¡Ay, Caramba! ‘Los Simpson’ cumplen 30 años
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La serie de Matt Groening está de fiesta, la producción más duradera de la televisión a nivel mundial y con mayor éxito de los últimos tiempos, festeja su aniversario número 30 con un especial de 30 personajes en el canal Fox
CDMX.- La irreverente familia amarilla, símbolo de Fox, cumple 30 años en la televisión y hasta el momento el canal ha confirmado al menos dos temporadas más. “Los Simpson” tienen más de 600 capítulos, 170 premios, 300 nominaciones y un ejército de seguidores distribuidos por todo el mundo.
Y como todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, tampoco se libran de las críticas, malos augurios y los “yo solo veo hasta la octava temporada, cuando aún era buena”.
EL NACIMIENTO
“‘Los Simpson’ son el resultado de un proceso que tiene más de un padre. Como también tiene padres adoptivos, abuelos, tíos raritos e hijos desagradecidos. Sí, ‘Family guy’, me refiero a ti”, escribe el periodista John Ortved en el libro “Simpson Confidential: The uncensored, totally unauthorised history of the world’s greatest TV show by the people that made it”.
En la historia de la serie destacan tres personas: Matthew Abraham Groening, el dibujante de Portland (Oregón) cuyo cerebro los imaginó; James L. Brooks, un productor de cine y televisión de éxito que despuntaba a finales de los ochenta, y Sam Simon, un veterano guionista y productor, colega de Brooks.
En 1986, Groening firmaba unas tiras cómicas llamadas “Life in hell” cuando Brooks le propuso convertirlas en un producto audiovisual corto que emitir antes de la pausa publicitaria de “The Tracey Ullman Show”. Groening no aceptó cuando se dio cuenta de que tendría que ceder los derechos a la cadena Fox.
Hay versiones discrepantes sobre lo que ocurrió después. Según el creador, la idea fue un recurso de última hora cuando Brooks le planteó la temida pregunta “¿qué más tienes?”.
A Groening se le ocurrió crear una familia. Y se inspiró en la suya propia: los nombres de los personajes son los de sus padres y hermanas y el pueblo, Springfield, es el nombre de la ciudad colindante con Portland, donde nació y creció.
La serie se emitió en pequeñas pautas durante dos años, de 1987 a 1989. Fue entonces cuando Sam Simon llevó la serie a su formato actual de media hora.
Simon, que falleció en 2015, fue la fuerza que le dio el empujón definitivo hacia el éxito y es considerado por muchos de los guionistas como el verdadero arquitecto de la serie, según recoge Ortved en su libro.
“Los Simpsons” se emitieron oficialmente en abril de 1989, en “prime time”, una sección en la que, hasta entonces, reinaban las series como “The golden girls” y “Family matters”. Y la irreverencia, la universalidad y el humor negro de la familia amarilla llamó rápidamente a la audiencia.
Para Francisco José Gil Ruiz, doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid, el éxito de la serie residía en diversos factores.
“Es un permanente retrato social que casi siempre funciona a modo de crítica. Trata temas universales como el de la familia, el amor marital, el amor filial, la codicia, la corrupción política… Y se nutre de la cultura popular para contar historias, adaptándose constantemente al imaginario de los espectadores”, señala Gil Ruiz a EFE.
EL GRAN ÉXITO
La popularidad de la serie no solo crecía, sino que se consolidaba. La sociedad y “Los Simpson” se retroalimentaban. Se estableció una especie de “diálogo” entre ambos que superó los límites de la televisión.
En 1992, en la Convención Nacional Republicana, George Bush se comprometió a reforzar los valores tradicionales y prometió fomentar familias “mucho más como los Walton y mucho menos como ‘Los Simpson’”.
“Los Walton” eran los protagonistas de una serie emitida a finales de la década de los setenta que luchaban por salir adelante durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
Era la segunda embestida de los Bush a la que ya era la familia favorita de Estados Unidos. Pocos días después, antes de los créditos que dan inicio al capítulo, la familia Simpson veía la televisión, que reproducía el vídeo de las declaraciones de Bush. “¡Hey! Nosotros somos como los Walton. ¡Nosotros también rezamos para que se acabe la crisis!”, exclamó Bart.
La audiencia sentía a la familia amarilla más cercana de lo que los Walton habían estado nunca. Cuatro años después, en 1996, con los Clinton en la Casa Blanca, los productores se vengaron de los Bush en el episodio “Dos malos vecinos”.
“Los personajes secundarios son quienes enriquecen la vida de ‘Los Simpson’. Sin ellos, pienso que la serie no habría podido ir más allá de unas pocas temporadas”, reflexiona.
¿EL OCASO?
Durante años, el humor subversivo y ácido de la serie animada no tuvo rival. La serie se mantenía año tras año en la programación con buenos resultados. Hasta que llegó el nuevo milenio.
“Los Simpson” se desplomó en audiencia. De 10 millones en los años noventa a alrededor de siete a finales de la década del 2000.
Pero más allá de los datos de audiencia, el público comenzaba a acusar cierto cansancio y pérdida de calidad de la serie. El autor de “Simpson confidential”, apunta como causa al cambio del productor ejecutivo en la temporada ocho. Ese mismo año, Fox lanzó “The Simpsons Movie” rodeada de un gran despliegue promocional. La cinta costó menos de 100 millones de dólares y recaudó 256 millones en taquilla. En los últimos años, al supuesto bajón creativo se les han sumado otras polémicas, como la suscitada alrededor del personaje de Apu Nahasapeemapetilon, el propietario indio del Kwik-E-Mart.
“Nosotros siempre hemos escrito la serie para nosotros. La hacíamos graciosa para nosotros. Pero, ¿quién sabe por qué a Ámerica le gusta?”, aseguró Groening hace unos años.
A SABER:
170 premios y 300 nominaciones es lo que ha conseguido la serie animada a lo largo de los años.
“Los Simpson” se emitieron por primera vez en “prime time” en abril de 1989, una sección en la que, hasta entonces, reinaban las series como “The golden girls” y “Family matters”, un cambio radical para la televisión.
En la historia de la familia amarilla destacan tres personas: Matthew Abraham Groening, el dibujante de Portland (Oregón) cuyo cerebro los imaginó y dibujó; James L. Brooks, un productor de cine y televisión de éxito que despuntaba a finales de los ochenta, y Sam Simon, un veterano guionista y productor, colega de Brooks.
“Es un permanente retrato social que casi siempre funciona a modo de crítica. Trata temas universales como el de la familia, el amor marital, el amor filial, la codicia, la corrupción política… Y se nutre de la cultura popular para contar historias, adaptándose constantemente al imaginario de los espectadores, a la época”, señala el doctor en Comunicación Gil Ruiz a EFE.