El fantasma de la recesión espanta a Hollywood; series y películas se están cancelando

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/ 4 julio 2022

La austeridad llegó a las grandes productoras, que están reduciendo de forma drástica los nuevos proyectos para la televisión y el streaming

La repentina caída en el precio de las acciones de Netflix y el creciente temor a una recesión han obligado a Hollywood a entrar en un nuevo período de austeridad fiscal. Esto se manifiesta tanto en los grandes contratos como en los pequeños proyectos. Un director de televisión que ganaba 4 millones de dólares al año, ahora recibe 750 mil. Las películas de presupuesto medio están siendo archivadas, mientras que los presupuestos de televisión abierta en Estados Unidos han caído más de un 30 por ciento.

En la última nueva tendencia de la industria del entretenimiento, se están cancelando programas que ya se habían acordado. Por ejemplo, Peacock (el servicio de streaming de NBC) archivó los planes para una serie de televisión llamada “Field of Dreams” del cocreador de “Parks and Recreation”, mientras que HBO Max canceló “Demimonde” de J.J. Abrams.

Cada cancelación tiene una historia diferente, pero las compañías, que ya gastaron dinero en los proyectos, decidieron que perder unos pocos millones de dólares sin nada que mostrar era mejor que gastar decenas de millones en un programa que podría no funcionar.

Este fenómeno es muy notorio, especialmente después de que, durante los últimos años, se producía cualquier idea medianamente decente. La industria realizó 559 programas con guion el año pasado, más de 200 desde 2013, el año en que debutó “House of Cards” en Netflix.

Los días en que el marinero borracho gastaba se han ido”, dijo un agente de la industria cinematográfica a Bloomberg. “Nunca había visto tantos programas cancelados y devueltos”, añadió.

Contrario al optimismo que reinó en Hollywood durante los últimos tiempos, el jefe de FX, John Landgraf, señaló que los servicios de straming estaban gastando demasiado dinero en demasiados programas, sin tener en cuenta la calidad o las ganancias. La edad de oro de la televisión dio paso a la era de la televisión pico (“the age of peak TV”, que refiere tanto a la multiplicidad de plataformas como a las muchas series que se transmiten en la actualidad). Pues las empresas produjeron mucha más programación de la que nadie podría ver.

Y, sin embargo, las empresas siguieron ganando más y fueron recompensadas con nuevos clientes y un precio de acción más alto. Hasta que Netflix advirtió que tendría un comienzo de año lento en 2022.

El optimismo sobre la transmisión, aclamado como el futuro, se ha disipado desde entonces y casi desapareció cuando el gigante de la transmisión informó que perdió miles de clientes en los primeros tres meses del año. En los últimos meses, el pesimismo y la incertidumbre han proliferado en una industria que ya es proclive a la inseguridad.

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El fin de una era

Si Netflix inició el fuego, la situación macroeconómica se ha encargado de añadir algo de combustible. El aumento de las tasas de interés ha dificultado el endeudamiento y ha hecho que las empresas estén menos ansiosas por endeudarse. También es un financiamiento limitado para acuerdos importantes, lo que obliga a todos a ser más cautelosos.

Netflix, que fue el mayor gastador de todos, dio a conocer que no va a gastar como antes. Amazon se ha vuelto más consciente del presupuesto desde que contrató a Mike Hopkins, aunque no reparará en gastos para ciertas series, como “El señor de los anillos”.

La mayor contracción de todas está en marcha en Warner Bros. Discovery, que está examinando los costos después de una fusión impulsada por la deuda. Las compras de HBO se han desacelerado en los últimos meses y la compañía ha renunciado a la programación con guion original en TNT, TBS y en gran parte de Europa.

Apple es casi el único lugar que aún puede gastar como si el dinero creciera en los árboles. Los jugadores más nuevos, Roku y FreeVee de Amazon, están comprando, pero tienen presupuestos modestos, mientras que los longevos Disney, Paramount y NBCUniversal nunca han sido conocidos por su despilfarro.

Esto no significa que la avalancha de nuevos programas se acabe. El talento en el extremo superior seguirá siendo pagado. Las empresas de medios necesitan seguir creciendo, y ni las redes de cable ni el negocio de las películas cinematográficas son la solución. El streaming sigue siendo una gran parte del futuro.

Pero la era de la televisión pico está llegando a su fin, y eso afectará a casi todos los sectores de una industria donde los presupuestos, las valoraciones y los planes estratégicos se basaban en un mercado en auge para la nueva programación.

Hace solo unos meses, cualquier productora con un currículum modesto de repente valía cientos de millones de dólares, más si estaba alineada con una celebridad como Brad Pitt, Reese Witherspoon o LeBron James. Ahora, muchas de las empresas que buscan recaudar capital o venderse a sí mismas están pasando por un momento más difícil.

Las compañías de medios que se fusionaron y reestructuraron para posicionarse para el futuro de la transmisión ahora ven que Netflix, la inspiración para muchos de estos movimientos, está recortando personal.

Como dijo un exitoso productor la semana pasada, el tren de Hollywood sigue en movimiento, pero los frenos comienzan a sonar.

Con información de Bloomberg

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