar a la muerte en un frasco, evitando que su mamá muera pero también haciendo que todo lo demás muera. Entonces esta acción le traen estas consecuencias que lo van a invitar a reflexionar sobre la verdadera importancia de la muerte, que más allá de ser esta cosa terrible que todos tememos y queremos evitar, tiene ciertas características y cierta importancia para la vida”.
¿Qué mensajes y reflexiones se plantearon al momento de montar la obra?
“Las reflexiones están hechas a manera de reflexión y de metáfora. Lo que nosotros intentamos es que, al terminar la función, puedan reunirse en familia a contestar estas preguntas alrededor del tema de la muerte. La obra no pretende dar todas las respuestas ni necesariamente educar a los niños y a los papás acerca de qué y cómo vivir la muerte, porque es un proceso súper personal y es un proceso bien distinto de persona a persona, de familia a familia, de cultura a cultura, pero sí pretende abrir este espacio de reflexión individual y grupal que nos cuesta trabajo”.
Ahora que estamos viendo la reapertura de los teatros ¿cómo se sienten ante el retorno al escenario con público en vivo?
“Evidentemente nos sentimos contentos de poder retomarlo, pero también ha sido una sensación dual en el sentido de que nos implica una gran responsabilidad hacia el público y hacia nosotros mismos, el seguir manteniendo un espacio seguro donde además se pueda reunir toda la familia.
Nos llena mucho poder compartir esta historia en este momento que creemos que es indispensable y muy necesario hablar de las pérdidas de la vida, no solo las de nuestros seres queridos, sino de las pérdidas de nuestros espacios, donde íbamos a recrearnos, de los espacios escolares, que entre que se retoman o no, de las pérdidas de nuestros trabajo, etcétera”.