‘En el cine la opinión de la gente no significa mucho’, George Lucas presenta su Museo Artes Narrativas

Solo quienes habían acampado la noche anterior pudieron entrar. Eran apenas el 5% de los 130.000 superfans que incluso habían agotado los pases de 300 dólares del más famoso Comic Con Internacional de San Diego. Pero gracias a los superpoderes del periodismo, invitados especialmente por George Lucas, tuvimos nuestro lugar reservado en el Hall H del Centro de Convenciones donde se presentó, por primera y única vez, en vivo. No era cualquier presentación. Él mismo quería mostrar en persona las primeras imágenes del Museo de Artes Narrativas Lucas, como la mejor forma de abrirnos la puerta de su casa. Tampoco las abrió solo. El mismísimo Guillermo Del Toro estuvo con él, por el honor de ser miembro del directorio del museo, compartiendo la misma pasión de preservar las ilustraciones que hicieron historia. Y así fue el glorioso cierre de Comic Con 2025, presentado por otra reina, como Queen Latifah.

¿Cómo surgió la idea de construir un museo propio que lleve el nombre de George Lucas?

George Lucas (GL): Yo venía coleccionando arte desde que estaba en la Universidad, allá muy cerca de la Edad de Piedra (Risas). Pero tampoco podía pagar obras de arte de verdad. Y como yo amo todo el arte, sin importar lo que sea, lo único que podía comprar eran obras artísticas de comics, porque en esos días era un arte subterránea difícil de conseguir en cualquier remate. Y en cierta forma fui coleccionando lo que llamamos ‘arte narrativa’ desde aquel entonces, con lo que podía comprar en la Universidad por 30 dólares del arte original de un comic que no era tan caro, pero que tampoco era tan fácil de conseguir.

¿Y terminó coleccionado 40.000 obras de arte?

GL: Sí. Es algo que vengo haciendo desde hace 50 años, hasta que me pregunté “¿Qué voy a hacer con todo esto?” Porque también me rehúso a venderlo. No soy el típico coleccionista de arte que compra algo para venderlo cinco años después por 10 millones de dólares, por el solo hecho de ganar más. Jamás podría hacer algo así. No es lo que a mi me parece ‘arte’. Creo que tiene mucho más que ver con una conexión emocional, con el trabajo, sin importar el costo ni el famoso que la hizo. Es algo mucho más personal. En mi experiencia con el cine, descubrí que la opinión de la gente no significa mucho. Lo importante es lo que uno siente. Y si otras personas reaccionan en una forma muy emocional, puedo decir que hice mi trabajo. Cuando alguien viene diciendo que son expertos, señalando que esto no es arte... Trabajé con cientos de ilustradores en mi vida, pero no se los reconoce por nada. Y este (museo) es una especie de templo para la gente, un Arca Perdida.

Guillermo del Toro (GDL): Para mí, la belleza del arte pasa por enfocarte en un misterio que provoca cierta emoción. El arte captura cierto momento, emocionando mucha gente, expresando algo que no sea propaganda, por fuera de la Iglesia y el Estado, como muchas piezas que celebran la libertad y el anarquismo. Muchos de los primeros comics fueron los primeros en pegarle trompadas a los Nazi. Los comics ya contaban con una conciencia social, mucho antes que el cine. Los grafiti también son expresiones artísticas que no son dominadas. Y un museo, para mí es importante por su magia, por el conjunto de imágenes que hablan. Y como relatores visuales, nosotros contamos con ese vocabulario. El límite de nuestro lenguaje es el límite de nuestro universo. Imagina el momento en que solo teníamos música clásica sin música melódica, mucho antes que el rock and roll se convirtiera en una forma de expresión artística. Eso es lo que estamos haciendo. Esto es Rock ‘N Roll. Vivimos un momento crítico donde hay quienes quieren que desaparezca el pasado. Y nuestro pasado visual nos pertenece a todos. El museo lo celebra. Hasta el tamaño del edificio del museo es un templo que dice “Esto es importante”. Nadie puede dudar que este museo es puro arte.

Cualquier avión que aterriza en Los Angeles lo puede ver desde el cielo. Con la forma de una nave espacial como si hubiera aterrizado desde la ciencia ficción de Star Wars, el Museo de Artes Narrativas Lucas es una realidad que abre sus puertas para exponer el poder que tienen las historias ilustradas. Para demostrar el rol en la sociedad de diferentes estilos de expresión artística desde los antiguos jeroglíficos, esculturas y las más clásicas pinturas, exhibidas a la par de revistas cómics y otros medios, como un sketch de cinco dólares recogido en la calle, hasta una pintura de cinco millones de dólares inmortalizados en la pared del museo. Hasta la calle donde fue construido lleva el nombre de George Lucas (One Lucas Plaza, Los Angeles, CA 90037), en un nuevo espacio verde de 11 acres, con el edificio de 300.000 pies cuadrados en pleno corazón de Los Angeles, al lado del Museo de Historia Natural, muy cerca de la Universidad del Sur de California donde él también había estudiado. Entre las más valiosas exhibiciones, la colección exclusiva de George Lucas expondrá por ejemplo el primer personaje de Flash Gordon, en un original de 1934 que nunca antes se había visto en público. Como otros originales de los comics de Snoopy de los años 50 y 60 o dibujos originales de la primera portada de Iron Man de 1968, además de un boceto en tinta de Black Panther. Pero claro, como parte del directorio, Guillermo del Toro también aporta lo suyo, porque el museo contará con una infinita gama de invalorables obras de arte latinas, como un autorretrato de Frida Khalo o el primer número de la revista de Comic del superhéroe de Lucha Libre Sonámbulo que se convertía en un nocturno detective privado con el superpoder de ver los sueños de la gente y la habilidad de no necesitar dormir. Y tal vez esos sean los superpoderes de George Lucas y Guillermo del Toro: hacer realidad los sueños que muy pocos puedan imaginar.

