Patricia Hitchcock, Tenochtitlán y el cine mexicano

Justo una semana después del fallecimiento en Cuernavaca, Morelos, de la primera actriz Lilia Aragón, el lunes 9 de agosto dejó de existir en Thousand, Oaks, California, Patricia Hitchcock a los 93 años de edad.

Aunque a diferencia de la señora Aragón Patricia no llegó a un nivel de primera actriz porque decidió alejarse de la actuación que apenas iniciaba para formar una familia, fue precisamente bajo las órdenes de su padre, el llamado “mago del suspenso”, Alfred Hitchcock, donde hizo sus más conocidas y memorables interpretaciones en algunos de sus clásicos como “Desesperación” (1950); “Pacto siniestro” (1951) y “Psicosis” (1960), como la amiga del personaje de Janet Leigh en las escenas iniciales del clásico dentro del banco en el cual arranca la historia.

Ya entrados en el nuevo milenio, y como única hija del cineasta y su esposa de toda la vida, Alma Reville, Patricia publicó un libro de anécdotas y recuerdos (en coautoría con Laurent Bouzereau) titulado “Alma Hitchcock: La mujer detrás del hombre”, como un homenaje adjunto a la madre que, según Patricia, “... tuvo que ver mucho más con sus películas que el crédito que en ellas recibió porque él dependía de ella para todo, absolutamente en todo”. Descanse en paz.

Curiosamente el pasado viernes 13 de agosto cuando se conmemoró un aniversario más del natalicio del maestro Alfred Hitchcock, en México se daba otro tipo de celebración, en su caso de los 500 años de la caída de Tenochtitlán, un hecho que quizás por lo costoso a nivel producción que representaría recrear aquellos hechos son contadas las ocasiones en las que se ha recreado en la pantalla grande, y prácticamente fue hasta la última década del siglo pasado cuando realizadores como Nicolás Echeverría (con “Cabeza de Vaca”, de 1990) o Álvaro Domingo (con “La otra conquista”, de 1998), que se materializaron proyectos relacionados al tema, aunque queden a deber las que cuenten estos hechos con algunos de sus respectivos protagonistas como Cortés, la Malinche y Cuauhtémoc, entre otros.

Tomando en cuenta que el 14 de agosto de 1896 con la primera proyección pública del cinematógrafo de los Hermanos Lumiere en una droguería de la calle Plateros número 9 del Centro Histórico de la Ciudad de México se considera esa fecha como la que oficializó el inicio del cine como espectáculo popular en nuestro país, el domingo 15 se dio un festejo más del ahora sí que ya oficializado desde hace algunos años “Día del Cine Mexicano” con diversas actividades que tanto el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE); la Filmoteca de la UNAM y el canal 22 nacional seguirán llevando a cabo hasta el próximo 19 de septiembre, en vísperas de los festejos de la Consumación de la Independencia.

Por lo pronto, algunas de las actividades con las que se dio inicio a esa serie de festejos fueron el streaming por el sitio de la Filmoteca del clásico “Nocturno amor que te vas” (Marcela Fernández Violante, 1987), historia sobre una mujer (Patricia Reyés Spíndola) en búsqueda de su esposo desaparecido, y una conversación tanto en el canal 22 como en un Facebook Live de la liga del IMCINE de uno de los directores más importantes de la llamada generación del nuevo cine mexicano de los años 70, Felipe Cazals, con uno de los mejores cineastas de la actualidad, el documentalista Everardo González, en ocasión del estreno en cines (incluyendo en Saltillo) de su más reciente obra fílmica, “Yermo”, la segunda en filmarse en locaciones de Coahuila después de “Cuates de Australia”, del 2011.

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