‘Sweet Girl’: Ni ‘El Fugitivo’ ni ‘Búsqueda implacable’
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Ni ‘Wolverine’ pudo regresar al público a las salas de cine, pero no es el único que lo ha intentado...
Para desgracia del “Wolverine” del cine, Hugh Jackman, parece que el embate de la variante delta del COVID-19 alejó al público de las salas de cine, y por consiguiente de su nueva película “Reminiscencia”.
Esto benefició, como sucediera el mes pasado a otro famoso superhéroe del sello Marvel, Chris Pratt (de “Guardianes de la Galaxia” y “Avengers”), con la oferta a través de Amazon Prime de la superproducción “La Guerra del Mañana”, de Chris McKay, ahora a otro conocido superhéroe en su caso del sello D.C., Jason Momoa (“Aquaman” y “La Liga de la Justicia”) con otro vehículo protagónico en el que también fungió como productor y que bajo el curioso título de “Sweet Girl” (“Dulce Niña”) se convirtió desde el momento de su estreno el pasado viernes 20 en la película número uno de descargas en Netflix cuando menos en los Estados Unidos y en México.
Y es que “Sweet Girl” tiene a Jason Momoa ahora como héroe de acción como Ray Cooper, un devoto hombre de familia que comienza a ser protagonista mediático cuando en medio de la batalla que libra su esposa Amanda (Adria Arjona) contra el cáncer y la empresa farmacéutica que ofrece un medicamento vital para su recuperación los saca del mercado, al ser testigo de cómo el presidente de la compañía, Simon Keeley (Justin Bartha, de la serie de comedias “¿Qué pasó ayer?”) desiste en dar marcha atrás a esa decisión por razones “comerciales” en un noticiero con líneas abiertas para el público advirtiéndole que de morir su esposa él mismo lo buscará para matarlo.
Amanda muere irremediablemente, y en lo que Ray se debate en medio de su dolor entre cumplir con su amenaza o dedicarse mejor a cuidar de la única hija adolescente de ambos Rachel (Isabel Merced, de “Dora la exploradora”), después de ser contactado por un hombre al que a pesar de citarlo en un lugar público para exponerle las maniobras sucias de la farmacéutica en cuestión y ser asesinado frente a él por un asesino a sueldo al que después conoceremos como Amos Santos (el mexicano Manuel García Rulfo) se decide por llegar a esa peligrosa verdad, no sin antes adiestrar a su “dulce niña” sobre todo en actividades físicas como la lucha y el boxeo que él practica, para que formen equipo y así exponer el negocio sucio de la farmacéutica.
Ópera prima del realizador Brian Andrew Mendoza, “Sweet Girl” está basada en el guion que muy seguramente ha de haber sido mejor en papel dado que en él están involucrados buenos escritores como Gregg Hurwitz (“The Book of Henry”) y el texano Philip Eisner (“Event Horizon”), conocidos por sorpresivos giros de trama como los que se presentan en este filme, pero entre la inexperiencia del cineasta debutante en películas de alto perfil como esta controlada por todos lados por Momoa (mejor dirigido por realizadores como James Wan o Zack Snyder), y una peor decisión de casting en Isabel Merced como la “dulce niña” del título (dista mucho de ser lo que fue, por ejemplo, Michelle Rodríguez, en “Girlfight”, de Karyn Kuzama) resulta todo un fiasco.
Curiosamente el mejor librado es el mencionado Manuel García Rulfo, porque “Sweet Girl” no le llega ni a los talones a mejores cintas del género de “El Fugitivo” a “Búsqueda implacable”.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter @AlfredoGalindo