¿Las expresiones artísticas tienen otro estilo de superpoderes?

GDL: Todos diseñamos, todo el tiempo. Fijate el vestuario de George (Lucas). La misma camisa, un botón abierto, las mangas arremangadas. La forma en que nos vestimos y nos movemos te dice algo sobre nuestra cultura. Lo que te gusta ponerte, se esconde en tu diseño. Pero lo más importante ahora, la gran razón por la cual tenemos que defender la expresión individual es porque nos enfrentamos a otro tipo de cosas que a mi me parecen pura opresión. Cuando la gente dice que se puede hacer arte con la aplicación de un teléfono. Lo siento, no se puede. No se puede apretar un botón para hacer la mitad de una historia, porque entonces no vas a saber ni el principio ni el final de una idea tuya. Y cuando la gente te dice “El Arte no es importante”, lo es. Lo es.

¿Qué opina George?

GL: Bueno, este museo está dedicado a las ideas detrás de las historias, la mitología. En todo momento que se creó una sociedad, el arte siempre ilustró la historia. La mano derecha que construye una comunidad necesita el arte para que parezca real. Si volvemos a la era del Renacimiento o la Era de Piedra, siempre hubo una historia donde la gente creyó en la mitología. No es necesariamente cierto, pero la gente lo cree. Lo que estamos haciendo con el museo, es tratar que la gente conozca la mitología en que hoy vivimos, para que al mismo tiempo tengan una experiencia emocional de ver el arte que cuenta la mitología moderna. Es mucho más parecido a una ciencia exacta de lo que la gente piensa. La parte artística es lograr que sea accesible para la gente, para que crean en ella. Mucha gente cree en la ciencia, pero la ciencia es una opinión. No se pueden construir pirámides, no se pueden construir palacios, no se pueden construir aviones, no se puede construir nada sin una imagen. Y se necesita gente que también lo logre.

GDL: Hoy mas que nunca me doy cuenta que las historias le dan forma al mundo. Las historias que te señalan si algo es malo o como deberías ser con la gente, la narración hoy es brutalmente aplicada como propaganda. Pero la propaganda es controlada por un grupo muy pequeño. Los mitos nos unen, la propaganda nos divide. No es un museo que piensa imponerte ningún valor, no buscamos imponer que te guste algo en particular. Si ves algo que no te gusta, sigue hasta la próxima que te hable. Da Vinci decía que es fácil lograr que te guste algo, lo difícil es conseguir una emoción.

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¿Los detalles del edificio del museo, sin un solo ángulo recto en todo el edificio, construido en curvas, tiene alguna razón en particular?

GL: Yo quería ser arquitecto, hasta que me di cuenta de que se necesita saber demasiado sobre matemáticas y decidí que no era una idea tan buena. Después me puse a construir autos de carrera y casi me mato. Y decidí que probablemente tampoco era una buena idea. En el hospital, recuperándome de un accidente de autos me decidí a entrar a la universidad. Era la época de la guerra de Vietnam y me gustaba las ciencias sociales, siempre me pareció algo importante... Ahí me di cuenta que uno de los mayores problemas que tenemos los seres humanos es que pensamos que lo sabemos todo, aunque no sabemos nada. Si te fijas en el universo, no sabemos nada, somos como hormigas en el espacio. No tenemos ningún conocimiento, solo creemos que lo sabemos. Y eso es lo que celebra el arte en cierta forma, la ciencia ficción. La ciencia ficción es un mito que hicimos realidad, gracias a los libros de ficción, las ilustraciones que mostraron que podemos ir a la luna. Y una vez que se implantó esa idea, creímos que podíamos hacerlo. Pero el verdadero problema es que pensamos que podemos ir a la luna, pensamos que podemos ir a cualquier lado... Yo no lo creo. Lo imposible de entender para el ser humano es que no se puede depender de lo que sabemos, no se puede, pero podemos inspirarnos en lo que pensamos.

GDL: Así como George es un coleccionista, yo también soy coleccionista, pero sé que no soy dueño de nada. Solo tengo algo por poco tiempo, para la próxima persona que lo vaya a ver. Porque no somos eternos. Lo que guardamos y adoramos es que el arte va a vivir mucho más que nosotros. Y el museo es como una calle que te lleva hasta la fuente de sabiduría y el poder de un mito en que George tiene tanto que ver. Esa generosidad marca una gran diferencia. Es una forma de decir que algo te pertenece también, que te lo lleves, para pasárselo a otro. Eso es lo que a mi me pasó con mi colección. Empecé a sacar algunas de mis cosas y terminé vaciando tres casas. Ahora sé que va a existir en el museo. Compartir es hermoso. Estamos en este mundo para ser anfitriones o invitados. Como invitado, nunca vas a ser feliz, pero como anfitrión siempre vas a ser feliz en servir. Y el museo es un buen anfitrión.