A veces para poder apreciar la verdadera magnitud, valor y belleza de las cosas es necesario acercarse, ver a detalle y ponderar sobre todo lo que las integra. En otras ocasiones es importante ampliar la mirada, considerar la totalidad. Pero en la exposición “Terra” lo micro y lo macro tienen igual peso.
La serie pictórica creada por las artistas Alejandra Berrueto, Dariela Guevara, Mayanín Ochoa, Myrna Hinojosa, Rocío Arizpe y Verónica González, que se inauguró el pasado jueves en el Centro Cultural Vito Alessio Robles (CECUVAR), invita a considerar la riqueza del planeta Tierra, tanto por sí como por el privilegiado que tiene en el Sistema Solar y el universo en general.
“Muestran una perfecta armonía en su unidad temática: el planeta. Que nos da vida y sustento [...] Cada una da vida en el lienzo a alguno de los planetas del Sistema Solar por el que transita nuestro planeta, pero sin dejar de ver a nuestra Tierra como el centro de vida, como la Madre Tierra que nos sustenta, al mismo tiempo que forma parte de este inmenso universo”, comentó durante el evento inaugural la directora del CECUVAR, Esperanza Dávila Sota.
El diseño museográfico crea una atmósfera particular, como pocas se han experimentado en las galerías del Saltillo, al introducir al público primero en una sala oscurecida, con proyecciones que aluden a la vastedad del cosmos, acompañadas por audios grabados por las expediciones que investigan la naturaleza de todo aquello que está más allá de nuestra atmósfera.
Al pasar al siguiente espacio, reducido en su planta pero amplificado hacia las alturas, seis pinturas de grandes dimensiones y una escultura representan los siete primeros planetas —en orden de izquierda a derecha— del sistema: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno y Urano.
La pieza dedicada a nuestro hogar rige desde un extremo la sala, haciendo un comentario muy puntual al estado de deterioro y descuidado provocado por la mano humana sobre el lugar que le da sustento. A su lado y hacia arriba se yerguen sobre el muro las pinturas. Su tamaño lleva al espectador a apreciar los detalles que componen el trabajo, así como a detenerse, dar un paso atrás y admirar su monumentalidad y totalidad.
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Cada obra mantiene la esencia de su autora, aunque en conjunto dialoguen sin problema. Así podemos encontrar particularidades en el trazo, la introducción de otros elementos no pictóricos par dar texturas, el contraste con distintos materiales para pasar de los mate a lo metálico y brillante y muchas otras decisiones que, técnicamente, hacen destacar el trabajo.